Más de la mitad de los no vacunados en Alemania votaron por el partido ultraderechista AfD
Según una encuesta del Instituto alemán Forsa, alrededor de dos tercios de los votantes adultos no vacunados en Alemania se inclinan hacia posiciones políticas derechistas: concretamente hacia la ultraderecha. Según el estudio, formado mediante un análisis de datos sociodemográficos de un total de 3048 personas entrevistas entre los meses de septiembre y octubre, el 50% de los adultos no vacunados en Alemania votaron por el mayor partido político ultraderechista del país, AfD (Alternativa para Alemania).
En segundo lugar, el 15% de las personas que rechazaron la dosis de la vacuna contra el Covid-19 votaron en las anteriores elecciones por el partido “Die Basis”, o los autodenominados como partido de los “pensadores laterales”, partido negacionista y contrario a las restricciones sanitarias fundado en el año 2020.
El 10% de las personas encuestadas votaron por el partido liberal FDP, el cual ha venido realizando críticas a las medidas restrictivas adoptadas por el gobierno de Angela Merkel, pero desde posiciones no negacionistas y alejadas de teorías de la conspiración.
Finalmente, el resto de votantes de los grandes partidos políticos alemanes (CDU/CSU, SPD, La Izquierda y Los Verdes) no vacunados es minoritario, siendo respectivamente del 6, 5, 4 y 3 por ciento.
El estudio fue originalmente encargado por el Ministerio Federal de Salud de Jens Spahn, perteneciente al partido de la CDU, no recogiendo la preferencia de voto de los encuestados en un primer momento. Dicho cruce de variables fue realizado por iniciativa propia del Instituto, tal y como él mismo ha confirmado.
El discurso negacionsita de la ultraderecha como clave del problema
La principal oposición a la vacunación y las medidas restrictivas para frenar la pandemia en el país germano ha venido de la mano del movimiento Querdenken, una coalición de ciudadanos negacionistas que se encuentra bajo vigilancia de los servicios de inteligencia alemanes.
El movimiento saltó a la fama el año pasado tras realizar una serie de multitudinarias manifestaciones contra las medidas sanitarias, acabando una de ellas incluso con un intento de asalto al Bundestag. Además, entre sus filas se encuentran presentes una serie de personas de gran reconocimiento social, como es el caso del actor Volker Bruch, la bioquímica Karina Reib, o el epidemiólogo Sucharit Bhakdi.
Alternativa para Alemania, que ha ido incorporando progresivamente elementos discursivos negacionistas y antivacunas a su ideario político con el objetivo de canalizar el descontento ciudadano y frenar su constante caída en las citas electorales, ha apoyado públicamente su apoyo a las manifestaciones de Querdenken, e incluso algunos de sus miembros han dado el salto a las filas de dicho movimiento.
Aunque el grueso de sus militantes procede del entorno ultraderechista, el movimiento es homogéneo y trasversal, atrayendo a ciudadanos alemanes procedentes de movimientos hippies, espiritualistas y cristianos evangélicos.
La innegable efectividad de la vacuna y el problema del negacionsmo en Europa
Los datos científicos reflejan una realidad: las vacunas son efectivas para frenar la letalidad del virus y para contener la expansión de la pandemia.
Un ejemplo claro lo tenemos en España, uno de los países del mundo punteros en cuanto a aceptación de la vacuna y en lo referente a la efectividad de las medidas anti covid, el cuál actualmente posee la menor tasa de incidencia de la enfermedad en el continente europeo; de hecho, y según datos del Ministerio de Sanidad, la mayoría de los enfermos por Covid19, ingresados o críticos, son personas no vacunadas.
A pesar de ello, vemos como en muchos países europeos, principalmente los del este de Europa (Rumanía o Bulgaria) y los países germano parlantes (Alemania, Austria y Suiza) tienen una tasa de vacunación muy por debajo de la esperada en un primer momento, siendo en muchos casos mínima.
El caso de los países del Este de Europa es esclarecedor, siendo hace unas semanas la tasa de vacunación en Bulgaria de solo un 23%, mejorando levemente (pero lejos de lo deseable) en el caso rumano con un 34%.
En estos casos el rechazo a la inoculación de las vacunas se debe principalmente a la baja educación sanitaria, las fakes news y la propagación de la desinformación y a la escasa confianza en las instituciones políticas, y concretamente en los gobiernos nacionales.
Por otro lado, y aún más sorprendente, los países centroeuropeos, caracterizados históricamente por tener una fuerte confianza en sus instituciones y por la actitud cívica de sus ciudadanos, poseen unos datos de vacunación decepcionantes: un 33% en Suiza, otro 33% en Austria y solo un 30% en Alemania.
En estos casos la característica que más sobresale es la presencia de movimientos y partidos con un marcado discurso conspiranocio y negacionista, tanto de las vacunas como de las medidas sanitarias, llegando el nivel de rechazo hasta tal punto que los gobiernos están comenzando a tomar medidas para frenar el rechazo a la vacunación, como muestra el caso del gobierno austriaco, el cual acaba de decretar confinamiento obligatorio para todas las personas que han rechazado la dosis del fármaco.
Articulista. Estudiante de cuarto de Ciencias Políticas y apasionado de la investigación. Experiencia en movimientos estudiantiles y sociales. En mis artículos intento ofrecer un enfoque analítico más orientado a las ideologías y teoría política.