Derrota definitiva de la extrema derecha en la segunda vuelta de las elecciones regionales de Francia
El pasado domingo 20 de junio, dieron comienzo las elecciones regionales de Francia, donde se elegían las asambleas regionales y departamentales de 13 regiones y 5 territorios de ultramar, elecciones que se deciden en dos vueltas. A pesar de que la extrema derecha representada por el partido Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen avanzaba fuerte en los sondeos, la primera vuelta dio como resultado una plena derrota, quedándose en el 19% del total de voto, siendo superado por la derecha conservadora tradicional. En la segunda vuelta, celebrada ayer 28 de junio, se ha confirmado esta derrota, lo que significa que la extrema derecha no gobernará en ninguna región.
Ni siquiera lo ha conseguido en Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA), donde en la primera vuelta Agrupación Nacional y Los Republicanos (LR), la formación de derecha tradicional estaban en situación de empate virtual con algo más del 30% de los votos. Sin embargo, el candidato republicano, Renaud Muselier, obtuvo un 56% de los votos frente a Thierry Mariani, el aspirante ultraderechista, quien consiguió el 44%. Muselier es un claro éxito de cómo los candidatos sin posibilidad de ganar animan a concentrar el voto en el candidato que más posibilidades tiene para así frenar a la ultraderecha.
Sonora también ha sido la victoria de Xavier Bertrand, El presidente de Altos de Francia por Los Republicanos y exministro de los presidentes Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, había obtenido un 44% en la primera vuelta donde Sébastien Chenu de Agrupación Nacional solo consiguió el 24,4%, un 15% menos que en las elecciones regionales de Francia de 2016. Bertrand no solo ha conseguido revalidar el cargo, sino que podría postularse como candidato a la presidencia en 2022.
Sin embargo, otras dos personas podrían disputarle este honor. Por un lado, Laurent Wauqiez, vencedor en Auvernia y expresidente de la formación conservadora con un 55,9% de los votos, y Valérie Pécresse, ganadora en Isla de Francia, la región de París, con un 44,1%, venciendo con holgada ventaja a la extrema derecha y al resto de formaciones. En este último caso, además, Jordan Bardella, candidato por RN, obtuvo solo el 13,14% de los votos.
En cuanto a Grand Est, Jean Rottner ha certificado su victoria también. Tras obtener el 31,5% de los votos en la primera vuelta frente a Laurent Jacobelli de RN con un 21,1%, se ha alzado con la victoria en la segunda vuelta con un 40,3%, mientras que su rival ultraderechista se ha quedado en el 26,3%.
Consolidación de la derecha tradicional
Los sondeos a pie de urna de la segunda vuelta de las elecciones regionales de Francia certifican la espectacular subida de Los Republicanos, el partido de derecha tradicional del país que había quedado eclipsado tras el auge de Le Pen y de Emmanuel Macron, el actual presidente.
Así, LR habría obtenido el 38% de los votos en total, un 14% más que en la primera vuelta, lo cual se explica en buena medida por la concentración del voto que se da en los sistemas electorales de dos vueltas. Agrupación Nacional, por su parte, esta vez se mantuvo con un 20,5%. Por su parte, La República en Marcha (LREM), el partido centrista de Macron, cae del 10% al 7% en esta segunda vuelta, una sonora derrota.
Así, la derecha conservadora se hace con 7 de las 13 regiones de Francia, consolidándose de nuevo como una alternativa, y mejorando incluso los resultados electorales de las elecciones regionales de Francia de 2016. La extrema derecha, por su parte, cae considerablemente: en 2016 obtuvo un 27% en ambas vueltas, lo que significa una pérdida del 7% de los votos.
Esto abre nuevas posibilidades de cara a las elecciones presidenciales de 2022. Ya no está tan claro que la disputa de la presidencia de la república resida en un duelo entre LREM y RN. Ahora, Los Republicanos podrían tener fuerza para reconfigurar el panorama político de aquí a un año. Por otro lado, Le Pen deberá reconsiderar su estrategia y comprender que unos comicios regionales no son iguales que unos presidenciales. «Estoy más decidida que nunca a poner toda mi energía en rehabilitar la política. La elección presidencial permite cambiar de política. Emplazo a todos los franceses a construir la alternativa que necesita Francia», declaró.
La izquierda se mantiene
Los partidos de izquierda, representados por Francia Insumisa, Europa Ecología-Los Verdes, el Partido Socialista y el Partido Comunista Francés, que habían obtenido el 34,3% de los votos en la primera vuelta, se mantienen en un 34,5%. Aunque ahora no han podido obtener más votos que las formaciones conservadoras, esto se debe a que en aquellas regiones donde la segunda vuelta se decide entre la extrema derecha y la derecha tradicional, los partidos demócratas animan a concentrar el voto en esta última opción.
Así, el Partido Socialista, aparentemente desaparecido, resurge en las elecciones regionales en Francia, y se hace con el resto de las regiones, aunque en varios casos presentando listas de coalición con otra formaciones izquierdistas, especialmente con el Partido Comunista y con Francia Insumisa. Por lo tanto, conservan todas las regiones en las que ya gobernaban.
En Occitania y Nueva Aquitania, las regiones más al sur de Francia, el Partido Socialista se bastó en solitario para conservar sus feudos. En el primer caso, Carole Delga arrasó con un 57,7% de los votos tras obtener un 39,6% en la primera vuelta, derrotando a Jean-Paul Garraud, el candidato de ultraderecha, quien obtuvo el 22,6% y el 24% respectivamente. En el segundo caso, Alain Rousset venció con un 39,5%, una victoria escueta pero con gran diferencia respecto a Edwige Diaz. El candidato de extrema derecha obtuvo un 19,11%.
En Borgoña, Centro y País de Loira, los socialistas fueron en coalición con otros partidos, presentando listas unitarias y donde tendrá que compartir poder sobre todo con ecologistas. Así, en la segunda vuelta en Borgoña, Marie-Guite Dufay (PS) y Stéphanie Mode (EELV) acordaron presentar sus listas unidas tras obtener un 26,5% y un 10,34% respectivamente en la primera vuelta. Obtuvieron un 42,2%.
En Centro, por su parte, el socialista François Bonneau y el ecologista Charles Fournier derrotaron al ultraderechista Aleksander Nikolic, quien se había quedado en la primera vuelta muy cerca de obtener la victoria, con un 22,24% en comparación al socialista, quien obtuvo un 24,8%. En País de Loira, no obstante, unir las listas no sirvió para quedar en primer lugar.
Por último, en Bretaña, la lista unitaria logra concentrar el 29,8% de los votos, aunque tendrá que gobernar en minoría, ya que en la segunda vuelta pasaron un total de cinco candidaturas, la única región donde esto sucedió. Todas aquellas listas que no pasen del 10% de los votos no pasan de la primera vuelta.
Caída de Macron y de la participación
No obstante, si alguien se puede considerar perdedor, este ha sido Emmanuel Macron. Las candidaturas afines al actual presidente de la república en las elecciones regionales de Francia salen totalmente derrotadas, lo que pone en juego su futuro como candidato a la presidencia.
Como respuesta, Macron ha rechazado hacer declaraciones. Tampoco es el caso del primer ministro, Jean Castex. La República en Marcha ha optado por no hacer comentarios y tratar que los desastrosos resultados se olviden cuanto antes. Una excepción ha sido en el caso de Altos de Francia, la región donde reside Macron, donde se ha visto obligado a tener que votar entre tres candidaturas ajenas a su partido y donde finalmente ha dicho que ha votado «en republicano», en referencia a Xavier Bertrand, quien paradójicamente podría ser su futuro rival en 2022.
Macron, quien debe esta falta de apoyo a su escasa implantación territorial, deberá también replantearse su estrategia: durante los últimos años, tratando de robarle votos a Le Pen, ha ido derechizando su discurso, hasta el punto de igualarse a una extrema derecha que había optado por lo contrario: moderar sus posturas para ensanchar su base.
Por otro lado, la abstención ha sido muy alta de nuevo: esta vez ha pasado del 67% al 70%, es decir, únicamente han votado el 30% de los electores. Francia es un país muy centralizado donde las elecciones más populares son las presidenciales, o en todo caso las legislativas. Así, el voto regional es en general más tradicional y concentrado en edades más altas, lo que explica que las formaciones tradicionales sean normalmente las más votadas. De hecho, tanto Le Pen como Macron tienen un importante caladero de voto joven que no suele votar en las elecciones regionales de Francia.
Aun así, está claro que la implantación territorial de las formaciones tradicionales y el reparto de poder entre las izquierdas podría cambiar el panorama en 2022.
Enlaces y fuentes:
– Foto de portada: Marien Le Pen, líder de Agrupación Nacional. Autor: Global Panorama, 22/04/2012. Fuente: Flickr (CC BY-SA 2.0)
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.