El PP otorga el salario máximo de 68.171€ a los concejales de Vox Valencia a cambio de mantenerlos fuera del gobierno

En medio de tensiones políticas y polémicas, la alcaldesa de València, María José Catalá, ha anunciado el reparto de las dedicaciones exclusivas y salarios para los concejales del Ayuntamiento, desatando la crítica y el descontento de la oposición. El principal punto de conflicto radica en el hecho de que los cuatro concejales Vox València, aunque formalmente en la oposición, recibirán el salario máximo, similar al de los concejales del Partido Popular (PP), que sí forman parte del gobierno. Esta medida ha avivado las sospechas de un pacto no formal entre el PP y Vox, mientras la alcaldesa defiende su política de «búsqueda de acuerdos puntuales» con la oposición.

La alcaldesa ha concedido a los cuatro concejales que conforman el grupo Vox la dedicación exclusiva, que supone un salario de 68.171 euros, la misma cantidad que recibirán los ediles del PP que sí forman parte del gobierno y que también tienen dedicación exclusiva. En el caso de la oposición, no dispondrán de esta opción todos los ediles, ya que el tope de casos con dedicación exclusiva son 25 y los 13 del PP y 4 de Vox ya suman 17.

Desde las formaciones progresistas se ha denunciado que lo primero en que se han puesto de acuerdo las derechas es “en los sueldos”.

La polémica del reparto de espacios y funciones en el Ayuntamiento de Valencia

Además de la controversia en torno a las dedicaciones exclusivas y los salarios de los concejales de Vox, también se ha desatado una polémica por el reparto de espacios y funciones dentro del Ayuntamiento de Valencia. La alcaldesa María José Catalá ha anunciado que se ubicará a Compromís y PSPV fuera del edificio consistorial, mientras que Vox seguirá en el mismo edificio. Esta decisión ha sido recibida con malestar por parte de la oposición, que la interpreta como un intento de dificultar su labor de fiscalización y control.

En este sentido, los socialistas tendrán «una planta completa» y «tres baños» además de una sala de reuniones de «casi 50 metros cuadrados» que será compartida Compromís, mientras que este grupo dispondrá en el mismo edificio, de «una planta entera» y «dos despachos». Desde Compromís y PSPV,  han criticado la decisión ya que es la primera vez que la oposición sale del edificio principal, lo que se entiende como un intento de dificultar sus tareas de fiscalización.

Por su parte, María José Catalá ha dicho que estas decisión mejora los espacios de la oposición, ocultando que así se libra de compartir espacios con ellos y dificulta la labor de control al gobierno.

Un traje a medida para Vox Valencia

La estructura del nuevo gobierno municipal liderado por el PP ha generado controversia y tensiones políticas en Valencia. Aunque la alcaldesa María José Catalá ha reiterado que su intención es gobernar en minoría y buscar acuerdos puntuales con la oposición, la realidad muestra un acercamiento hacia Vox.

Además de las decisiones sobre sueldos y espacios, el PP ha llevado a cabo un controvertido cambio de nombres en distintas comisiones municipales. Esta modificación ha sido interpretada por la oposición como un intento de acomodar a Vox en el gobierno, adaptando las comisiones a sus demandas. Un ejemplo de ello es la concejalía de Derechos LGTBI, que ahora ha sido incorporada a la delegación de Igualdad, lo que ha generado malestar y acusaciones de ceder a las exigencias del partido de Abascal.

Tanto el PSPV como Compromís, han mostrado su descontento, viendo en esta medida un pacto no formal entre el PP y Vox, que se une al tema de los salarios y los espacios municipales para contentar a la formación de ultraderecha y que se produce una vez terminadas las elecciones del 23J.