El extremismo de derechas es el mayor peligro para la seguridad alemana, informa el gobierno alemán
Esta semana el ministro del interior alemán, el conservador socialcristiano Horst Seehofer, ha asegurado que el extremismo de derechas representa el principal peligro para la seguridad alemana.
Así lo ha corroborado un informe interno de los servicios secretos alemanes, que han reflejado un gran aumento de la violencia ultraderechista y un crecimiento de la Nueva Derecha.
“Estamos en situación de alarma” ha declarado el ministro conservador sobre el informe de la Oficina federal para la protección de la Constitución (los servicios de inteligencia de Alemania).
Según se desprende del informe, 2020 ha reforzada a la extrema derecha alemana, que se ha visto muy movilizada durante el pasado año.
El número de radicales activistas de extrema derecha se ha elevado un 3,8%, llegando a las 33.000 personas. De este número, unos 13.300 son especialmente violentos y según el mismo informe tienen una especial inclinación por el uso de la violencia.
Los delitos por motivos políticos también aumentaron en Alemania. La cifra aumentó un 9% (llegando a la cifra histórica de 44.692 delitos por motivos políticos), siendo la mitad de los crímenes perpetrados por la extrema derecha.
La pandemia, acicate para la Nueva Derecha
El informe destaca también la importancia de la pandemia en el refuerzo de la extrema derecha clásica, que ha conseguido infiltrarse en las protestas y obtener un grado de aceptación mayor por parte del ciudadano medio.
Estos grupos de derecha radical han obtenido las simpatías de grupos diversos, como negacionistas, ciudadanos cansados por las restricciones, antivacunas y grupos con creencias esotéricas.
De la misma manera, los principales movimientos que se han visto reforzados han sido los de la Nueva Derecha, es decir, la nueva corriente derechista que ha triunfado en Europa con partido como Alternativa para Alemania, La Liga en Italia o Vox en España. Estos grupos también han traído un aumento del antisemitismo en el país germano.
Por ahora los servicios secretos tienen monitorizados a varios grupos de carácter antidemocrático o autoritario, que quieren subvertir el orden constitucional.
Entre ellos los llamados Querdenker (pensadores laterales), que cuestión la legitimidad del estado alemán o los Ciudadanos del Reich (Reichsbürguer) un grupo ultraderechista que se consideran herederos culturales del imperio alemán de Hitler y que desean acabar con el estado democrático alemán
Sus miembros han aumentado un 5%, hasta, los 1000 miembros y muchos de ellos están armados.
Pero también en España
La pandemia de coronavirus ha supuesto un refuerzo para la mayoría de grupos de extrema derecha, al encontrarse fuera del poder en la mayoría de los parlamentos.
En España también ha sido. Según el informe de la Fundación Rosa Luxemburgo “De los neonazis a los Neocons” que analiza el avance de la extrema derecha en las últimas décadas hasta la actualidad, la pandemia reactivó a multitud de grupos de la derecha radical.
Así, a parte de reforzar a la extrema derecha parlamentaria con Vox al frente, ha reactivado a multitud de grupúsculos de derecha radical o abiertamente fascista.
Algunos de estos grupos son partidos políticos tradicionales como la Coalición ADÑ (integrada por España 2000, Democracia Nacional, Alternativa Española y La Falange) o movimientos u asociaciones como Hacer Nación o Españoles en Acción.
Tal y como alerta el informe tras monitorear las actividades de estos grupos, muchos de ellos carecían de actividad hasta marzo de 2020 (o apenas la tenían). Las restricciones y las protestas contra el gobierno les sirvió para movilizarse, sumar miembros y justificar sus actividades, que se mantuvieron durante el primer confinamiento y en la posterior desescalada.
Tras esto, muchos de estos grupos han seguido movilizados y creciendo, pugnando por el espacio de la extrema derecha en España.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.