La justicia boliviana suspende la orden de arresto contra Evo Morales
La justicia boliviana anula la orden de detención contra Evo Morales, el expresidente del país, acusado por delitos de terrorismo y sedición. La decisión de los tribunales tiene lugar tan solo una semana después de que su pupilo, Luis Arce, ganara las elecciones presidenciales con una amplia mayoría respecto a sus contrincantes.
Los presuntos delitos
La Fiscalía advierte de que la investigación por los presuntos delitos que comenzó el pasado 20 de noviembre, sin embargo, continúa en marcha. El presidente del Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de La Paz, Jorge Quino, justifica la suspensión de la orden de arresto porque “se vulneraron sus derechos, básicamente el derecho a la defensa debido a que no se le citó debidamente”. Morales estaba citado para comparecer ante la justicia el día 27 de octubre. No obstante, su defensa alegó que no habían recibido una notificación formal.
Así, el fiscal departamental de La Paz, Marco Cossío, se ha pronunciado en los siguientes términos: “Entiendo que se ha dejado sin efecto la notificación por edicto que se ha realizado, porque se debía realizar mediante cooperación internacional”. También ha explicado que la retirada del mandato de detención es una decisión constitucional, al igual que sucedió con el correspondiente al exministro Héctor Arce, pero esto no implica que las investigaciones se suspendan.
El caso contra el expresidente de Bolivia se basa en una serie de audios en los que una voz, atribuida a Morales, enseña a un dirigente cocalero a bloquear caminos y a paralizar el suministro de alimentos a distintas ciudades en el contexto de los disturbios sociales que se desarrollaron tras las elecciones supuestamente fraudulentas de 2019 y que condujeron al derrocamiento del expresidente y a su posterior exilio una vez que la policía y el ejército le retiraron su apoyo. Como puede escucharse en las grabaciones, la voz insta a dar “dura batalla a los fascistas y racistas” y especifica que “va a ser hora de combate, combate, combate […] Con el pueblo alteño y otros sectores, vamos a derrotarlos”.
Esto fue lo que motivó al Ministro del Interior del gobierno interino de Jeanine Áñez, que ha dirigido el país andino durante estos meses, a presentar los cargos de “sedición, terrorismo y financiación del terrorismo”. A partir de este momento Morales se instaló en Argentina, donde obtuvo estatus de refugiado, pese al mandato de detención por parte de la justicia boliviana en diciembre de 2019. Un mes después, el dirigente cocalero al que hacían referencia los audios, Faustino Yucra, fue detenido por las autoridades en el departamento de Chuquisaca.
El exmandatario boliviano y su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), han rechazado todos los cargos y, al igual que Interpol, han defendido que tras los audios en cuestión existían motivaciones políticas y no criminales. De hecho, la organización internacional de policía rechazó la petición del gobierno interino para emitir una orden de arresto individual.
El regreso de Evo Morales
Tras la victoria de Luis Arce en las elecciones presidenciales, Evo Morales declaró que tenía intenciones de regresar a Bolivia para instalarse en la región de Cochabamba y, ante la agencia AFP, no descartó participar en la toma de posesión, cuya fecha aún no ha sido establecida. En sus propias palabras: “hay compañeros que me piden que vaya a la posesión y estoy muy agradecido. El hermano (presidente de Argentina) Alberto Fernández, tan solidario, tan humano, me ha ofrecido llevarme a Bolivia. Tengo invitación (a la ceremonia). Todavía los movimientos sociales están debatiendo. Van a decidir ellos”.
Además, el expresidente de Bolivia pretende retomar el activismo sindical que ayudó a definir sus primeros pasos políticos en la década de 1980. “Estaré en la zona del Trópico de Cochabamba, junto a los movimientos sociales y al MAS. Vamos a cuidar, a defender nuestro proceso, vamos a acompañar a Lucho (Luis Arce), por supuesto, somos militantes. Vamos a cuidar nuestros principios ideológicos, también los programas sociales para bien de todo el pueblo boliviano”, aseguró Morales.
Aunque, a la par, renuncia sin titubear a asumir alguna función en el nuevo gobierno del país. “Seguiré de dirigente sindical hasta cuando me lo permitan. En lo personal, (voy a) dedicarme a la agricultura. Estoy haciendo talleres por teléfono para tener piscinas de crianza de pescado. Está muy de moda el tambaquí. Los compañeros que tienen criadero de pescado tambaquí están ganando muy bien”.