Kamala Harris fulmina la ventaja de Trump en las encuestas en una semana

La vicepresidenta Kamala Harris ha conseguido reducir significativamente la ventaja que el ex presidente Donald Trump mantenía en las encuestas electorales de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. Según una nueva encuesta del Wall Street Journal, que marca que Harris ha logrado cerrar una brecha de seis puntos porcentuales, situándose ahora a solo dos puntos de Trump. Este cambio es notable considerando que, hace apenas una semana, Trump lideraba con un 48% de intención de voto frente al 42% de Harris.

El cambio de rumbo ha sido descrito como «asombroso» por varios analistas, quienes destacan la rapidez con la que Harris ha ganado terreno. Esta mejora se atribuye en parte a su capacidad para captar el apoyo de votantes clave, incluidos los jóvenes, los afroamericanos y los latinos, segmentos donde su popularidad ha crecido notablemente. Por ejemplo, Harris ha alcanzado un 63% de apoyo entre los votantes afroamericanos, superando el 51% que registraba Joe Biden en ese mismo grupo antes de retirarse de la contienda.

La campaña de Trump al contraataque

Ante este nuevo panorama, la campaña de Donald Trump ha intensificado sus esfuerzos y ataques a la candidata, organizando eventos de gran escala para movilizar a su base electoral. Trump, ha retomado ya sus actividades de campaña, desafiando incluso las recomendaciones de seguridad del Servicio Secreto. Durante un mitin en West Palm Beach, Florida, Trump criticó duramente a Harris, calificándola de «vicepresidenta fracasada» y «vaga», en un intento de minimizar su ascenso en las encuestas.

Unos intentos de menospreciar a su nueva rival que no ocultan el miedo en los analistas republicanos, que confiaban en una victoria clara contra un envejecido Joe Biden.

Además, la campaña de Trump enfrenta ciertos desafíos internos. Informes recientes sugieren que hay incertidumbre respecto a JD Vance, el compañero de fórmula de Trump, quien ha sido objeto de críticas por comentarios pasados y por su falta de popularidad en algunos sectores del electorado. Según una encuesta de Ipsos, solo el 42% de los votantes tienen una opinión favorable de Vance, mientras que un 44% lo desaprueba, lo que podría complicar la campaña de Trump en los estados clave.

El impacto de Harris en los estados clave

La estrategia de Harris ha incluido un enfoque particular en los “swing state” (estados bisagra), donde el resultado de la elección puede depender de pequeños márgenes de diferencia y a su vez determinar quién obtiene la mayoría para ser elegido presidente. Estados como Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte son ahora el centro de las campañas de ambos candidatos. Harris ha logrado consolidar un apoyo significativo en estos estados, especialmente entre los votantes latinos y afroamericanos, lo que ha sido crucial para reducir la ventaja de Trump.

En particular, una encuesta reciente muestra que Harris y Trump están empatados en Michigan y Pensilvania, dos estados críticos que podrían decidir el resultado final. En Minnesota, Harris ha logrado una ventaja de seis puntos, mientras que, en Wisconsin, Trump mantiene una ligera ventaja de un punto. Estos resultados demuestran lo reñida que está la contienda, casi en empate y la importancia que tendrá la movilización de votantes en estas áreas.

Además, la campaña de Harris ha puesto un fuerte énfasis en la recaudación de fondos y el reclutamiento de voluntarios. En una semana, Harris ha conseguido más de 200 millones de dólares y ha sumado 170.000 nuevos voluntarios, lo que ha permitido una mayor presencia en el terreno.

Los problemas de Kamala Harris

A pesar del importante avance, Kamala Harris enfrenta desafíos significativos en su campaña. Si bien ha logrado aumentar su popularidad y reducir la ventaja de Trump, su apoyo entre ciertos grupos clave aún no alcanza los niveles que obtuvo Joe Biden en 2020. Por ejemplo, aunque Harris tiene un 63% de apoyo entre los votantes no blancos, este porcentaje es inferior al 73% que Biden logró en las últimas elecciones. Además, Harris necesita mejorar su posición entre los votantes indecisos y aquellos que tienen opiniones desfavorables tanto de ella como de Trump, un grupo significativo que podría inclinar la balanza en noviembre.

La campaña también debe abordar los problemas internos del Partido Demócrata, especialmente las críticas sobre su capacidad para liderar una coalición amplia y ser elegida claramente como candidata demócrata. Hasta hace poco relevantes líderes del Partido Demócrata no habían confiado en Harris y habían lanzado la posibilidad de que Michelle Obama fuera la candidata del partido.

Una brecha que empieza a cerrarse, consiguiendo Kamala el apoyo de las alas más centristas e izquierdistas de los demócratas conforme se revela que es una candidata solvente que está consiguiendo poner en alerta a los republicanos y disputar los estados claves, borrando los malos resultados que preveían las encuestas para una candidatura de Joe Biden.