“Como se te ocurre venir al pueblo con un chino”: años de bullying y racismo local a un niño de ascendencia china
Las pruebas presentadas ante los magistrados de la Audiencia de Zamora han revelado un caso de auténtico bullying y racismo estructural en torno a un niño de ascendencia china. La denuncia viene dada por los últimos ataques de tres menores de 14 años, que han revelado vejaciones continuadas en el tiempo sin que nadie hiciera nada y basadas en el racismo de muchos vecinos del municipio.
El niño fue adoptado cuando tenía 21 meses por una vecina de la pequeña localidad de Villafáfila, de tan solo 483 habitantes.
Desde su adopción todo empezó a ir mal para la familia. Según la versión de la madre, los vecinos rechazaron este hecho, dirigiéndole frases peyorativas, como por ejemplo: “cómo se te ocurre venir con un chino al pueblo”, que una cosa es “verlos en Madrid y otras en Villafáfila”; o que parecía un “indio” y que están “por todos lados”.
La madre argumenta que los ataques contra él aumentaron cuando cumplió los 7 años. Desde entonces su vida se “convirtió en un infierno”.
El niño era víctima de un constante bullyng “por tener los ojos rasgados”. Esto se sumaba a ataques en las fiestas locales, donde le tiraban serrín o cohetes o en la piscina de la localidad. Muchas de ellas se convertían en agresiones físicas que ahora la madre lamenta no haber denunciado antes.
El niño llegó a comunicar a sus padres “no tendríais tantos problemas si no me hubierais traído”. Este constante racismo ha llegado a convertirse incluso en episodios de endofobia: “ha llegado a renegar de su raza, dice que quiere tener los ojos redondos”.
Este bullying le ha perseguido no solo en el pueblo si no también en Valladolid, donde vive habitualmente, y en los distintos colegios donde ha estado, sufriendo ataques de pánico que le han impedido ir a la escuela en múltiples ocasiones.
El bullying que llevó el caso ante la justicia
Este infierno personal que la familia vive desde hace años se reveló ante la justicia por uno de los últimos episodios de bullying, ocurrido en 2019.
Durante un mes varios niños acosaron al joven y a sus amigos, intentando humillarle y profiriendo insultos racistas como “vete a tu país” o incluso insultos homófobos. Finalmente, 9 niños de la localidad de Villafáfila de entre 13 y 14 años, encerraron al joven en un recinto aledaño a su casa y comenzaron a lanzarle piedras, basura y otros objetos.
Esto motivó a la familia a denunciar a los niños, si bien los de 13 años son inimputables. La Audiencia de Zamora ha confirmado que estos ataques no pueden encuadrarse en simples gamberradas, tal y como intentaron argumentar los abogados de la defensa.
Así lo corroboran también los informes forenses y psicológicos, que dan total veracidad a lo expuesto por el niño.
Por ello han condenado a sus tres agresores: uno a 18 meses de libertad vigilada y los otros dos a 9 meses de tareas socioeducativas.
Además deberán pagar 400 euros de multa en concepto de daños y perjuicios y de los tratamientos aplicados al niño, que ha tenido que asistir al psicólogo y al cardiólogo, aquejado de una lesión en la válvula mitral por tanta tensión.
El pueblo hace oídos sordos
Pero otro de los hechos desgarradores y de gran gravedad que cuenta la madre es el absoluto rechazo por parte del pueblo a actuar contras estos hechos.
El niño de carácter reservado tardó bastante en contar los episodios de bullying que vivía, generalmente sufriéndolos pasivamente y en silencio.
Al enterarse, la familia intentó ponerse en contacto con padres y madres así como asociaciones de vecinos sobre los hechos, negando estos la gravedad y situándolos como “chiquilladas”.
Tampoco encontró ningún apoyo institucional. El alcalde del pueblo, el popular José Ángel Ruiz Rodríguez que gobierna con una amplia mayoría absoluta de 6 concejales del Partido Popular sobre un total de 7, se ha negado a ofrecer soluciones para ayudar a la madre.
De hecho, los padres señalan como culpables de la situación el vacío y acoso vecinal. Es más, denuncian que cada vez que llegaban al pueblo comenzaba el acoso y llamadas a altas horas de la noche para amedrentarles.
Tampoco ha encontrado consuelo en su familia, que nunca ha aceptado al niño.
Este desgarrador relato demuestra cómo el racismo estructural sigue muy vivo y va en consonancia con el aumento constante que viven los delitos de odio los últimos años y que solo se detuvieron brevemente durante el año 2020, cuando la pandemia de Covid19 golpeó súbitamente a España y a casi el mundo entero.
Además, entre los delitos de odio, el primero en cantidad es el de la categoría racismo/xenofobia. Distintos informes y análisis marcan que estos aumentos van en consonancia con la aparición de la extrema derecha y los discursos de odio de estas formaciones.
Como único punto positivo la madre también narra cómo el niño ha encontrado un grupo que lo acoge sin racismo como son los Scouts de Valladolid, la Asociación de Familias Adoptantes de Castilla y León (Arfacyl) y también la compañía de las niñas, mucho menos dadas a este tipo de acoso.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.