¿Es Vox un partido nazi? Vox y el nazismo
Artículo original de Desmontando a Vox: Vox y el nazismo
En junio de 2022, Santiago Abascal, líder del partido de extrema derecha Vox, manifestaba su intención de “tomar medidas” contra la editorial de libros de texto Santillana, la cual ha editado un libro de Historia del Mundo Contemporáneo en el que se afirma que «en la actualidad, la herencia ideológica del fascismo y del nacionalsocialismo sigue presente en Europa bajo dos formas: los grupos neofascistas y los partidos de extrema derecha«, ilustrado con un mapa de Europa que muestra los resultados de la extrema derecha en las elecciones legislativas a los parlamentos nacionales, con Vox como representante de la misma en España, junto a otros como Alternativa para Alemania (AfD), el Partido de la Libertad de Países Bajos (PVV) o Agrupación Nacional de Francia (RN).
Por una parte, Santillana simplemente ha incorporado a su libro lo que ha sido consensuado académicamente en la ciencia política y en la sociología. Es decir, es un hecho que la extrema derecha moderna, o extrema derecha 2.0 como la llama el autor Steven Forti hereda del fascismo y del nacionalsocialismo muchos conceptos, como la exaltación nacionalista, el carácter autoritario y antidemocrático, la xenofobia, el odio al diferente, el tradicionalismo, el anticomunismo… así como los objetivos esenciales de todo movimiento reaccionario radical: preservar los privilegios del statu quo. En España ese fascismo se materializó, con sus características exclusivas, en el franquismo (llamado nacionalcatolicismo), del mismo modo que en otros países adquirió rasgos y elementos diferenciadores.
Por otra parte, es evidente, y así lo considera toda Europa (excepto ellos mismos y sus afines) que Vox es un partido de extrema derecha. Existen datos más que suficientes para calificarles así, y también para encontrar ejemplos de todas las características descritas anteriormente. De hecho, José Ovejero, en La Marea ha recopilado una lista de coincidencias entre el nazismo y Vox, también explicando que Vox no es nazi.
Es más, en Vox es posible encontrar a no pocos miembros, desde concejales a Diputados en el Congreso, procedentes de partidos neonazis. Por no hablar de diputados o diputadas que comparten mensajes de grupos neonazis. Lo cual abre no pocos interrogantes.
¿Significa eso que Vox es un partido afín al nazismo?
¿Es Vox un partido nazi?¿Es Vox equivalente al nazismo? Sin duda, la respuesta es “no”. Eso no significa que no compartan parte de su ideología, tampoco significa que rechacen el nazismo (como haría todo demócrata), ya que hemos visto que conviven en armonía con ellos. Se puede afirmar que Vox no es nazi de la misma forma que Julio Anguita afirmaba que VOX no era un partido fascista, ya que los consideraba incluso peores que los fascistas:
“El fascismo tiene un barniz de política social, estos señores no. Estos señores son neoliberalismo puro y duro”.
Julio Anguita
“Recurren a determinadas ideas de la bandera y de España que están muy en al aire y sin concretar qué España quieren”.
“No tienen un discurso coherente que aguante la realidad de los hechos, pero hay gente que está de acuerdo y los vota”.
No son nazis porque no niegan el Holocausto (al menos públicamente), porque no son abiertamente racistas, porque están integrados en el “Régimen del 78” y su objetivo es apuntalarlo (y vivir de él), monarquía incluida (los nazis son, por lo general, corporativistas), porque en su mayoría provienen del PP, pero, sobre todo, porque se declaran ultraliberales en lo económico (aunque su liberalismo no va mucho más allá de una pose).
Se podrían aventurar incluso más diferencias, no solo entre el nazismo y Vox, sino entre el fascismo clásico y la nueva derecha radical, que contraponen ambos mundos, pero también lo relacionan en estrategia, discurso, historia… y parte de sus objetivos.
De hecho, partidos como España 2000, Democracia Nacional… pertenecientes a la esfera más neofascista desprecian profundamente a Vox, aunque luego en alguna ocasión se les haya visto manifestándose juntos, como fue el caso del partido FNI-PNSOE, que manifestó junto con Vox en 2021 en el Día de la Constitución en Barcelona, si bien en redes sociales los de Abascal renegaron de dicho partido. Un partido, por cierto, hermanado con el grupo neonazi ucraniano Batallón Azov.
Sin embargo, en Vox hay nazis
Efectivamente, en Vox hay gente procedente de partidos neonazis y neofascistas. El más conocido es probablemente Jorge Buxadé, que estuvo en Falange Española de las JONS y en Falange Española Auténtica, pero hay más, como el número 7 de la lista electoral para Alcalá de Henares. David Saavedra, autor de Memorias de un exnazi, quien estuvo afiliado en Alianza Nacional (y otros grupos neonazis) durante muchos años hasta que finalmente renegó de esas ideas, afirmó en una entrevista en Salvados, el programa de Jordi Évole, que habían nazis en Vox. ¿Cómo puede haber nazis en un partido que se declara sionista? De hecho el lobby sionista Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM) apoya abiertamente a Vox. ¿Cómo se explica que los judíos apoyen a un partido que tiene gente nazi?
En primer lugar, cada extrema derecha en cada contexto histórico, tiene que crear su “enemigo externo” (primer principio de Joseph Goebbels). En la Alemania nazi, los judíos cumplían muy bien ese papel. Además de existir una tradición previa, el hecho de que tuvieran en sus manos la riqueza (expropiable) del país, los convertía en la víctima propiciatoria perfecta. En España esto llegó amortiguado, con las referencias franquistas al “contubernio judeo-masónico”, que hoy causa más hilaridad que otra cosa.
Pero hoy, ese enemigo externo es el inmigrante procedente del tercer mundo. PEGIDA en Alemania es el ejemplo más claro, pero en España, Vox no tiene problemas en hablar de “invasión” para referirse a esta gente, en proponer prohibir la enseñanza del Islam, en identificar Islam con terrorismo… y aquí es donde interviene Israel. Árabes y musulmanes jamás aceptarán a Israel como Estado. Israel se convierte, para Vox, en el faro del cristianismo en Oriente Medio y Vox para Israel en su embajador contra el mundo árabe. Aliados en la radicalidad de la islamofobia.
Recordemos que Vox fue financiado en sus inicios por el CNRI/MEK, el grupo terrorista que, a su vez, fue financiado y armado por Israel.
Israel ha demostrado muchas veces no tener reparos en utilizar tácticas contra los palestinos que muchos han llegado a comparar con las de los propios nazis. Organizaciones como Human Rights Watch hablan de crímenes de guerra, y el relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado desde 1967 ha pedido a la comunidad internacional que califique la creación de asentamientos israelíes como crimen de guerra en virtud del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
Mucha gente se pregunta cómo un pueblo que sufrió el que probablemente sea el genocidio más inhumano de la historia puede comportarse así. Esta pregunta podría estar relacionada con la existencia de “nazis sionistas”. Para entender esto tenemos que remontarnos al 26 de agosto de 1933. En lo que se denominó “Acuerdo Haavara”, acuerdo entre las autoridades nazis alemanas y la Federación Sionista de Alemania por el que se establecieron las bases para la emigración masiva de judíos a Palestina. Gracias a dicho acuerdo, esos líderes sionistas apoyarían a los nazis, ofreciéndose para romper el boicot de las organizaciones judías de todo el mundo contra el Reich.
Efectivamente, si bien los nazis odiaban a los judíos, el sionismo podía no sonarles tan mal.
“Las SS eran particularmente entusiastas en su apoyo al sionismo. En 1934 una publicación interna de las SS recomendaba a sus miembros un apoyo incondicional y activo al sionismo, tanto por parte del gobierno como del partido nazi, como la mejor herramienta para incitar a la emigración a Palestina de los judíos alemanes”.
Por no hablar de las similitudes entre las ultraderechas de ambos mundos, algo muy similar a lo que sucede con el fundamentalismo islámico. El ultracatolicismo de Vox, el sionismo y el islamismo radical comparten muchos elementos: el ultranacionalismo, el tradicionalismo, el antifeminismo, el machismo… por lo que no es extraño ver estas alianzas que, a priori, podrían parecer imposibles.
Así pues, no tienen nada de extraño las buenas relaciones entre Vox, ACOM e Israel.
El problema (potenciado por el propio sionismo) es la confusión entre los términos “antisemita” y “antisionista”. Mediante una hábil manipulación, el sionismo ha conseguido que cualquier ataque a su política exterior, o al propio concepto de Israel, sea considerado como antisemitismo, lo que les permite, rizando el rizo, acusar de “nazi” a quienes les atacan.
ACOM, la organización sionista que ya hemos mencionado, es de las que aplica este “juego”, protestando contra declaraciones o actos antisionistas y antisemitas (si bien sobre este segundo término se podría objetar, el semitismo incluye pueblos árabes. De hecho, un antisemita en sentido estricto sería también anti-palestino). Y hay judíos que son antisionistas.
ACOM es consciente de que en Vox pueden entrar personas antisemitas, y ACOM no duda en exigir a “su” partido su depuración, a la vez que hace manifestaciones particularmente virulentas contra partidos de izquierdas.
Por otro lado, Vox apoya abiertamente teorías de la conspiración que, hasta hace unos años, solo se escuchaban en espacios marginales del neonazismo como el Plan Kalergi y El Gran Reemplazo, teorías que asumen que la población nativa de las potencias occidentales está siendo sustituida por población migrante en aras de, o bien un fenómeno demográfico indeseable, o bien de un intrincado plan de las élites progresistas.
El peligro del auge del nazismo gracias a Vox
Como hemos visto, muchos de los partidos abiertamente neonazis han hecho declaraciones contra Vox. Por ejemplo, Isabel Medina Peralta, afirma “de hecho odio más a Vox que a Podemos”.
José Luís Roberto, líder de España 2000, en septiembre de 2021 le decía a Santiago Abascal: “Usted sí que apesta a cloaca oportunista”, además de acusarle de copiar los lemas de su partido. Pese a ello, en 2019 España 2000, no se presentó a las elecciones para favorecer a Vox y para ”no dividir el voto”. Y en Los Santos de la Humosa, único pueblo gobernado por España 2000, Lázaro Polo consiguió la alcaldía gracias al apoyo de Vox.
Los falangistas se refieren a Vox como “el PP verde”, considerándolo disidencia controlada, otro mecanismo en el engranaje del sistema.
Siendo así, ¿por qué hay nazis en Vox? La respuesta más inmediata y obvia es que las formaciones nazis nunca han conseguido tener más relevancia que su aparición en prensa por algún acto “folclórico”. Si se desea medrar, hay que entrar en un partido en el se que puedan conseguir cargos. Pero hay algo más.
Para explicarlo, debemos remontarnos a diciembre de 2018. En esas fechas es detenido en Zaragoza el administrador de una de las web afines al nazismo más influyentes del mundo, la versión española de Daily Stormer. En el ordenador del detenido, Mario P. G. de 23 años (en 2019) se encontró pornografía pedófila.
Pues bien, en esta web podíamos leer lo siguiente:
Vox es la única alternativa política viable ahora mismo para hacer frente a la mugre. El resto de opciones nacionalistas no ha conseguido nada después de décadas intentándolo, porque no ha sabido respetar las líneas rojas, ni adaptar su discurso a la ventana de Overton. No lo han hecho porque son muy incompetentes, a pesar de sus buenas intenciones.
Daily Stormer
Si quieres hacer España grande y libre de nuevo, empieza afiliándote a VOX. Mira por Internet si tienen sede en tu provincia, e intenta meter cabeza. Si eres joven, entra en sus juventudes.
Nunca reveles que eres un neon-nazi, porque te expulsarán de inmediato. Respeta las líneas rojas del partido, da lo mejor de ti, escala posiciones, y cuando alcances una posición de autoridad, radicaliza el partido muy, muy sutilmente desde dentro.
Tus otras opciones son votar a una coalición de fracasados que va a seguir fracasando, o quedarte de brazos cruzados y esperar la llegada de un mesías.
Mi consejo es que conservéis la cabeza fría. Pensad a largo plazo, y utilizad el sentido común.
Votad VOX
De hecho, desde 2018 hasta ahora, 2022, Vox ha conseguido que el ciudadano vea «normal» que se hable de conceptos que hace no demasiado era impensable que se trataran fuera de entornos neonazis. El introducir ese discurso en las instituciones, se consiga llevarlo a la práctica o no, es el paso necesario para radicalizar a la sociedad.
Conclusiones sobre Vox y el nazismo
Que las mayores regresiones en materia de derechos humanos en el mundo occidental, como la derogación de la doctrina Roe v. Wade en Estados Unidos y las leyes homófobas de Polonia y Hungría, se estén dando al mismo tiempo que se incrementan los delitos de odio y la violencia del terrorismo ultraderechista, y que todo esto coincida con el aumento del apoyo a partidos de extrema derecha como Vox, no es casual.
Es evidente que el radicalismo de derechas, apoyado por élites económicas y políticas interesadas en preservar su statu quo a costa de un discurso populista que ha demostrado funcionar en el contexto actual, ha conseguido marcar la agenda política y abrir hueco a grupos e ideas, anteriormente marginales, al debate político. Y es normal que parte de estos grupos y quienes comparten estas ideas, miren a Vox como un instrumento para, o bien hacer que sus creencias políticas sean aceptables, o bien para conseguir un representación institucional.
Por lo tanto, aunque es indiscutible que el Vox y el nazismo no son lo mismo, comparten los suficientes elementos como para que uno pueda alimentarse del otro, como para que uno utilice a otro, y como para que las ideas de uno sean utilizadas por el otro.
Es cierto que es muy difícil, por no decir imposible, que a través de un partido como Vox se articule una agenda nacionalsocialista (estado totalitario y corporativista, segregación racial…), pero Vox sí representa la mejor oportunidad para el nazismo y el fascismo clásicos de ver reflejadas al menos parte de sus ideas.
Artículo original de Desmontando a Vox: Vox y el nazismo