Radiografía de la extrema derecha de Europa
Entre 2010 y 2020, los partidos de extrema derecha de Europa ha ido aumentando su popularidad y su base social. Si bien muchas de estas fuerzas existen de hace tiempo y contaban con algún tipo de representación, ésta o bien ha aumentado hasta el punto de condicionar los gobiernos de los países europeos, o bien se ha consolidado. Y, en aquellos países de Europa donde no estaban en los parlamentos (o solo a nivel regional o local), finalmente han conseguido entrar.
En ocasiones, con una imagen renovada, nuevos métodos, cierto distanciamiento de los movimientos fascistas del pasado y estrategias adaptadas a los tiempos modernos (como el uso masivo de redes sociales, financiación de medios de comunicación propios, etc.) han empleado un discurso, normalmente, basado en el rechazo a la inmigración y al comunismo principalmente y, en menor medida, contra el feminismo y las personas LGTB.
Así, de 37 países, 18 tienen representación de partidos de extrema derecha en el parlamento, es decir, la mitad. No obstante, con la excepción de Islandia o Irlanda, la mayoría tiene presencia en departamentos regionales o locales.
En 2010, hace solo diez años, Portugal, España, Francia, Alemania, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia o Estonia no tenían representación de partidos ultraderechistas. Por lo tanto, en solo una década, los países con representación de la derecha más radical se ha duplicado en Europa, con muy pocos retrocesos (Amanecer Dorado en Grecia sería un ejemplo).
Paralelamente, estos últimos diez años se ha visto que la extrema derecha de Europa ha tenido la capacidad de formar gobierno. Es el caso de Bulgaria, Polonia y Estonia. Es decir, de todos los casos, únicamente en Hungría existía una formación ultraderechista con poder. No obstante, es cierto que, durante algún tiempo, Italia y Países Bajos tuvieron gobiernos de coalición con fuerzas de este tipo.
Dado el amplio sentimiento euroescepticista y el ultranacionalismo que rezuman estos países, toda aquella persona demócrata y preocupada por la creación de una Europa unida, libre y con justicia social debería alarmarse.
Datos preocupantes en un mundo que parece cada vez más polarizado. Hay que tener en cuenta, que al tiempo que este apoyo popular crece, la discriminación y los delitos de odio hacia ciertos colectivos también aumentan al sentirse amparados por una parte de la sociedad e incluso del poder. Por no hablar de grupos extremistas, cuando no directamente neonazis, que aparecen y/o se expanden, a menudo con cierta complaciencia.
Se presenta a continuación una breve radiografía de la extrema derecha en Europa por países.
Alemania
Por una cuestión lógica, la extrema derecha en Alemania tiene una larga tradición. Tras la ilegalización del nazismo y de los símbolos asociados a este, el partido que tradicionalmente a representado a la ultraderecha en el país ha sido el Partido Nacional Demócrata de Alemania (por su siglas en alemán, NDP), de clara orientación neofascista y neonazi.
Se fundó en 1964 con la incorporación de gente del Partido del Imperio Alemán (DRP, 1946), el Bloque Pangermánico (VU, 1961) y el Partido Alemán (DP, 1961), partidos ultraconservadores y neonazis a su vez resultantes de otros partidos.
El NDP tuvo su mejor resultado electoral en 1969 con un 4,3% de los resultados, aunque en los 60 entraron con fuerza en varios parlamentos regionales. Entre 2005 y 2009 logró un acuerdo electoral con el partido Unión del Pueblo Alemán (DVU, 1987), partido que absorbió en 2011.
En 2013, el NDP tuvo una pequeña escisión, El III Camino, un partido neonazi que suele organizar marchas por las calles de Alemania cercano al strasserismo (el intento del “ala izquierda” del antiguo partido nazi). Éste a su vez tiene conexiones con el partido ucraniano Sector Derecho, el griego Amanecer Dorado, el Movimiento de Resistencia Nórdico o Hezbolá.
No obstante, otro partido eclipsaría al NDP: Alternativa para Alemania (AfD), fundado en 2013 y liderado por Jörg Meuthen. Mientras que el NPD se le asociaba continuamente al nazismo por sus antecedentes y por la radicalidad de sus discursos, AfD rechaza abiertamente el fascismo hasta el punto de no admitir a personas anteriormente asociadas al NPD o a grupos neonazis.
Así, mientras el NPD en 2016 perdió toda su representación parlamentaria en Alemania y en 2019 su escaño en el europarlamento, AfD en las elecciones europeas de 2014 obtuvo el 7,1% de los votos y 7 escaños. El mismo año, entraron en los parlamentos regionales de Sajonia (9,7%), Turingia (10,6%) y Brandeburgo (12,2%).
En las federales de 2017 sacó 94 de los 709 escaños del Bundestag con un 12,6% de los votos, convirtiéndose en tercera fuerza. Además, entró en todos los parlamentos regionales en las sucesivas elecciones. En Sajonia, Turingia y Branderburgo multiplicó sus resultados y, en el resto, aumentó en votos (a excepción de Hamburgo, donde perdieron un escaño).
AfD se caracteriza por un discurso abiertamente antiinmigración, islamófobo, contrario a la Unión Europea y de rechazo a los refugiados de la Guerra de Siria, lo que ha catapultado su popularidad. Por lo demás, ha adoptado las características del discurso de la alt-right: antifeminista, ultraconservador, supremacista y anticomunista.
En general, el resto de los partidos políticos utilizan la misma estrategia que con NPD: el famoso “cordón sanitario”, que consiste en dejarle fuera de cualquier pacto, acuerdo o coalición política para que no toquen poder.
Es muy cercano al Movimiento Identitario, una organización supremacista blanca extendida por Europa y América del Norte.
Otros partidos de ultraderecha de Alemania son: La Derecha, fundada en 2012 con antiguos miembros del DVU y cuya lideresa Úrsula Haverbeck estuvo en el partido nazi y ha recibido sentencias judiciales por negar el Holocausto; Los Republicanos (REP), fundado en 1983 y un tanto más moderado que el resto; A partir de ahora… Democracia a través del plebiscito, fundado en 2004. Sus apoyos electorales son testimoniales.
Bélgica
Dentro de la extrema derecha en Europa, Bélgica destaca por una amplia representación personificada en Interés Flamenco (VB, en neerlandés), un partido político fundado en 2004 cuyo líder es el joven Tom Van Grieken.
El partido, no obstante, proviene del Bloque Flamenco, un partido fundado en 1978 que fue ilegalizado por vulnerar las leyes antirracistas del país y por homofobia. El partido es una escisión de la Unión del Pueblo (VU, 1954), que se separó en una rama ultraconservadora y otra más progresista (el Partido Social Liberal).
Todos ellos proceden del movimiento soberanista y secesionista flamenco, que busca independenizar la región de Flandes del resto del país. No obstante, Interés Flamenco es además un partido con un discurso fuertemente euroescéptico, ultranacionalista, islamófobo, supremacista y ultraconservador, aunque a partir de 2019 moderó sus postulados antiLGTB, aceptando el matrimonio entre personas del mismo sexo, si bien son contrarios al aborto.
Aunque al inicio (como Bloque Flamenco) tuvo resultados testimoniales, fueron poco a poco aumentando en votos hasta el año 2007 cuando alcanzaron su pico con un 12% de los votos. No obstante, hasta 2014 sufrió un serio declive cuando sacó tan solo el 3,67% de los sufragios debido a la aparición de Nueva Alianza Flamenca (que quitó voto soberanista) y a crisis internas.
Pero a partir de ese año optó por una renovación de imagen, un líder joven y un nuevo discurso que le hizo recuperar apoyos. Así, en las elecciones federales de 2019, sacó el 11,95% de los votos y 18 escaños, mientras que en el parlamento flamenco obtuvo el 18,5% y 23 escaños.
Además de este, existen otros dos partidos de extrema derecha en Bélgica: Movimiento por la Nación (1999) resultado de agrupar a otros pequeños partidos, con un fuerte componente identitario y relacionado con el Movimiento de los Chalecos Amarillos; y el Partido Popular (2009), una fuerza ultraconservadora inspirada en el Partido Popular de España y que se disolvió en 2019. Ambos han tenido resultados testimoniales.
Albania
Desde la disolución del Partido Fascista Albanés tras el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) y el fin de la Guerra Fría (1945 – 1991), no ha habido un partido de extrema derecha de relevancia en Albania.
Hasta 2013 y desde 1997, los partidos se presentaban en grandes coaliciones, a menudo muy dispares ideológicamente y posicionadas en función de asuntos de política estatal, especialmente a raíz de la Guerra Civil Albanesa de 1997 y que fijó ciertos bandos, marcando la política actual del pequeño país del este.
Así, en 2013 por ejemplo, la Alianza por una Albania Europea tenía hasta 37 partidos políticos, desde la extrema izquierda a la extrema derecha. De estos últimos, el Frente Nacional, el Frente Democrático Nacional o el Partido Patria Albanesa son algunos ejemplos de partidos de extrema derecha en Europa. Aunque en las elecciones de 2017 ya decidieron presentarse por separado, el apoyo electoral de estos partidos es muy reducido.
Austria
Sin lugar a dudas, el Partido de la Libertad de Austria (FPO) es el principal partido ultraderechista del pais. Fundado en 1956, tiene una larga historia a sus espaldas y es uno de los partidos de la extrema derecha de Europa más conocidos y representativos.
Sus antecedentes vienen de la Federación de Independientes, un partido que agrupaba a diferentes organizaciones políticas nacionalistas, además de miembros del partido nazi de Austria. Como curiosidad, parece ser que la Federación fue instigada por el Partido Socialista Austríaco para debilitar a la derecha.
En su momento, esta federación llegó a obtener el 10,9% de los votos pero, tras varias disputas internas, fue absorbida por el FPO en 1956. Su primer presidente fue un antiguo miembro de las SS, una organización paramilitar y política nazi.
Durante prácticamente las décadas siguientes, no pasaron del 5-6% de los votos, si bien llegaron a formar parte de gobiernos de coalición con socialdemócratas (1970 y 1983) y conservadores (1999, 2002 y 2017).
En 1986, se produce un cambio importante: el ala más liberal del partido se rompe y el partido se torna más radical. Ese año saca el 9,7% de votos, no dejando de subir hasta 1999 con el 26,9% de los votos. Tras varias bajadas por escándalos de corrupción, movilizaciones sociales y condenas europeas, en 2017 fue primera fuerza con un 26% de los votos con un discurso renovado basado en “los austríacos primero” y en contra de la inmigración.
Finalmente, en las elecciones de 2019, cayeron frente a la popularidad del Partido Verde, sacando el 16,17% de los votos, perdiendo 20 escaños y siendo apartado del gobierno. Sin embargo, continúa siendo tercera fuerza.
Bosnia-Herzegovina
Este país apenas tiene representación de la extrema derecha, siendo su potencial electorado absorbido por fuertes partidos nacionalistas y conservadores, como Alianza Democrática del Pueblo (DNS), fundado en el año 2000, así como partidos “big tent” o “atrapalotodo” (es decir, partidos que no se definen ideológicamente y que tratan de aglutinar voto de todos los sectores posibles) como el Partido de Acción Nacional (primera fuerza).
No obstante, existe el partido Srpska Unida (US), que se presentó en coalición con DNS y el Partido Socialista (SP), obteniendo 3 escaños. Este partido se fundó en 2015 como una escisión del Partido Demócrata Serbio (SDS, 1990), una fuerza tradicionalmente ultraderechista que optó por moderar sus postulados en 2014 y aliarse con el Partido Democrático del Progreso, de centro derecha.
Es un partido ultranacionalista serbio y fuertemente conservador. En 2018 pasó a formar parte de la coalición del gobierno conservador del Partido de Acción Nacional.
Bulgaria
Bulgaria es uno de esos países donde la extrema derecha de Europa gobierna, aunque sea mediante un pacto de gobierno. El principal partido ultraderechista del país es Organización Revolucionaria Interna de Macedonia – Movimiento Nacional Búlgaro (BMPO), fundado en 1999.
Se le considera la sucesora de la Organización Interna Revolucionaria de Macedonia, una organización terrorista que operó en Macedonia y en Yugoslavia fundada en 1983. Sus acciones más famosas son el asesinato de Alejandro I de Yugoslavia y del primer ministro búlgaro en 1929 en colaboración con el sanguinario grupo ultraderechista croata Ustacha.
Este partido se presentó bajo la coalición Patriotas Unidos (aunque se salió en 2019) junto al derechista Frente Nacional por la Salvación de Bulgaria (NFSB, 2011), el neofascista Unión Nacional de Ataque (ATAKA, 2005), Clase Media Europea y Unión de las Fuerzas Patrióticas de Defensa en las elecciones legislativas de 2017. La coalición sacó el 9,07% de los votos y 23 escaños, siendo tercera fuerza. Están en un pacto de gobierno con Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), el tradicional partido de centro derecha del país.
En las elecciones de 2014 se presentó bajo la coalición Frente Patriótico únicamente con NFSB obteniendo el 7,28% de los votos. En 2013, ambos se habían presentado por primera vez en solitario con 1,89% y el 3,70% de los sufragios respectivamente. Antes de entrar en la coalición, ATAKA fue la principal fuerza ultraderechista, con el 4,52% de votos en 2014, el 7,3% en 2013 y el 9,44% en 2009.
El discurso de estos partidos es claro: ultranacionalismo búlgaro, rechazo a las minorías (principalmente etnia gitana y minoría turca), islamofobia, antiinmigración, racismo, xenofobia, lgtbfobia y ultraconservadurismo. Además, abogan por la inclusión de la Iglesia Ortodoxa en la vida pública, el acercamiento político a Rusia y el alejamiento de la Unión Europea.
Otro partido de ultraderecha es la Unión Nacional Búlgara – Nueva Democracia, partido neonazi sin representación fundado en 2014.
Chipre
Chipre cuenta con un único partido de extrema derecha de Europa, el Frente Nacional Popular (ELAM), fundado en 2008 y que sacó representación por primera vez en 2016 con 2 escaños.
Es un partido que guarda relación con Amanecer Dorado de Grecia y que promueve un discurso ultranacionalista a favor de la unidad de la isla (dividida en dos actualmente), contrario a la inmigración y ultraconservador.
Otro partido tradicionalmente ultraderechista es Nuevos Horizontes, fundado en 1996 y disuelto en 2005 para convertirse en el derechista Partido Europeo, moderando sus posiciones. Llegó a obtener un escaño.
Croacia
Croacia no ha visto fuerzas de extrema derecha de relevancia hasta prácticamente 2020, cuando el cantante Miroslav Skoro abandonó el partido conservador Unión Demócrata Croata para crear el Movimiento de la Patria (DPMS).
Dicho partido reunió a otros más pequeños de derecha y de ultraderecha, como el Bloque por Croacia, Soberanistas Croatas o el Partido Conservador Croata. Obtuvo el 10,9% de los votos y 16 escaños, convirtiéndose en tercera fuerza.
La clave para su victoria ha sido adoptar el discurso de la nueva derecha alternativa, alejándose de las posiciones de los partidos de extrema derecha tradicionales, como el Partido Croata de los Derechos (HSP), el Partido Croata Puro de los Derechos (HCSP) o el Partido Croata de los Derechos de Ante Starcevic (HSP AC). Aunque se han presentado desde los años 90 tanto en solitario como en coaliciones, no han llegado a tener más de 8 escaños (2003).
Todos ellos proceden del histórico Partido de los Derechos de Croacia, al cual se le relaciona con el terrible y sanguinario régimen pro-nazi de los Ustacha, una de las organizaciones políticas más crueles de la Historia y que aterrorizó el país en los años 30 y 40. Actualmente no tienen representación.
Dinamarca
En este pequeño país del norte existen dos principales partidos de extrema derecha: el Partido Popular Danés (DF) creado en 1995; y La Nueva Derecha, fundado en 2005.
Sin embargo, el partido tradicionalmente ultraderechista del país es el Partido del Progreso, fundado en 1972 como protesta contra los altos impuestos y que asumió postulados antiinmigración, nacionalistas y xenófobos, llegando a obtener en 1973 el 15,9% de los votos.
Después de que su líder fuera encarcelado en 1983 por pedir que Dinamarca fuera “zona libre de musulmanes”, hubo una crisis de liderazgo, creándose una escisión, el DF. Sufriría otra escisión en el año 2000 que finalmente los llevarían a la irrelevancia política.
En cambio, el DF tuvo un éxito creciente elección tras elección (excepto en 2011 donde cayó un poco) hasta 2015, donde obtuvo el 21,1% de los votos y 179 escaños. Su éxito se debe particularmente a su discurso antiinmigración, contrario al Islam, al acogimiento de refugiados y al rechazo a la Unión Europea. Entre 2001 y 2007 (y en 2015) apoyaron gobiernos conservadores del Venstre (principal partido derechista) y del Partido Popular Conservador (DKF).
Sin embargo, en las elecciones de 2019, perdió más de la mitad de los votos pasando al 8,7%. Esto se debe a que el Partido Socialdemócrata de Dinamarca asumió parte de la agenda antiinmigración y a la aparición de La Nueva Derecha, un partido escindido del DKF más cercano a la nueva alt-right liderado por una mujer joven.
Otras fuerza ultraderechista es Línea Dura (2017), conocido por organizar marchas islamófobas y que no pasa del 1% de los votos.
Eslovaquia
En este país destacan fundamentalmente dos partidos: Kotlebistas – Partido Popular Nuestra Eslovaquia (L’SNS) y Somos Familia (Sme Rodina).
El primero tiene una larga tradición. Hunde sus raíces en la organización neofascista Hermandad Eslovaca, fundada en 2005 y que intentó presentarse a las elecciones en 2006, pero fueron ilegalizados por actividades anticonstitucionales.
En lugar de fundar un partido nuevo, ingresaron al pequeño Partido de Amigos del Vino que había existido desde 2000, cambiando su nombre a Partido Popular de Solidaridad Social en 2009 y luego a Partido Popular – Nuestra Eslovaquia en 2010.
Ese mismo año participó en las elecciones parlamentarias, obteniendo un 1,3% de los votos. Su primer éxito lo tuvo en en las elecciones de 2016, en las que obtuvo un 8.0% de los votos y 14 escaño, que en 2019 se convirtieron en 17.
El partido usa una retórica abiertamente neonazi y neofascista, con un fuerte culto a su líder, Marian Kotleba. Es contrario al matrimonio y adopción homosexual, a las minorías étnicas (etnia gitana), a la inmigración, al feminismo y la Unión Europea. Está a favor de acercarse políticamente a Rusia.
Por otro lado, Somos Familia apareció en 2015 con un discurso más moderno, próximo a la derecha alternativa y enfocado en la cuestión migratoria. En 2016 obtuvo el 6,6% de los votos y en 2019 el 8,2% y 17 escaños, convirtiéndose en tercera fuerza y entrando a formar parte del gobierno.
Eslovenia
El Partido Nacional Esloveno (SNS) es el partido tradicional de extrema derecha del país por excelencia. Se fundó en 1991 y nunca ha tenido demasiada representación.
En 1992 obtuvo su mejor resultado con el 10% de los votos y 12 escaños, pero fue bajando hasta que se convirtió en fuerza extraparlamentaria entre 2011 y 2018, cuando volvieron a entrar con 4 escaños y se convirtieron en apoyo al gobierno actual.
Es un partido un tanto controvertido, porque utiliza un discurso económico próximo a la izquierda o porque, por ejemplo, está a favor del laicismo del estado. No obstante, es ultranacionalista y ultraconservador, oponiéndose a la inmigración, las minorías étnicas y los derechos LGTB. Además, pide anexionarse territorios de Italia, Croacia y Austria. Todo ello lo enmarca en la extrema derecha.
Otros partidos minoritarios de ultraderecha son Eslovenia Unida o Más allá de Eslovenia.
España
España no ha tenido representación de partidos políticos de extrema derecha hasta la aparición de Vox. Fundado en 2013 por miembros del conservador Partido Popular (PP), principal partido de derechas del país, se presentó por primera vez a las elecciones europeas de 2014 con un 1,57% de los votos, quedándose a punto de conseguir escaño.
Después de varias crisis internas y obtener resultados testimoniales en las siguientes elecciones, en las autonómicas de 2018 sacó 12 escaños y el 11% de los votos en Andalucía, gobernando la región junto a PP y Ciudadanos. En las elecciones generales de abril de 2019 sacó el 10,26% de los votos y 24 escaños. En las de noviembre del mismo año, sacó el 15,09% de los sufragios y 52 escaños, convirtiéndose en tercera fuerza.
Vox utiliza un discurso alejado de las formaciones ligadas al fascismo y a la dictadura de Francisco Franco (1939 – 1975) , próximo a la nueva alt-right, con una retórica ultranacionalista, conservadora, neoliberal, anticomunista, antifeminista y antinmigración. Además, también ataca con frecuencia a los partidos nacionalistas periféricos, soberanistas e independentistas, lo que le condujo al aumento de su popularidad. Desde 2014, su líder es Santiago Abascal, antiguo político del PP.
Tiene relaciones con otros partidos ultraderechistas europeos, como Agrupación Nacional (Francia) o La Liga (Italia).
Sin embargo, a pesar de este discurso, la inmensa mayoría de sus miembros provienen de sectores tradicionalmente conservadores, como Hazte Oír, la Fundación Francisco Franco, de España 2000, de Falange Española, ex-cargos del PP o de Ciudadanos o de medios de comunicación escorados a la derecha. También ha absorbido a otras formaciones ultraderechistas, como Derecha Navarra y Española y Plataforma per Catalunya.
No obstante, la ultraderecha en España ha sido muy extensa. El partido más conocido es la Falange Española de las JONS, que tiene varias escisiones (La Falange, Falange Española Auténtica…), partido que intenta recoger la llamada ideología nacionalsindicalista del principal partido que apoyó el régimen de Franco (y el único permitido durante la dictadura).
Otros muy conocidos son España 2000 (2002), Democracia Nacional (1995), Alternativa Española (2003), Alianza Nacional (2006) o Fuerza Nueva (1976), todos ellos de inspiración neofascista, neonazi y franquista.
Estos partidos, más allá de alguna representación a nivel local y a pesar de presentarse en diferentes comicios en varias coaliciones o partidos pantalla, nunca han obtenido representación. Los mejores intentos los realizó Blas Piñar, quien fuera diputado designado por Franco y que creó Fuerza Nueva e intentó aliarse con partidos ultraderechistas europeos, pero nunca sacó más del 0,5%.
Pese a ello, la actividad callejera y propagandística de estos partidos en las décadas de los 70, 80 y 90 fue muy alta, uniéndose a grupos como los Guerrilleros de Cristo Rey o Triple A, protagonizando actos violentos y atentados. En este sentido, actualmente destaca Hogar Social, una organización que saltó a los medios por sus acciones solidarias enfocadas únicamente a personas nativas españolas y por sus actividades violentas en Madid y Murcia.
Estonia
Otro país donde la extrema derecha en Europa forma parte del gobierno. En este caso, el Partido Popular Conservador (EKRE). Fundado en 2012, se presentó por primera vez a las elecciones en 2015 sacando 7 escaños con un 8,1% de los votos. En 2019 duplicó sus resultados con el 17,8% de los votos y 19 asientos, siendo la tercera fuerza.
Su líder, Martin Helmet, procede del supremacista e identitario movimiento identitario paneuropeo, que adopta el discurso supremacista y ultranacionalista de la alt-right pero adaptado a la cuestión étnica estonia. Helmet, originalmente del centrista Partido de la Unión de Estonia, consiguió una fusión con el del partido Movimiento Patriótico, creando el EKRE.
Aunque está a favor de la ecología o de la democracia directa, también mantiene posiciones antiLGTB, xenófobas y antifeministas muy reaccionarias, diciendo por ejemplo que las personas homosexuales son pervertidas por naturaleza. Además, son negacionistas del cambio climático y euroescépticos.
También existe el Partido de la Independencia de Estonia, un partido neonazi fundado en 1999 que carece de representación, antes llamado Partido del Futuro.
Francia
En el país galo, el partido tradicionalmente de ultraderecha es el Frente Nacional, fundado en 1972 y renombrado en 2018 como Reagrupación o Agrupación Nacional.
Su primera gran victoria en 1986 con el 9,8% de los votos y 35 escaños lo convirtió en referente de toda la ultraderecha europea, siendo uno de los principales instigadores de la alianza “Euroderecha”, en la que participaron partidos como Fuerza Nueva (España) o el Movimiento Social Italiano.
Su mejor resultado histórico lo obtuvo en 1997, con un 14,9% de los votos en la primera vuelta y un 5,7% en la segunda, aunque debido al particular sistema electoral francés obtuvo solo un escaño. Actualmente, cuenta con 8 escaños tras sacar un 13,3% y un 8,8% en la primera y segunda vueltas en las elecciones de 2017. En las presidenciales de ese mismo año, Marine Le Pen, su líder, sacó el 33,90% de los votos, quedando segunda.
La historia de este partido es larga y turbulenta, con varias escisiones y divisiones internas, como el Movimiento Nacional Republicano (1999). En general, su discurso se ha centrado en el anticomunismo (especialmente hasta los años 90) y en la antiinmigración, con componentes racistas y xenófobos, hasta el punto que Le Pen ha sido encausada por delitos de odio.
Por otro lado su énfasis en el proteccionismo económico, el ultranacionalismo y en su apelación a demandas clásicas de la izquierda, le han hecho ampliar su electorado. Otra estrategia que ha utilizado es la defensa de “la libertad y los derechos” de las mujeres y la gente LGTB como arma contra el colectivo musulmán y para reforzar su discurso racista. También aseguran ser pro-europeístas, pero anti-UE.
Lo interesante de Francia es que, al igual que fueron pioneros en el triunfo de la ultraderecha en Europa, también lo fueron históricamente. Durante la Revolución Francesa a finales del Siglo XVIII, el lugar de los asientos en la Asamblea Nacional definió el espectro ideológico, ya que en el lado de derecho se sentaron los conservadores y contrarios a los cambios y, en el lado izquierdo, el pueblo llano y favorable a las reformas.
De entre el grupo sentado a la derecha, los más reaccionarios a la Revolución que incluso querían volver a la sociedad estamental de la Edad Media se les llamó “ultrarrealistas” y que son el antecedente conocido de lo que después sería la extrema derecha. Más tarde se crearía la Liga de los Patriotas, que difundiría ideales ultranacionalistas y antisemitas y que ganaría fuerza con los sucesivas guerras mundiales.
Durante el siglo XX, la extrema derecha ha estado bastante silenciada debido a que tenían su hueco en los partidos gaullistas, herederos del pensamiento político de Charles De Gaulle, general que dirigió la Resistencia Francesa contra la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial y que fue presidente de Francia hasta 1969 presentándose por diferentes partidos, como Agrupación por la República. Su ideología era fundamentalmente conservadora, tradicionalista, ultranacionalista y anticomunista, y definió la política hasta el día de hoy.
De hecho, Debout la France, un partido ultraderechista fundado en 1999, declara ser “heredero del gaullismo real” y que cuenta con un escaño en la Asamblea Nacional.
Por otro lado, el término Nueva Derecha, que inspiró la base teórica de la alt-right, también se creó en Francia, por el autor Alain de Benoist, en los años 80.
Por último, como en muchos países, Francia ha tenido una fuerte actividad ilegítima de grupos ultraderechistas, como la Organización del Ejército Secreto (disuelto en 1962), la Tercera Vía, la Red Radical o la Unidad Radical, que utilizan o utilizaron la violencia. Estas organizaciones han colaborado con otras de países como España, donde también llegaron a acuerdos con los Grupos Antierroristas de Liberación (GAL), un grupo terrorista instigado por el gobierno socialista de Felipe González para hacer la guerra sucia al grupo terrorista ETA.
Grecia
La política de Grecia ha estado marcada por un fuerte bipartidismo y por la llamada Dictadura de los Coroneles, cuando el ejército tomó el poder entre 1967 y 1974 imponiendo un gobierno de extrema derecha con fuertes restricciones de derechos civiles y persecuciones políticas.
Tras este periodo, el primer partido de extrema derecha fue la Unión Nacional Demócrata, que buscaba volver al régimen monárquico, pero apenas obtuvo votos y se disolvió.
En 1977, ante el auge del comunismo, apareció Alineamiento Nacional que, aunque se disolvió en 1981, obtuvo el 6,82% de los votos y 5 asientos en el Consejo de los Helenos, siendo la primera vez que la ultraderecha tenía representación desde la dictadura. Poco después, la derecha radical se agrupó alrededor de coaliciones lideradas por la Unión Nacional Política (el Frente Helénico), pero solo obtuvo un escaño en 1984, perdiendo la representación después. Se unieron a Concentración Popular Ortodoxa (LAOS) en 2004. Este partido obtuvo su mejor resultado en 2009, auspiciados por la crisis, sacando 15 escaños (5,63% de los votos). Actualmente carece de representación.
Y es que, en 1985, se fundaría Amanecer Dorado, un partido de inspiración neonazi, neofascista, pro-dictadura, ultranacionalista y populista que, en 2012, se convirtió en tercera fuerza con 21 escaños y el 7% de los votos.
Era la primera vez que un partido abiertamente neonazi (con una esvástica en la bandera) alcanzaba tanta popularidad en un país europeo, sirviendo de inspiración al resto. No obstante, sus actos violentos e ilegales, la detención de sus líderes y una alianza entre los partidos y la prensa para apartar a Amanecer Dorado de los focos, junto a una buena organización antifascista, hicieron que perdieran toda su representación en 2019. Actualmente, está casi desaparecido.
En 2016, como una escisión de LAOS, se fundó Solución Griega, con un discurso más centrado en el nacionalismo y la inmigración, alejado de posiciones neonazis. En 2019 sacó 10 escaños (3,7% de los votos).
Otros partidos menores de ultraderecha en Grecia son Esperanza Nacional (2010) y el Partido Helénico (disuelto en 2004).
Hungría
En Hungría, el principal partido de extrema derecha es el Movimiento por una Hungría mejor, abreviado Jobbik. Fundado en 2003, tiene su origen en una asociación juvenil de derechas. En su éxito fue clave la presencia un veterano de la revuelta de 1956 contra el gobierno comunista.
Así, poco a poco comenzó a ser apoyado por sectores conservadores y personalidades que veían al tradicional partido ultraderechista del país, el Partido Húngaro de la Justicia y la Vida (MIEP), demasiado radical. Aunque se han criticado mutuamente, ambos fueron juntos a las elecciones en 2006. Actualmente, este partido no tiene escaños.
En 2010, Jobbik vivió su primer gran ascenso, obteniendo un 16% de los votos y convirtiéndose en la tercera fuerza política del país con 47 de los 386 asientos. En las elecciones parlamentarias de 2014 volvió a subir en su apoyo electoral, recibiendo esta vez un 20,5% de los votos. Sin embargo, debido a una reforma del parlamento, el número de parlamentarios bajó de 389 a 199
En los últimos años, Jobbik ha tratado de distanciarse de sus elementos más extremistas. Tradicionalmente, ha tenido un marcado carácter ultranacionalista, antisemita, antiLGTB y antiinmigración, pero ahora parece que busca sustituir al tradicional partido conservador del país, la Alianza de Solidaridad Húngara (KDNP) de Víktor Orban, que se ha ido progresivamente derechizando, Jobbik.
Debido a esto, ha tenido varias escisiones, como el partido Fuerza y Determinación.
Y es que hay que tener en cuenta que el KDNP está en una alianza con la Alianza Cívica Húngara (FIDESZ), una formación con posturas derechistas y ultraderechistas, con un fuerte discurso anticomunista, antiinmigración y conservador, fundado en 1988. Formación de la que Víctor Orban, actual presidente, es líder. Discurso que se ve en las políticas implementadas por el país, por ejemplo, en su rechazo a acoger refugiados o todas las enmiendas a la Constitución encaminadas a restringir los derechos de las personas LGTB.
Irlanda
La política de Irlanda ha estado marcada por la Guerra de Independencia de Reino Unido y la posterior Guerra Civil que enfrentó a dos formas diferentes de entender la soberanía de la isla, amén de diferencias religiosas entre católicos y protestantes.
Aunque es simplificar, en general, la parte política partidaria de la unión con Reino Unido ha sido de tendencia más conservadora, mientras que la más partidaria de la plena autonomía ha sido más progresista. Así, la ultraderecha ha tenido en general muy poco arraigo en el país.
Las Fuerzas de Voluntarios del Úlster se fundaron en 1912 y se refundaron en 1966, siendo un grupo paramilitar de extrema derecha dedicado a frenar los movimientos soberanistas e izquierdistas de Irlanda, especialmente enfrentado al IRA (Irish Republican Army). La colaboración de este grupo con el grupo neonazi Combat18 o con el ultraderechista Partido Nacional Británico, así como con otros grupos radicales, está más que demostrada.
En 2016 se creó el Partido Nacional de Irlanda, que obtuvo el 1,3% de los votos en las elecciones de 2020 con postulados antiinmigración y ultraconservadores. Se le considera afín a los partidos Forza Italia y el Partido Nacional Democrático de Alemania. También se considera probadas sus relaciones con grupos abiertamente neonazis. Su líder, Justin Barrett, ha sido visto en eventos abiertamente neofascistas.
Por otro lado, el Partido de la Libertad Irlandesa, con un discurso muy similar pero de carácter menos identitario, muy euroescéptico pero más liberal (de hecho analistas lo catalogan únicamente como de derechas), creado en 2018, obtuvo solo el 0,3% de los votos.
Hay que tener en cuenta también que, debido a las características del sistema electoral irlandés, a menudo proliferan candidatos y candidatas independientes a los partidos. Analizando el discurso de todas estas candidaturas, se podría decir que afines a postulados de derecha radical se encuentra la ex-periodista Gemma O’Doherty. Su discurso se caracteriza por estar en contra de la inmigración, negar el cambio climático y por esgrimir teorías conspirativas.
Italia
Italia es el país donde nació la extrema derecha de Europa con la fundación en 1921 del Partido Nacional Fascista de Benito Mussolini como brazo político de las Fasci italiani di combattimento, movimiento político y grupo paramilitar creado en 1919 y que tenía como principal objetivo frenar los movimientos izquierdistas.
Tras la toma de poder de Mussolini, quien ejerció como dictador desde 1925 hasta 1943, impuso una férrea dictadura totalitaria que sirvió de inspiración a Francisco Franco en España y a Adolf Hitler en Alemania, entre otras personalidades. Tras la Segunda Guerra Mundial, el partido fue disuelto y se restauró la democracia.
No obstante, pronto surgió el Movimiento Social Italiano (MSI, 1946) de inspiración fascista y admirador de Benito Mussolini. Al contrario que en otros países donde hubo dictaduras ultraderechistas, el MSI gozó de buenos resultados electorales hasta su disolución en 1995.
Su mejor resultado lo obtuvo en 1972, obteniendo el 8,7% de los votos y 52 escaños, en parte porque consiguió capitalizar la ola reaccionaria hacia los movimientos contraculturales de los años 60. Durante toda su duración, los partidos conservadores se apoyaron en el MSI para dejar fuera de los gobiernos locales a las fuerzas socialistas y comunistas.
Finalmente, varias escisiones, como la organización terrorista Orden Nuevo (1956), el grupo Vanguardia Nacional (1960) o el Partido Llama Tricolor (1995), y varios escándalos de corrupción, se disolvieron, siendo sustituidos por Alianza Nacional (AN), de corte más moderado, que se integraría en 2009 en el partido Pueblo de la Libertad creado por Silvio Berlusconi en sustitución a su anterior partido, Forza Italia. Pueblo de la Libertad se disolvería en 2013 y surgiría un nuevo partido ultraderechista: Hermanos de Italia, la mayoría ex-miembros de AN.
Con un discurso nacionalista y populista, Hermanos de Italia consiguió en 2018 32 escaños (el 4,4% de los votos).
Paralelamente, en los años 80, se fundó la Liga Norte, una coalición y después partido político que agrupaba a diferentes fuerzas regionales del norte del país que buscaban en principio su autonomía. En las elecciones de 1992 el partido emergió como un actor político relevante. Después de haber logrado un 8,7% de los votos, 56 diputados y 26 senadores, se convirtió en el cuarto partido del país. Su discurso fue tornándose cada vez más radical, centrándose en el conservadurismo y en la antiinmigración. En los 90, pedía la independencia de la zona norte de Italia, a la que llamó Padania, y participó en 1994 y en 2000 en el gobierno del derechista Silvio Berlusconi.
Posteriormente, abandonó su discurso independentista y comenzó a apoyar la descentralización de las competencias en un intento de extenderse por todo el país.
Tras un cuarto gobierno con Silvio Berlusconi, pérdida de popularidad y casos de corrupción, en 2018 el partido entró con fuerza en el parlamento italiano con 124 diputados y el 17,4% de los votos con Matteo Salvini como líder y renombrando al partido como La Liga. Aunque inicialmente formó gobierno con el Movimiento 5 Estrellas, finalmente éste último optó por aliarse con las fuerzas de izquierda en 2019.
Islandia
La pequeña isla del norte no cuenta con representación de la extrema derecha.
Existe el Frente Nacional Islandés, de inspiración francesa, enfocado en la inmigración y fundado en 2016, pero apenas obtuvo 300 votos en las elecciones de 2017. También existió el Partido de la Ciudadanía entre 1987 y 1994 como escisión del Partido de la Independencia, el principal partido de derechas del país, pero tras sacar 5 escaños en 1987 y formar parte del gobierno, varias divisiones internas acabaron con él.
República Checa
En Chequia o República Checa, destaca Libertad y Democracia Directa, un partido calificado como de extrema derecha euroescéptico y antiinmigración. Fundado en 2015 por Tomio Okimura, su discurso político se centró en pedir la expulsión de los musulmanes y celebrar un reférendum para salir de la Unión Europea. En las elecciones de 2017, fue cuarta fuerza con 22 escaños y el 10,66% de los votos.
Es resultado, a su vez, de una escisión del partido Amanecer, de carácter más conservador y que terminó disolviéndose en 2018.
Sin embargo, los partidos tradicionales ultraderechistas han sido otros. Destaca el Partido Republicano por Checoslovaquia (1989) que era conocido por su racismo hacia la etnia gitana, por pedir la reunificación de Chequia y Eslovaquia, por su xenofobia, por su ultranacionalismo y por su anticomunismo. Aunque en 1996 llegó a obtener el 8,6% de los votos, las elecciones siguientes perdió toda representación y no la volvió a recuperar. Fue fagocitado por el Partido Nacional (disuelto en 2011) y por otros partidos derechistas.
Hay varios pequeños partidos por el país pero con escasa popularidad y que dividen el voto derechista y ultraderechista, e incluso pueden no ser considerados como radicales.
Países Bajos
En este país del norte de Europa el Partido por la Libertad (PVV), fundado en 2006 por su actual líder Geert Wilders como una escisión del conservador Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) no solo es el partido de extrema derecha más importante del país, sino también la segunda fuerza en el parlamento.
Esta escisión se produjo por discrepancias en cuanto al voto en el referéndum para la aprobación de la Constitución Europea y en cuanto a la entrada de Turquía en la Unión Europea, puntos en los que el PVV era favorable. Así, ganó nueve escaños en las elecciones generales de 2006, convirtiéndose en el quinto partido más grande. En las elecciones de 2010 ganó 24 escaños, siendo tercera fuerza. Ese año llegó a un pacto de gobierno con el PVV, pero finalmente dicho pacto se hizo insostenible y se rompió en 2012. En las elecciones de 2017 consiguió cuatro asientos menos, pero fue segunda fuerza.
Tanto el partido como su líder son conocidos por su postura abiertamente islamófoba y contraria a la inmigración. Geert Wilders ha sido acusado y declarado culpable de incitación al odio, ha comparado el Corán con el Mein Kampf (el libro de Adolf Hitler y que resume su ideología nazi) e incluso hizo un cortometraje, Fitna, atacando a la religión islámica. El partido propone expulsar a todas las personas musulmanas del país, cerrar todas las mezquitas y salirse de la Unión Europea.
Aunque el PVV trata de alejarse de posturas fascistas y neonazis y ha criticado a otros partidos ultraderechistas europeos de esto, siempre se ha aliado con ellos para formar grupo parlamentario en Europa y su relación con ellos es bien conocida.
Por otro lado, en 2016 se fundó el Foro por la Democracia (FvD) por el carismático y joven Thierry Baudet, un partido nacionalista con posiciones más moderadas en cuanto al euroescepicismo y la islamofobia que el PVV, pero con más énfasis en la economía de libre mercado y en el conservadurismo. Es negacionista del cambio climático. Por otro lado, se aliena con otros partidos ultraderechistas europeos en cuanto a la defensa de la participación ciudadana. Expertos lo califican dentro de la alt-right.
También existe Gente Holandesa – Unión, un partido neonazi fundado en 1971 relacionado con Interés Flamenco que busca la unión entre Países Bajos y la zona de Flandes de Bélgica (que es de habla neerlandesa también). Durante los años 80 se nutrieron del auge de los grupos skinheads neonazis y, como tal, sostienen un ideario supremacista, identitario y contrario a la Unión Europea. Nunca han obtenido representación política.
Este último compitió con el Partido de Centro, otro partido neonazi creado en los años 80 y que sacó un escaño en 1981, pero que se disolvió en 1986 por escisiones internas, creándose el Partido de Centro ’86 y, finalmente, el Nuevo Partido Nacional y Alianza Nacional, que a su vez desaparecieron en 2007. Aunque nunca sacaron escaño, destacaron por sus manifestaciones callejeras y su propaganda de odio.
Por último, históricamente existieron la Liga General Fascista Holandesa y su sucesor, el partido Unión Nacional, en los años 20 y 30, como partidos de inspiración fascista, pero nunca tuvieron éxito. Y, por supuesto, el Movimiento Nacional Socialista de Países Bajos, versión del partido nazi, que sacó 4 escaños en 1937 y que se convirtió en el único partido legal durante la ocupación de la Alemania Nazi de Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial.
Polonia
Polonia es otra gran mancha dentro de Europa debido al auge de la extrema derecha. El país está gobernado por el partido Ley y Justicia (PiS) en una coalición con el también ultraderechista Polonia Unida y el conservador Acuerdo.
Fundado en 2001, en las elecciones de ese año obtuvo el 9,5% de los votos y 44 asientos. Pero es que, en 2005, sacó el 27% y 155 escaños, pasando a gobernar el país en coalición con el partido Autodefensa de la República de Polonia (1992) y la Liga de Familias Polacas (2001). En 2007, aunque aumentó a los 166 escaños, pasó a la oposición, resurgiendo en las elecciones de 2015 con el 37,6% de los votos y 217 escaños, pudiendo acceder de nuevo al gobierno. Finalmente, en 2019, repitió éxito con un 43,6% de los votos aunque dejándose 18 escaños.
El gobierno del PiS, encabezado por Andzrej Duda, ha radicalizado el discurso político del país enfocando su odio al colectivo LGTB y a las personas migrantes. Por todo el país, de hecho, existen “zonas libres de ideología LGTB” que favorecen las agresiones y las discriminaciones hacia el colectivo. Tanto es así, que la Unión Europea ha retirado la financiación a Polonia por sus políticas discriminatorias.
El discurso ultraconservador del gobierno polaco a menudo tilda a las personas LGTB de enfermas, de depredadoras sexuales y de traidoras a los valores polacos.
La Coalición para la Renovación de la República – Libertad y Esperanza (KORWIN) es otro partido ultraderchista, de tendencia euroescéptica y cercano a la alt-right fundado en 2015 que en las últimas elecciones sacó 5 escaños. Este partido se presentó en las elecciones de 2019 bajo la coalición Confederación, que agrupaba a pequeños partidos de extrema derecha, como el Movimiento Nacional (2012) o la Confederación de la Corona Polaca (2019), fuerzas ultracatólicas y monárquicas. La Confederación obtuvo 11 escaños.
Otros partidos minoritarios de extrema derecha son: el neofascista Resurgimiento Nacional Polaco (1981, sucesor y brazo político de Campamento Nacional Radical) o Grupo Szaniec. Estos y otros grupos destacaron más por sus movilizaciones y acciones a pie de calle que por obtener representación parlamentaria.
Portugal
Desde el año 1932 hasta 1974, la política del país estuvo dominada por el fascista partido Unión Nacional, en la dictadura militar de Antonio Salazar. Tras la Revolución portuguesa de 1974 y el reestablecimiento de la democracia, la extrema derecha ha tenido muy poco terreno, por razones obvias.
En el año 2000 se fundó el Partido Nacional Renovador (PNR) con un discurso centrado en la familia tradicional, el militarismo, el anticomunismo, la inmigración y posturas antifeministas y antiLGTB. Nunca ha obtenido más del 0,5% de los votos.
En 2019, no obstante, se fundó ¡Basta!, con posturas parecidas pero más moderadas y más centrado en el nacionalismo y el liberalismo económico. Parte de su apoyo se debe al carisma de su líder, André Ventura, que sostiene un discurso anti-establishment típico de la alt-right y alejándose de la dictadura salazarista. Obtuvo un escaño.
Conclusiones
Como se puede ver, en la mayoría de los países ha entrado la extrema derecha en Europa, ya sea con un discurso renovado o mediante nuevas fuerzas que han transformado el tradicional discurso ultraderechista. Así, en solo diez años, la presencia de éstas se ha multiplicado.
Es interesante conocerlas de cerca y entender el contexto social y político de Europa para poder saber a qué podrá deparar el futuro.
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.