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La ultraderecha gana las elecciones en Países Bajos frente a una gobernabilidad endiablada

En un giro inesperado, Geert Wilders, líder del ultraderechista Partido por la Libertad (PVV) en Países Bajos, celebra su victoria en las elecciones generales con 37 de los 150 escaños y un 23,5% de los votos. En su discurso, Wilders destaca la disposición del PVV para colaborar desde una posición de fuerza con otras formaciones, priorizando los intereses nacionales y abordado la cuestión de la inmigración, un tema crucial en campaña pese a la bajada en peticiones de asilo.

La victoria del PVV marca un cambio significativo en la trayectoria política de Wilders, conocido por sus propuestas radicales como el Nexit (esto es, la salida de Países Bajos de la Unión Europea) o la prohibición del Corán. Sin embargo, en su discurso de victoria, Wilders expresó su intención de gobernar con una coalición amplia, moderando su discurso y buscando representar a todos los ciudadanos. Algo que muchos partidos no acaban de creer, anunciando que no pactarán con Wilders. El problema es que sus 37 escaños hacen muy complejo ignorarlo.

Negociaciones complejas: Wilders busca alianzas para gobernar

El tablero de Países Bajos es endiablamente complejo, con la representación política divida en un mosaico de 26 partidos políticos. Con este panorama, Geert Wilders explora una coalición que le pueda dar una mayoría.

Su preferencia habitual apunta a formar un gobierno derechista con el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), que ha obtenido 24 escaños y el 15,1%, liderado por Dilan Yesilgöz; y el Nuevo Contrato Social (NSC), una escisión de Llamada Demócrata Cristiana (CDA) que ha obtenido 20 escaños y un 12,8% de los votos, de Pieter Omtzigt, lo que sumaría 81 diputados y mayoría absoluta.

El PVV podría intentar sumar a todos los aliados del espectro de la derecha, como el Partido Agrarista (BBB, 4,7% y 7 diputados ) y el Partido Político Reformado (SGP, 2,1% y 3 diputados), si bien está bien coalición tiene enemistades históricas entre sus miembros y necesitaría la práctica totalidad del arco parlamentario para funcionar.

También hay que destacar que otros dos partidos políticos de derecha radical han obtenido representación: el Foro por la Democracia (FvD) del conspiracionista Thierry Baudet, que con solo un año de existencia ya obtuvo representación en 2017 y que esta vez ha pasado de 8 a 3 asientos; y Respuesta Correcta 21 (JA21), una escisión de este último más moderada y que ha entrado en el parlamento neerlandés con un escaño. Sin embargo, aunque este hecho convierte a Países Bajos en uno de los países, junto a Grecia, con tres formaciones de extrema derecha en su cámara legislativa, se trata de una representación demasiado baja como para que sea determinante para el PVV, aunque sí para el VDD.

Wilders afirma que la implementación de su agenda “no será posible en la izquierda”, defendiendo solamente los pactos con conservadores o formaciones de centro derecha. La táctica política de Wilders, que ha moderado su discurso en la recta final de la campaña para buscar apoyos, persigue equilibrar sus propuestas más radicales con la necesidad de formar un coalición viable.

Otra alternativa, una de las pocas que podría evitar la llegada de Wilders, es una coalición amplía en torno a la unión del Partido de los Trabajadores y Los Verdes (GL-PvdA), coalición que ha dado la sorpresa con el 15,5% de los votos y 25 escaños, convirtiéndose en la segunda fuerza del país. Esta mayoría alternativa necesitaría sumar a las fuerzas socialdemócratas, socioliberales, democristianas y europeístas, uniendo a fuerzas de la izquierda con el centroderecha, lo que resultaría considerablemente difícil de gestionar, si bien no imposible.

Wilders y el PVV: La evolución de un viejo conocido de la ultraderecha

La victoria de Wilder representa un golpe en el tablero político de Europa. A sus 60 años, el líder del PVV (conocido como “Mozart” en su país por su parecido con el conocido compositor), obtiene la victoria tras casi dos décadas desde la fundación de su partido en 2006 con propuestas rabiosamente radicales. Su camino estos años ha sido una travesía por el desierto, donde el PVV caía con fuerza en las elecciones superado por nuevos partidos mientras que en otros comicios se reforzaba, generalmente ante las malas noticias relacionadas con las personas migrantes.

Y es que es sobre estos donde Wilders lanza toda su ira, lo que se ha traducido recientemente en propuestas en los Países Bajos de prohibición de mezquitas o el Corán, unido a todo su clásico repertorio de medidas antiinmigración.  

Unas políticas antinmigración que empiezan a extenderse en el norte de Europa, tras el giro de parte de la socialdemocracia nórdica hacia el rechazo de los migrantes y que ha forjado nuevos pactos entre los países para reducir los flujos migratorios. Una victoria de la extrema derecha en el plano de la narrativa ante una Europa que ha manejado el asunto deficientemente. Y algo que a su vez, les acerca a más gobiernos en toda la UE.

La ultraderecha gana las elecciones en Países Bajos ante una gobernabilidad endiablada” 

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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