Informe de la Eurocámara concluye que partidos de extrema derecha de Europa colaboran con el gobierno de Putin
En plena escalada de crisis entre Europa y Rusia por la incorporación de Ucrania a la OTAN, el martes pasado, el Comité Especial del Parlamento Europeo en Interferencias en los Procesos Democráticos y la Desinformación en la UE, ha emitido un informe, donde concluye así el trabajo iniciado en 2020, aproximadamente año y medio atrás, y que ha contado con la participación de más de un centenar de expertos. En dicho informe, concluyen que el gobierno de Rusia, en manos de Vladimir Putin, estaría colaborando con diferentes partidos políticos de extrema derecha europeos.
El informe, que puede consultarse en el sitio web oficial de la Eurocámara, y del cual se han hecho eco diferentes medios de comunicación, como Efe, Infobae o El Periódico, alerta sobre la amenaza que supone que regímenes poco democráticos (haciendo hincapié en Rusia y en China) interfieran mediante injerencias en los asuntos europeos. Ante esto, propone una serie de medidas a adoptar.
Putin y sus vínculos con la extrema derecha europea
Uno de los puntos más señalados por el informe es la conclusión de que existen varios partidos políticos de extrema derecha que estarían trabajando al servicio de los intereses del Kremlin. Así, partidos como Partido de la Libertad (FPO, Austria), la Liga (Italia) de Matteo Salvini o Agrupación Nacional (RN, Francia) de Marine Le Pen, mantendrían acuerdos de cooperación firmados con el gobierno ruso, mientras que existirían contactos con Alternativa para Alemania (AfD), Fidesz de Viktor Orbán y Jobbik (Hungría) o Reformar UK de Nigel Farage (anteriormente, Partido del Brexit)
Todos estos partidos tienen un mínimo común denominador: forman parte del grupo parlamentario europeo Identidad y Democracia (a excepción de Reformar UK, por razones obvias) y mantienen una posición de rechazo claro a Europa y la OTAN, al contrario que el grupo Conservadores y Reformistas Europeos, más cercano a una vertiente «atlantista» y no tan euroescépticos, como puede deducirse de la Declaración de Praga.
Andreas Schieder, eurodiputado socialista, declaró a la prensa del parlamento que «la situación es peor de lo que pensábamos inicialmente” y que “Rusia, China y otros estados autoritarios están tratando de debilitar las democracias europeas desde dentro” utilizando para ello a partidos políticos europeos, redes sociales e incluso a ex políticos europeos, que estarían siendo contratados para determinados fines.
El informe documenta varios casos con ejemplos concretos de estas injerencias, especialmente en lo que respecta al contrato de ex políticos. Por ejemplo, se menciona que Gazprom, la principal empresa de gas de Rusia, contrato al Paavo Lipponen (ex primer ministro de Finlandia) y Gerhard Schröder (ex canciller de Alemania) para intentar acelerar la autorización de la instalación de gaseoductos.
También mencionan al antiguo ministro de exteriores de Austria, Karin Kneissl, que habría sido contratado por Rosneft, la principal petrolera rusa; el ex primer ministro de Francia, Jean Pierre Raffarin, por el gobierno de China; o Yves Leterme, ex primer ministro de Bélgica, que habría sido contratado por ToJoy, un fondo de inversión chino, «entre otros muchos políticos».
El informe también propone varios compromisos relacionados con la manipulación de la información. Una vez más, se pone el foco en Moscú y Pekín, citando a diferentes medios de comunicación como Rusia Today, Sputnik o Xinhua que, según el informe, son traducidos a las lenguas locales y que se utilizan para «campañas de desinformación, cuyo objetivo es desafiar los valores democráticos y dividir».
En cuanto a los partidos políticos de extrema derecha, el informe asegura que habrían sido utilizados para la campaña del Brexit en UK, para legitimar los referéndums secesionistas de Ucrania en el Donbass, y para dividir, crispar y desestabilizar los países europeos. Según el informe, los partidos anteriormente mencionados habrían recibido dinero del gobierno ruso. Si bien se indica a Rusia y China como dos ejemplos, también se mencionan hasta 33 países considerados «autoritarios», así como los sectores de ultraderecha estadounidense.
Las relaciones y afinidades de Putin con la ultraderecha europea, en realidad, no son nuevas en absoluto. Además de que los dos principales partidos políticos de extrema derecha de Rusia apoyan su gobierno (Rodina y Partido Liberal-Demócrata de Rusia), diferentes investigaciones periodísticas, señalaron en 2019 una reunión entre el popular empresario ruso Yakunin y el dirigente de la Liga Norte, Salvini, donde se debatió que los beneficios de tres millones de euros en una importante transacción comercial de la petrolera estatal Rosneft financiaran su campaña. Salvini, líder de la Liga Norte, amenazó con llevar a los periodistas a los tribunales. Como nota curiosa, en su cuenta de Twitter, admiró públicamente a Putin.
En Alemania, la prensa publicó que los servicios de inteligencia estaban investigando la financiación rusa de Alternativa por Alemania (AfD) y su organización juvenil. Al parecer, la anterior líder del partido Frauke Petry viajó a bordo de un jet privado ruso para acudir a la convención nacional del partido en un vuelo valorado en 25.000 euros. Tampoco es un secreto que el líder de las juventudes del partido ha viajado en numerosas ocasiones a Rusia y mantenido reuniones con cargos públicos su gobierno y de Rusia Unida.
El ultraderechista Partido Liberal de Austria (FPO) quien gobernó con el conservador Partido Popular de Austria desde 2017 hasta 2019, firmó con Rusia Unida en 2016 un acuerdo de cooperación por cinco años para fomentar el nacionalismo en la juventud. Dirigentes de ambos partidos y gobiernos se les ha visto juntos también en eventos lúdicos e íntimos. Se sabe que esta relación ha favorecido diplomáticamente a Rusia. La relación es tan evidente que ha escandalizado a la opinión pública austríaca, perdiendo más de 100.000 votos en las elecciones de 2019.
La sintonía entre el Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) y el gobierno ruso también se vio durante el referéndum por la salida de Reino Unido de la Unión Europea (el llamado Brexit) celebrado en 2016. Según The Time, el gobierno ruso controló bots en redes sociales que difundieron más de 45.000 mensajes a favor del Brexit en sólo 48 horas.
Además, la Universidad de Swansea y la Universidad de Berkeley de California identificaron hasta 150.000 cuentas rusas que antes se dedicaban a difundir mensajes sobre el conflicto de Ucrania que cambiaron su atención al Brexit en los días previos a la votación. Nigel Farage, el entonces líder del partido, llegó a decir que Putin era el líder mundial que más admiraba.
Otros líderes que han dedicado buenas palabras a Putin o han apoyado sus políticas han sido Santiago Abascal, líder del partido ultra Vox en España; o Geert Wilders, del Partido de la Libertad de Países Bajos.
Putin y el independentismo catalán
Una de las enmiendas introducidas al informe, a instancias del PP y con apoyo de Ciudadanos, es la necesidad de «investigación en profundidad» sobre supuestos contactos entre «un grupo de secesionistas catalanes», «funcionarios rusos» y «el mayor donante privado de la campaña del Brexit». La enmienda, que puede leerse en el informe, dice que todo esto “forman parte de la estrategia más amplia de Rusia para aprovechar todas y cada una de las oportunidades para manipular los discursos con el fin de promover la desestabilización” en la UE.
De hecho, a instancias de los populares, entre estos regímenes autoritarios se incluyó también Venezuela. En cuanto al movimiento independentista, esta supuesta relación se basa en un artículo de The New York Times, donde estaría implicado el asesor de Carles Puigdemont, Josep Lluis Alay, y su abogado, Gonzalo Boye, los cuales mantuvieron viajes a Moscú entre 2017 y 2019, supuestamente para encontrarse con el servicio secreto ruso y conseguir el apoyo de Rusia en caso de que se produjera la independencia de Cataluña.
Varios medios españoles señalan a la plataforma Tsunami Democràtic, como la consecuencia de estos viajes, si bien no hay pruebas de que se produjera financiación o apoyo por parte de Rusia. El entorno de Puigdemont asegura que se trata de «guerra sucia» por parte del Estado español. Del mismo modo, Putin ha asegurado en varias ocasiones que «no le interesa que se desmorone ningún Estado europeo».
Sobre estas cuestiones, el informe europeo, de hecho, no afirma ni desmiente: asegura, simplemente, que se investigará la cuestión.
Recomendaciones y compromisos
El informe, que recibió 1.210 enmiendas que se han resumido en 195 compromisos, ha concluido que es necesario establecer medidas para luchar contra este tipo de amenazas a través de campañas de información, el desarrollo de sanciones contra la desinformación y las «fake news», favorecer el pluralismo y la diversidad de los medios de comunicación, mejorar la seguridad informática y los procesos electorales, proteger contra los abusos de los derechos humanos y de las minorías étnicas y otros grupos discriminados como las personas LGTB, así como investigar y esclarecer las relaciones internacionales que puedan suponer un ataque a las democracias europeas.
Durante la votación, se pronunciaron a favor 25 eurodiputados (el Partido Popular Europeo, el grupo Socialista, Renovar Europa y Los Verdes/Alianza Libre Europea, además de un diputado del Grupo de Reformistas y Conservadores Europeos), 8 votos en contra (La Izquierda, el resto de Reformistas y Conservadores Europeos, 2 de Identidad y Democracia y los no inscritos) y 1 abstención de un diputado de Identidad y Democracia.
Destacar el voto en contra de Jorge Buxadé, uno de los líderes destacados de Vox, y Manu Pineda, de Izquierda Unida, en cuanto a eurodiputados españoles (este último, seguramente motivado por las enmiendas que incluyeron PP y Ciudadanos).
En definitiva, el informe es un compendio de afirmaciones, muchas de ellas realidades preocupantes, pero también un reflejo de los intereses geopolíticos de Europa y de Estados Unidos en medio de una crisis con Rusia que no se veía desde la Guerra Fría.
Aprobado el informe, pasará a votarse en la Eurocámara en mayo.
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.