Símbolos nazis y pornografía infantil descubiertos en chats de la policía alemana

Intercambio de simbología nazi y de extrema derecha y posesión y distribución de pornografía infantil. Así de contundente se ha mostrado Annette Milk, fiscal jefe perteneciente a la fiscalía de Essen, tras una exhaustiva investigación de varios agentes de policía alemana de las ciudades de Recklinghausen, Kleve y Borken, en Renania del Norte-Westfalia.

La investigación de la fiscalía se inició, según lo relatado por la propia Milk, tras la sospechas de un sexto agente a raíz de las búsquedas de Internet realizadas de un agente de policía. Así, ha acusado a un total de cinco agentes, de entre 22 y 25 años, de intercambiar símbolos nazis y por poseer y compartir pornografía infantil durante su periodo de formación como parte de su doble licenciatura. Tres de estos agentes de la policía alemana pertenecían a la jefatura de Recklinghausen y uno de ellos a las de Kleve y Borken.

Friederike Zurhausen declaró ante los medios alemanes que ha suspendido a los sospechosos. «Las acusaciones son tan graves […] que, tras examinar cada caso individualmente, prohibí inmediatamente a los tres agentes realizar actividades oficiales», dijo en un comunicado. Además, el domicilio de los tres ha sido registrado en busca de pruebas que puedan confirmar las acusaciones, todavía presuntas.

También se ha pronunciado Herbert Reul, ministro de Interior de Renania del Norte-Westfalia por la Unión Demócrata Cristiana (CDU), denunciando los hechos y censurando la actitud de los agentes de la policía alemana del estado.

Hay que recalcar que, en Alemania, se considera delito la difusión de propaganda nazi, así como cualquier símbolo relacionado con el nazismo o hacer apología a sus líderes o ideas antisemitas o supremacistas, como por ejemplo negar el Holocausto. Estas leyes también afectan a los medios de comunicación, a las redes sociales y, por supuesto, a cualquier organización social, cultural, económica o política.

La extrema derecha: peligro en Alemania

Este sería el segundo caso en las últimas semanas relacionado con la policía alemana. Además, según los últimos datos del mismo Ministerio de Interior, la policía de Renania del Norte-Westfalia ha suspendido o sancionado 105 incidentes en los últimos seis años relacionados con la apología a ideas ultraderechistas.

Pero esto va más allá. Las autoridades alemanas ya han advertido de la peligrosidad de los grupos de extrema derecha. No en vano, en 2020 consideraron que el terrorismo de extrema derecha se ha convertido en uno de los principales problemas de seguridad del país. Esto ha venido de la mano no solo de un aumento de actos violentos por parte de estos grupos, como la detención de 25 militantes de extrema derecha por parte de las autoridades policiales como principales sospechosos de planear un golpe de Estado en 2022.

En junio de 2020, el gobierno alemán decidió eliminar una unidad entera del ejército porque estaba infiltrada de militantes neofascistas, que a su vez pertenecían a un red internacional donde contactaban con otros grupos similares. Ese mismo año, el ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, calificó de “vergüenza” las conclusiones del primer informe publicado por el Gobierno de Berlín en el que se advierte de la existencia de neonazis en la policía alemana.

Y es que, desde enero de 2017 hasta marzo de ese año, se dieron un total de 370 casos entre agentes y funcionarios de la Policía federal y de los distintos estados alemanes sobre un total de unos 380.000 efectivos, lo que el gobierno tachó de «grave» y de «problema estructural».

Un problema estructural que, al tenor de lo descubierto estas semanas, continúa existiendo.