Ignacio Garriga cobra un sobresueldo de 3.700 euros al mes de su grupo en el Parlament

Ignacio Garriga, líder de Vox en Catalunya y a su vez portavoz de su grupo parlamentario en el Parlament de Catalunya, cobra un sobresueldo de 3.700 euros al mes del propio grupo parlamentario. Así lo ha desvelado la formación de ultraderecha en las cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2023 que han presentado ante la cámara legislativa autonómica, facturándose como «pago de los servicios de despacho y atención en sede», según datos revelados por El Confidencial y El País.

Además, según la Oidora de Cuentas del Parlament, Ignacio Garriga habría estado cobrando una mensualidad desde mayo de 2021, acumulando aproximadamente unos 38.500 euros por diferentes importantes, sin contar el ejercicio 2023, a los que se sumarían 44.400 euros. Según El Confidencial, Isabel Lázaro, diputada de Vox en Catalunya, habría enviado en abril una carta a la dirección central del partido denunciando esta cuestión.

Así, Ignacio Garriga estaría usando la subvención pública del Parlament de Catalunya para los gastos de funcionamiento del grupo parlamentario en engrosar el bolsillo del diputado, lo que está fuera de los usos y atribuciones de dicha subvención. Vox recibe un total de 322.367 euros al año por este concepto, por lo que un 13,8% estaría destinado para el sobresueldo a Garriga. Es decir, casi un euro y medio de cada diez de la subvención.

Ignacio Garriga recibe tres sueldos

El portavoz de Vox está recibiendo, de esta forma, al menos tres retribuciones. La primera, como diputado del Parlament, que son 105.006,04 euros anuales (88.973,60 euros en concepto de salario y los 16.032,44 en concepto de dietas); la segunda, el citado sobresueldo de 44.400 euros anuales; y, la tercera, una retribución recibida por parte del partido pero que no está detallada en ningún sitio por ser secretario general del mismo. Ignacio Garriga está recibiendo pues más de 150.000 euros anuales, al menos en bruto, más de 12.500 euros al mes.

La Mesa del Parlament, si bien no ha emitido todavía juicio al respecto, ha estado pidiendo explicaciones a Ignacio Garriga, quien ha facturado dos tipos de gastos a cargo del grupo parlamentario. Por un lado, gastos personales usando la tarjeta bancaria del grupo, donde se incluyen gastos de tintorería, el AMPA del colegio de sus hijos, peluquería, etc.; y, por otro lado, las facturas emitidas a su persona.

En estas facturas, el importe en 2021 fue de 1538,6 euros al mes desde mayo. En 2022, el mes de enero fue de 1.234,57 euros, en febrero y marzo de 1.450,62 euros, se emitió otra en marzo de 7.253,10 euros y, a partir de septiembre, 3.700 euros al mes. En total, 38.496,59 euros al año. Este sobresueldo se ha mantenido a lo largo del ejercicio de 2023, lo que daría un total de 44.400 euros al año.

La Mesa del Parlament le ha pedido explicaciones a Ignacio Garriga acerca de si esos gastos son, efectivamente, para el funcionamiento del grupo parlamentario. Pero parece obvio que no es así: el propio Garriga ha argumentado ante su grupo parlamentario que se trataba de un sobresueldo aprobado desde la dirección de Vox. Por otro lado, devolvió el dinero utilizado para gastos personales, asegurando que usó la tarjeta del grupo parlamentario por error.

El expolio de Vox a las subvenciones públicas

Muy a pesar de que Vox es el partido político que más aportaciones privadas recibe, con más de 5 millones de euros en 2022 a juzgar por sus propias cuentas, alrededor del 80% de la financiación de la formación se realiza con subvenciones públicas.

Sin embargo, en ese porcentaje no se cuenta que, buena parte de las donaciones del partido que se hacen por parte de los cargos electos, proceden también de un salario público o de ingresos como los de Ignacio Garriga, o bien de ingresos que se facturan a cargo de las subvenciones que reciben los grupos parlamentarios. Esto ha provocado multitud de quejas por parte de diferentes miembros del propio partido, lo que ha su vez a conducido a numerosas crisis internas, como en Vox València.

Y es que, mientras Vox dona millones de euros a Disenso, el think tank de Vox, del que Santiago Abascal es presidente vitalicio, el partido ha sido señalado por presunta irregularidad en las donaciones (anónimas, fraccionamiento, merchandising irregular…), desviar el dinero de las subvenciones públicas de los grupos parlamentarios al partido mediante facturas y otras presuntas irregularidades que ya se han saldado en numerosas crisis internas, dimisiones y deserciones.