“Españoles Rojos”: la embajada alemana se hace eco de los españoles represaliados por el fascismo mientras en España crece el revisionismo
En un momento donde el revisionismo histórico está creciendo, es decir, posturas ideológicas que insisten en negar hechos ampliamente demostrados sobre los horrores de regímenes dictatoriales de extrema derecha como el nazismo o el franquismo, Alemania sigue combatiendo la desinformación histórica y poniéndose del lado de universidades especializadas e historiadores.
El Embajador de Alemania en España, Wolfgang Dold, se hacía eco en su perfil de la red social Twitter que 140.000 refugiados republicanos de la Guerra Civil realizaron trabajos forzados para la Alemania Nazi en distintos lugares de todo su territorio, como en la Francia ocupada o en África del Norte.
Y esto es llamativo ya que Alemania esta gobernada por la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel, partido de centro derecha que comparte grupo europeo con el Partido Popular de España, ya que ambos pertenecen al grupo del Partido Popular Europeo.
La CDU nunca ha sido equidistante con el totalitarismo nazi de Adolf Hitler en Alemania y ha combatido siempre los visos de nazismo y los intentos de revisionismo histórica como el negacionismo acerca del genocidio del Holocausto, de manera bastante diferente al Partido Popular, que ha optado en muchas situaciones por no pronunciarse, e incluso ha llegado a mostrar cierto apoyo al régimen franquista o a las tesis revisionistas.
La CDU se ha negado a pactar con Alternativa para Alemania, incluso perdiendo poder territorial por ello y señalando al partido de ultraderecha como herederos culturales del autoritarismo. En este sentido, Angela Merkel ha sido firme defensora del «cordón sanitario», una suerte de pacto establecido con todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria para aislar a los grupos de extrema derecha.
La exposición Españoles Rojos
La historia de los españoles en la Alemania Nazi es conocida especialmente en el episodio donde estos acabaron en los distintos campos de concentración.
Pero también un numeroso grupo de ellos, unos 140.000, tuvieron la suerte de evitar estos campos, a cambio de trabajar para la organización nazi Todt, encargada de macroproyectos civiles en la Francia de Vichy.
“Españoles Rojos” fue el nombre dado por la propaganda nazi a estas personas, que apenas han recibido reconocimiento histórico, ya que la organización Todt eliminó la documentación al final de la guerra.
Además, estos exiliados forzosos no solo fueron víctimas y consiguieron tener un papel relevante contra los nazis. Cuando el régimen de Hitler empezaba a tambalearse estos españoles se fugaron masivamente de los campos de trabajo forzado para unirse a la resistencia francesa.
Así muchos acabaron en el Maquis, la guerrilla antifascista, siendo los españoles el grupo extranjero más numeroso contra la ocupación de la Alemania Nazi. Lamentablemente, muchos fueron deportados posteriormente a la España franquista, donde fueron represaliados.
La mayoría de estos combatientes no han recibido honores oficiales o reconocimientos, quedando como mucho en pequeñas acciones locales.
La exposición trilingüe (alemán, inglés y castellano) permanecerá en Berlín hasta el 30 de octubre, momento en que viajará a Francia (Brest y Argelès-sur-Mer-). Si llegará a España o no es un misterio aún.
El revisionismo histórico de vuelta, PP y Vox
Las tesis revisionistas siempre han estado en movimiento, generalmente repitiéndose en pequeños grupúsculos, mayoritariamente de extrema derecha.
El revisionismo revertir la historiografía oficial, contando una versión histórica que favorece sus ideales mientras ataca al rival político.
La participación y el auge de Vox ha dado una amplia fuerza a estas teorías que antes permanecían en la marginalidad y que intentan reescribir el consenso histórico de investigadores e historiadores.
Vox ha llevado incluso a historiadores revisionistas, como el Fernando Paz (que ha minimizado el holocausto) o ha defendido el carácter criminal de las jóvenes fusiladas, las 13 Rosas, mientras ha minimizado las actuaciones del régimen de Francisco Franco, siempre defendiendo el legado del dictador.
Pero en los últimos tiempos estas tesis también han cobrado cierta fuerza en el Partido Popular. A diferencia de la derecha alemana, la derecha española ha sido siempre más bien equidistante con el régimen franquista.
Algunas voces dentro del PP han defendido teorías revisionistas y han llamado a hacer la “batalla cultural” también atacando a la Segunda República y justificando en parte el golpe.
Pablo Casado, que pertenece a la línea dura del Partido Popular, se ha hecho eco también de estas teorías en más de una ocasión, incluso afirmando en el parlamente que la Guerra Civil: «fue el enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia». Un planteamiento claramente equidistante que intenta equiparar a ambos bandos cuando uno era el gobierno legítimo y otro un bando golpista que impuso una dictadura de 40 años.
También ha sido llamativo el encuentro organizado por el PP donde el exministro de Adolfo Suárez y exmiembro de Vox, Ignacio Camuñas, responsabilizó a la República de la Guerra Civil y negó que el alzamiento del 36 fuera un golpe de estado, reforzando las tesis del revisionismo.
Pablo Casado estuvo presente en todo momento y no matizó en ningún momento al exministro. Posteriormente tampoco hizo ningún comentario sobre el tema, volviendo a su posición equidistante: “Nadie debe desenterrar viejas heridas, ni descoser el perdón que sellaron nuestros padres y abuelos, y menos por un irresponsable interés de dividir a la sociedad para polarizar electoralmente».
Además, Casado ha asegurado que, de gobernar, eliminará la recién aprobada Ley de Memoria Democrática.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.