El giro catch-all de Pablo Motos ante Broncano: Ceciarmy, Susi Caramelo, fake news y tertulianos de derechas
Con la nueva temporada televisiva en marcha la competencia entre los principales programas de access prime time en España se ha intensificado. La rivalidad entre El Hormiguero de Pablo Motos y La Revuelta de David Broncano está en pleno auge, el joven presentador de Orcera ha superado al veterano showman requenenese ganando el Ondas a mejor programa de entretenimiento. En este contexto, Motos ha adoptado un enfoque «catch-all«, buscando atraer a un público variado, desde la cultura pop despolitizada hasta aquellos más cercanos a la derecha y la ultraderecha. Este giro incluye el fichaje de figuras populares como Susi Caramelo, invitados de internet como Ceciarmy, una estrategia comunicativa basada en fake news y la presencia de tertulianos de corte conservador en su programa.
Susi Caramelo: el fichaje para dinamizar el humor
Uno de los cambios más visibles en la estrategia de El Hormiguero ha sido la incorporación de la reputada humorista Susi Caramelo como colaboradora de la tertulia. La humorista catalana, que ha ganado popularidad en los últimos años gracias a su estilo irreverente y su participación en programas del ámbito de Broncano cómo La Resistencia, se ha convertido en un fichaje clave para Motos. Con su entrada el programa busca refrescar su imagen y conectar con una audiencia más joven y más cercana a la televisión alternativa.
Caramelo cubre un nicho de audiencia similar al de Broncano, apelando a un público que valora el humor irreverente y el entretenimiento desinhibido. Su estilo grosero y feminista contrasta con el humor más blanco y familiar que suele caracterizar al programa de Motos, y su presencia parece estar diseñada para atraer a ese público que, tradicionalmente, se ha sentido más identificado con propuestas como las de Broncano. La incorporación de la cómica a El Hormiguero es parte de la estrategia de Motos para cubrir todos los frentes y tratar de neutralizar el impacto de La Revuelta en la batalla por las audiencias.
Invitados espectaculares: Ceciarmy
Otro elemento que ha cobrado relevancia en la estrategia de Motos es la figura de los invitados estrella; aquí hay un punto de diferencia relevante con Broncano, mientras el de Televisión Española jamás los anuncia y trata de mantenerlos en secreto, Motos ha desplegado una estrategia basada en nichos de fans en la cual anuncia con muchísima antelación la participación de famosos desde un enfoque cada vez más cuantitativo (números en redes sociales) que cualitativo (calidad del invitado). Como una anécdota que muestra hasta que punto esto es así, Belén Esteban y María Patiño confesaron en directo en la revuelta que Pablo Motos les había hecho una oferta mejor pero ellas prefirieron acudir con Broncano.
En el marco de este interés cuantitativo esta semana Motos ha invitado a Ceciarmy; un influencer que se caracteriza por vestir con un pasamontañas para ocultar su identidad. Ceciarmy ha sido objeto de críticas por su tendencia a propagar bulos y discursos de ultraderecha de manera a veces sutil y camuflada y otras menos disimulada. La cuenta de Ceciarmy originalmente pertenecía a un creador de memes de trap que adoptó su nombre e imagen pública del popular rapero catalán y antifascista Cecilo Grosero (Ceci G), pero fue comprada posteriormente por este influencer de la extrema derecha, hecho que trata de ocultar en sus entrevistas. Entre otras muchas cosas reprobables este personaje mató con sus manos en su propia bañera a un cerdo vietnamita que adquirió para las risas de internet.
A través de su figura, Motos intenta captar una parte del público que se siente atraída por este tipo de mensajes, añadiendo una capa de complejidad a la audiencia de El Hormiguero. La jugada de Ceciarmy parece no haberle salido bien a El Hormiguero: con este instagramer, El Hormiguero marcó sus peores números desde XXX. Mala apuesta.
Más allá de Ceciarmy: el papel central de los tertulianos de derechas
Otro componente clave en el giro de Pablo Motos, que de hecho inició sus suspicacias con el gobierno de Pedro Sánchez, ha sido la incorporación de tertulianos de ideología liberal y conservadora, lo que ha consolidado la imagen de El Hormiguero como un refugio para la derecha mediática. Tertulianos como Rubén Amón, Juan del Val, Cristina Pardo, Rosa Belmonte o María Dabán, habituales en otros programas de debate político, han encontrado en El Hormiguero una plataforma para expresar sus opiniones en un tono más distendido, pero no exento de contenido político.
La inclusión de estos perfiles responde a la intención de captar a una audiencia más cercana a Vox o al Partido Popular, que busca en la televisión un espacio donde ver reflejadas sus ideas. Esto contrasta con el público que suele seguir a Broncano, considerado generalmente más afín a posturas progresistas aunque con matices en ambos casos. Motos, consciente de la polarización política en España, ha apostado por posicionar su programa como un espacio en el que las posturas conservadoras puedan ser presentadas sin contrapeso aparente, lo que le asegura una audiencia fiel en ciertos sectores. Forma también parte del plan de Atremedia de convertir Antena 3 en una «fox news a la española».
Fake news y polarización mediática
Uno de los puntos más controvertidos en esta nueva etapa de El Hormiguero ha sido su implicación en la difusión de información falsa respecto a su duelo con La Revuelta. Motos, en algunas ocasiones anteriores, ha sido acusado de alimentar teorías y rumores sin fundamento, lo que ha generado parte de su brecha política con el gobierno de España. Un ejemplo reciente es el comentario lanzado en directo por su colaboradora Cristina Pardo, donde se afirmaba que el gobierno de Pedro Sánchez había impulsado el fichaje de Broncano en TVE con el objetivo de desplazar a Motos como líder de la franja de access prime time.
Esta declaración más cercana a las teorías conspirativas que a la realidad, fue rápidamente desmentida por el propio Broncano, pero ya había causado un revuelo mediático y generó discursos de odio contra su persona. El orcerano decidió vengarse del requenense explicando en The Times que fue Motos quien difundió este bulo. El uso de este tipo de afirmaciones en El Hormiguero refleja una búsqueda de polarización que, aunque arriesgada, parece estar diseñada para mantener la atención de aquellos sectores del público más susceptibles a este tipo de retórica. El programa ha pasado de ser un espacio centrado en el entretenimiento familiar a convertirse en un escenario donde las tensiones políticas juegan un papel cada vez más destacado.
Además, desde el inicio de la temporada el hormiguero ha querido presentarse como líder de audiencia aunque no sea así con una estrategia publicitaria basada en colocar ese mensaje de forma repetitiva. Si truco es medir la audiencia de los tramos en los que ambos programas no coinciden (desde que termina cada episodio de La Revuelta hasta el final de cada episodio de El Hormiguero).
En definitiva, la estrategia de Pablo Motos para mantener a El Hormiguero en la cúspide de la televisión española parece estar marcada por la búsqueda de una audiencia cada vez más segmentada y polarizada. Desde el fichaje de figuras como Susi Caramelo hasta la controversia en torno a Ceciarmy y la presencia de tertulianos de derechas, Motos ha abrazado una táctica «catch-all» en un intento por seguir compitiendo en un entorno mediático cada vez más complejo. Mientras que Broncano ha optado por una línea más juvenil y progresista, Motos ha construido un espacio donde se entremezclan el humor irreverente y la opinión conservadora, reflejando así las tensiones políticas de la sociedad española actual.
Articulista. Estudiante de Ciencias Políticas. Activista y cofundador en varias organizaciones sociales y sindicales de izquierda valencianista. Primer coordinador de BEA en la UMH y ex-rider sindicado. Analizar al adversario es la única forma de no perder la perspectiva de lo que se hace y es un deber moral cuando de ello dependen las vidas de las personas más vulnerables.