El 70% de israelíes piensa que hay que ignorar el sufrimiento de la población palestina durante el conflicto en Gaza
Una reciente encuesta realizada por el Israel Democracy Institute (IDI) ha reflejado interesantes datos sobre la sociedad del Estado de Israel, especialmente en lo que concierne al conflicto que se lleva desarrollando en la Franja de Gaza después de que Hamás llevara a cabo un ataque al sur del país el pasado 7 de octubre. Uno de los datos más reveladores es que el 70.8% de la población israelí ha reflejado que el sufrimiento de la población palestina no debería ser tenido en cuenta durante el desarrollo del conflicto. Si restamos la población árabe residente en Israel, este porcentaje se eleva al 83.4%. Es decir, la inmensa mayoría de la población judía israelí está de acuerdo en afrontar la guerra ignorando el sufrimiento de civiles.
«¿En qué medida cree que Israel debería tener en cuenta la sufrimiento de la población civil palestina en Gaza al planificar la próximas fases de lucha allí?» es la pregunta número 15 que se realizaba en la encuesta, con cinco posible opciones de respuesta. El 40% de la población total, hasta el 47.5% teniendo en cuenta únicamente personas judías, marcó la opción «en absoluto», mientras que el 30.8% (el 35.9% en el caso de personas judías) marcó la opción «no demasiado».
En cuanto a las opciones «bastante» y «mucho», fue marcada por el 9.9 y el 14.6% de la población, respectivamente. Sin embargo, estos porcentajes corresponden de manera muy mayoritaria a la población árabe. Teniendo en cuenta judíos, los porcentajes se reducen al 7.7 y el 5.2%, en cada caso. Por contra, el 83.1% de la población árabe estaría a favor de las dos opciones que optan por tener en cuenta el sufrimiento de la sociedad gazatí en el conflicto, habiendo marcado el 62.1% la opción «mucho».
Esta encuesta ha reflejado, además, otros datos interesantes. Por ejemplo, la pregunta 16 plantea si durante las operaciones militares del ejército israelí en Gaza, habría que «asegurarse de que no infrinja las leyes internacionales ni las normas de guerra». El 22.6% marcó «algo en desacuerdo» (el 26.2% en caso de población judía) y el 16.4% eligió la opción «muy en desacuerdo» (el 19.4% personas judías). Es decir, el 39% de israelíes estarían de acuerdo en que no es necesario tener en cuenta el derecho internacional en materia de guerra, un porcentaje que se eleva al 45.6% si se tiene en cuenta únicamente población judía. Esto es casi la mitad de personas judías.
La encuesta se pasó los días 18 y 19 de octubre, cuando el ejército israelí ya había sido señalado por diferentes medios de comunicación, ONGs, analistas y otras personalidades por bombardeos indiscriminados a la población palestina en Gaza, por el empleo de fósforo blanco (cuyo uso indiscriminado está prohibido por el derecho internacional desde 1997) y las víctimas contabilizadas entre la sociedad gazatí superaba las 3.000. Además de ataques a centros de salud, zonas residenciales, colegios… también se había presionado y atacado a periodistas. También se había llevado a cabo el «asedio total» a la Franja de Gaza, cortando el suministro de electricidad, combustibles y de agua. De hecho, el 15 de octubre permitió el paso del suministro de agua presionado por Estados Unidos.
El conflicto en Gaza y la radicalización de la sociedad israelí
La encuesta realizada por el IDI refleja otras opiniones interesantes, como que el 47.4% de la población israelí piensa que el conflicto en Gaza no está adecuadamente planificado, un porcentaje que se reparte más o menos por igual entre árabes y judíos, si bien el 38.6% de judíos marcó la opción «creo que sí», lo que refleja una mayor confianza en el caso de la población judía.
Además, el 59.1% de israelíes declararon estar «muy preocupados» y «algo preocupados» por el futuro de su situación económica. En cuanto a la seguridad con respecto a su «integridad física», tanto árabes como judíos marcaron altas puntuaciones. El 30.9% de árabes marcó «algo preocupado» y el 38.5% «muy preocupado», opciones que se repartieron respectivamente en el 22.8 y 40.2% en el caso de la población judía.
Como añadido, mientras que la confianza en el ejército se mantiene en un porcentaje significativo, especialmente en el caso de personas judías con un 28.9% marcando «bastante» y un 58.3% «mucho» (14.7 y 8.8% respectivamente en el caso de árabes), esta misma confianza cae en picado cuando se trata del gobierno. En este caso, tanto judíos como árabes puntúan bajo, si bien la población árabe gana de lejos: el 45.9% de judíos señaló no confiar «en absoluto», el 63% en el caso de árabes, siendo el total poblacional del 48.7%. Además, el 32% de judíos marcó «no mucho», el 19.2% en el caso de árabes. Así, en total, el 78.6% parece mostrar algún grado de desconfianza hacia el ejecutivo de Benjamín Netanyahu en pleno conflicto con Gaza.
Otra encuesta, llamada Israel Voice Index, realizada entre el 24 y el 26 de octubre y que pregunta acerca de las relaciones entre la comunidad judía y árabe residente en Israel, parece reflejar que ambas etnias tienen una percepción similar acerca de la convivencia. El 19.9% piensa que las relaciones están «mal», mientras que el 12.5% piensa que están «muy mal». El 47.5% piensa que están «regular», es decir, ni bien ni mal.
En esta misma encuesta, el 18.1% de la población dice no confiar ni en los altos mandos del ejército ni en el primer ministro, si bien el 49.5% se decanta por confiar más en el ejército en contraste con el 7.3% que optaría por confiar más en Netanyahu. Como añadido, el 50.1% de la población israelí declaró sentirse «moderadamente pesimista» (27.9%) o «muy pesimista» (22.2%) sobre el pasado y futuro del desarrollo democrático del país.
Según IDI, la primera encuesta se pasó a 507 personas judías y 103 árabes mayores de 18 años, constituyendo una muestra representativa del peso de ambas poblaciones dentro del Estado de Israel. La segunda se pasó a 602 y 151, respectivamente.
Al tenor de los datos presentados, se puede deducir que ha habido una progresiva radicalización de la sociedad israelí, que cada vez teme más por su seguridad y su futuro y cada vez desconfía más de la democracia, optando más por la confrontación y la violencia. Además, según un análisis realizado por la propia organización teniendo en cuenta ideología política, cuanto más a la derecha del espectro político, más se opta por opciones no pacíficas aunque, como nota de curiosidad, la confianza hacia Netanyahu en la gente de derechas solo llega al 10%, siendo Likud, su partido, anclado en la derecha política.
Concretamente, la población judía del Estado de Israel parece estar más predispuesta a hacer todo lo posible para ganar la guerra, e incluso una mayoría piensa que Hamás debería de entregar a la población rehén a cambio de nada, es decir, sin intercambio de prisioneros y sin que exista un fin de las hostilidades, si bien los porcentajes están igualados (un 39.7% contra un 44.8%) al menos en el caso del intercambio de prisioneros.
Esta progresiva radicalización coincide también con un pesimismo y un descontento progresivo hacia las instituciones democráticas del Estado de Israel, lo que abre la puerta a que los partidos políticos más radicales puedan acceder al poder y aprobar medidas autoritarias. No en vano, las fuerzas ultraderechistas, como el Partido Sionista Religioso o el Shas, han aumentado su apoyo en los últimos años, teniendo en total este tipo de grupos políticos 25 de 120 escaños en el parlamento israelí y condicionando el gobierno de Netanyahu.
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.