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Crecen las peticiones de dimisión a Viktor Orbán por el escándalo pedófilo que ha salpicado su gobierno

La indignación se ha extendido por toda Hungría tras el escándalo relacionado con la pedofilia que rodea al gobierno del veterano primer ministro ultraconservador, Viktor Orbán. La solicitud de dimisión a Viktor Orbán ha surgido desde manifestantes, grupos de la sociedad civil y políticos mientras crece el escándalo sobre el indulto presidencial otorgado a un condenado por complicidad en un caso de abuso sexual infantil.

En un intento por contener la crisis, Orbán ha decidido sacrificar a dos de sus figuras políticas más prominentes, entre ellas Katalin Novák, la presidenta del país. Novák renunció a sus cargos en un gesto de asunción de responsabilidad. Este movimiento estratégico, sin embargo, no ha logrado sofocar la indignación pública ni aplacar las crecientes demandas de dimisión a Viktor Orbán.

El inicio de la crisis en Hungría

El pasado viernes 9 de febrero se dio a conocer públicamente que la entonces presidenta del país, Katalin Novák, había concedido un indulto a un condenado por complicidad en un caso de abuso sexual infantil. Este escandaloso indulto, otorgado durante la visita del Papa Francisco a Hungría en abril de 2023, provocó una ola de indignación en toda la nación. La oposición política, liderada por la Coalición Democrática, insto de manera unánime a la dimisión de Novák, creándose un clima de tensión y protestas en las calles de Budapest.

La concesión del perdón presidencial ha llevado a la dimisión no solo de Katalin Novák, sino también de la ministra de Justicia, Judit Varga, quien fue la firmante del indulto en cuestión. Este movimiento ha sido interpretado como un intento desesperado por parte del gobierno de calmar las aguas turbulentas que amenazan con arrastrar al partido Fidesz hacia una crisis aún más profunda.

El escándalo ha revelado una serie de detalles perturbadores sobre la trama que rodea el indulto. Se ha descubierto que el indultado, un subdirector identificado como Endre K, fue condenado por su complicidad en un caso de abuso sexual infantil en el que trató de encubrir los actos del director de un centro para menores.

El caos se ha complicado con los informes que sugieren la posible implicación de otros altos funcionarios del gobierno en el escándalo, lo que ha aumentado la presión sobre Orbán y su administración. La sociedad civil y los medios de comunicación que aun consiguen permanecer independientes han intensificado sus investigaciones sobre posibles conexiones entre el indulto e intereses políticos o financieros ocultos. Esto ha desatado una ola de indignación ciudad que exige transparencia, en un gobierno que siempre ha usado la pedofilia como excusa para atacar al colectivo LGTBI+

Peticiones de dimisión a Viktor Orbán, investigaciones y conflicto interno

El escándalo ha puesto de manifiesto las tensiones internas dentro del partido Fidesz. La renuncia de Judit Varga desencadenó el posterior testimonio público de su exmarido, Péter Magyar, quién reveló las luchas de poder y los conflictos de intereses que hasta ahora el régimen húngaro ocultaba bien en una entrevista para el canal de Youtube Partizan. Allí señaló a gente cercana a Orbán que se había hecho multimillonaria durante su gobierno. En este canal ha declarado que los culpables del indulto “se esconden tras la falda de las mujeres”.

La Unión Europea ha expresado su preocupación por las acciones del gobierno húngaro y ha instado a una investigación transparente sobre el indulto presidencial. Mientras tanto, las fuerzas de la oposición, además de llamar a la rendición de cuentas, han exigido reformas políticas significativas para restaurar la confianza en el sistema democrático.

El escándalo del indulto presidencial ha desencadenado la mayor crisis política en los 14 años de gobierno ultraconservador, amenazando el liderazgo de Orbán y su formación. La presión continúa aumentando sobre el primer ministro mientras el Fidesz duda sobre cuál es el plan de actuación, con un Orbán que ha estado evitando el foco público. Este mismo viernes se celebrará una gran manifestación contra él.

De usar la pedofilia como un arma arrojadiza al silencio

La extrema derecha siempre ha intentado vincular a sus rivales con condiciones indeseables. Una de ellas que destaca es la pedofilia. El caso de Hungría no es diferente, con Orbán persiguiendo a las personas LGTBI+. Esta persecución ha sido auspiciada bajo el eslogan de “proteger a los niños”, dibujando a las personas LGTBI+ como una influencia negativa para los menores cuando no directamente hablando de pedofilia.

Esta falsedad que no se sostiene en datos, la mayoría abrumadora de casos de pedofilia ocurren en la familia, de un hombre adulto a una niña, no han limitado ni su discurso ni su acción política, haciendo que su gobierno saque multitud de leyes contra las personas LGTBI+, restringiendo sus derechos.

En 2021, esto fue un paso más allá cuando el gobierno tramitó una ley contra la pedofilia que contaba con amplio consenso político. En el último trámite, el gobierno añadió un paquete de medidas antiLGTBI+, uniendo intencionalmente pedofilia y sexualidades disidentes. Este conjunto legal significaba la desaparición de la realidad LGTBI+ de espacios públicos, al prohibir que los menores puedan ver cualquier contenido donde se muestren realidades LGTBI+. Esto incluye talleres escolares sobre sexualidad, libros o comentarios de profesores. También anuncios o cualquier contenido en espacios que pueda ver un menor. Una ley muy similar a la “ley contra la propaganda homosexual” de Putin que ha acabado prohibiendo el ver cualquier acto LGTBI+ (dos hombres cogiéndose de la mano) incluso en espacios privados.

Una falsa narrativa de pedofilia y homosexualidad que la extrema derecha intenta extender.  Ahora un caso real de pedofilia ha asaltado la política de Viktor Orbán, mientras los medios de la extrema derecha internacional intentan silenciar el asunto, demostrando que la pedofilia solo les importa si la pueden usar como un arma contra sus rivales ideológicos. Orbán guarda silencio y se encuentra desaparecido de la vida pública húngara mientras las peticiones de dimisión a Viktor Orbán crecen.

Crecen las peticiones de dimisión a Víctor Orbán por el escándalo pedófilo que ha salpicado su gobierno” 

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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