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La ultraderecha pone en peligro la vida de la boxeadora argelina Imane Khelif

Imane Khelif, una boxeadora argelina de 25 años, ha sido el centro de atención en los Juegos Olímpicos de París tras noquear a su contrincante italiana en tan solo 47 segundos demostrando una gran destreza deportiva. Sin embargo, la celebración de su victoria se ha visto empañada por una ola de acusaciones infundadas y polémicas desatadas por la extrema derecha a nivel mundial, en ocasiones con apoyo de sectores transexcluyentes y del espacio rojipardo.

Las falsas afirmaciones de que Imane Khelif sería una mujer transexual debido a supuestos ”altos niveles de testosterona” han generado un debate acalorado y peligroso para su seguridad personal. Estas acusaciones no solo cuestionan su identidad y méritos, sino que también la han puesto en una situación de riesgo extremo en su país de origen, Argelia, donde la diversidad sexual es perseguida y penalizada.

Y es que esto es un bulo: Khelif no es una mujer transgénero. Según ha trascendido al propio debate público, existe la posibilidad de que los supuestos niveles hormonales vengan explicados por ser intersexual.

No obstante, no ha trascendido ninguna evidencia de esto, ni tampoco de dichos niveles hormonales o de una presencia “cromosomas XY”, lo que se correspondería al Síndrome de Swyer, como también ha saltado al debate público a raíz de un bulo ruso. A este respecto lo único que ha trascendido es una decisión de la Asociación Internacional de Boxeo de descalificarla en el mundial femenino de Nueva Delhi de 2023 por supuestos “niveles de testosterona elevados” que en realidad tampoco se pueden confirmar, puesto que la naturaleza y resultados de las pruebas referidas se mantuvieron en confidencialidad.

Esta decisión además fue anulada tiempo después por el Tribunal de Arbitraje Deportivo tachando tal exclusión del mundial de “arbitraria”.

A la luz de estos datos, desde Al Descubierto no se va a contribuir a este ruido especulando sobre la posible intersexualidad no reconocida de una boxeadora de la cual solo se puede saber que es una gran profesional del boxeo.

Argelia, un entorno hostil con la diversidad de género

Si bien Argelia es según un estudio de la BBC el país más tolerante con la diversidad sexual en la región de Oriente Medio y África del Norte, la situación legal y social para las personas LGBTIQA+ en Argelia es extremadamente hostil en comparación con otros países.

Las relaciones sexuales consensuales entre personas del mismo sexo son ilegales, con penas de prisión que van de dos meses a dos años. Además, no hay protección contra la discriminación en ningún ámbito y las personas transgénero no tienen derecho a cambiar su sexo legalmente o en documentos de identidad.

Esta clase de discriminación no es ajena a la gente intersexual que, pese a no estar relacionados necesariamente con una orientación sexual o identidad de género disidente, sufren la misma incomprensión e intolerancia que la población LGTB, por lo que se les reconoce como parte de dicha comunidad (LGTBI+ o LGTBIQA+).

Las acusaciones infundadas sobre la identidad de género de Imane Khelif, fomentadas por discursos de odio principalmente en países occidentales, podrían desencadenar una persecución violenta en su país. Varias asociaciones LGBTI han advertido que la exposición mediática y la politización de su caso podrían llevar a violencia política o crímenes de honor contra ella, que a menudo quedan impunes en Argelia.

Meloni, Ayuso, Sémper, RTVE y Paloma del Río se unieron a la cacería contra Imane Khelif

Varios líderes del Partido Popular (PP) en España, como Isabel Díaz Ayuso y Borja Sémper, han aprovechado la controversia para promover discursos de odio a sabiendas de estar difundiendo desinformación.

Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, escribió en su cuenta de X (anteriormente Twitter) que «la abolición de la mujer es injusta y perversa», refiriéndose al bulo de que Imane Khelif sería una mujer transexual.

Sémper, portavoz del PP, también se pronunció en términos similares. “Es un despropósito”, apostilló en un mensaje que luego borró sin rectificar ni aclarar su equivocación. En la misma línea se ha pronunciado Giorgia Meloni, primera ministra italiana del partido neofascista Hermanos de Italia (FdI), que no ha dudado en hacer bandera de este asunto presentándolo como una afrenta nacional a Italia por parte de su vecino argelino.

De hecho, en Italia, la derecha y la extrema derecha llevan días difundiendo desinformación acerca de la deportista, argumentando que debería ser descalificada, incluso diciendo que iba a matar de una paliza a la deportista italiana, Carini.

La propia televisión pública española, RTVE, ha presentado a la boxeadora como “transexual” y la periodista deportiva Paloma del Río ha ido un paso más allá afirmando que “si tus cromosomas son XX, eres mujer; si tus cromosomas son XY, eres hombre. E deporte, para ser justo, históricamente segrega por peso y por sexo. Si tus cromosomas son XY no debes/puedes competir con personas de cromosomas XX”, uniéndose así el ente público estatal a la desinformación que puede desencadenar en una persecución ideológica o religiosa contra Khelif.

Por poner solo un ejemplo más allá de la televisión pública diario español El Mundo ha publicado al respecto una misiva tránsfoba investigando en su pasado como boxeadora en Madrid de un carácter ultraderechista marcado que aboga abiertamente por excluir a las personas trans e intersexuales del deporte: “no pueden competir. Las transexuales están vetadas y, por añadido, por la misma norma, las intersexuales también”.

Otros referentes culturales del espacio transexcluyente a nivel mundial como J.K. Rowling o de la «derecha alternativa» o altright estadoundiense como Elon Musk no han faltado tampoco a la cita en sus redes sociales. Tampoco podía faltar Lucía Etxebarría, escritora polémica por sus comentarios transexcluyentes que llegó a estar invitada por Vox a un pleno del Ayuntamiento de Madrid.

Desde organizaciones como Afrocolectiva, incluso han argumentado que, constantemente, se tacha de hombres a mujeres racializadas, argumentando que hay un sesgo racista a la hora de lanzar bulos contra mujeres por no encajar en el estereotipo de mujer occidental.

La difícil trayectoria de Khelif

Khelif ha tenido una trayectoria marcada por la perseverancia y la superación de enormes desafíos. Creció en un entorno donde las mujeres deportistas enfrentan múltiples barreras, desde la falta de apoyo institucional hasta la discriminación de género. Su padre le prohibió boxear de niña y hubo de aprender en la clandestinidad para poder defenderse de sus acosadores.

«Frecuentemente, me hacían bullying por mi apariencia, pero me resistí y seguí luchando a pesar de todo», afirmó en el medio argelino Koora. «Participé en muchos torneos y no hubo problemas, pero cuando mis oportunidades de ganar la medalla de oro se volvieron altas, vinieron y lo evitaron, justificándose en que mis cualificaciones son mayores a las cualificaciones del resto de las mujeres».

Pese a que su condición física fuerte le pueda otorgar ventaja respecto a otras mujeres menos fuertes, las condiciones económicas y sociales eran otras barreras difíciles de imaginar en muchas de sus oponentes. Ella y su madre se las ingeniaban vendiendo cuscús y chatarra para costear el billete de autobús para competir y entrenar a raíz de la oposición paterna.

A pesar de estos obstáculos, Imane Khelif, embajadora de UNICEF en Argelia, ha demostrado una y otra vez su talento y dedicación al boxeo, convirtiéndose en una de las figuras más prominentes del deporte en su país. Su éxito en los Juegos Olímpicos de París es un testimonio de su arduo trabajo y determinación. Sin embargo, la controversia reciente amenaza con deshacer sus logros y poner en riesgo su vida.

La extrema derecha y la desinformación sobre las atletas trans

Tanto desde la ultraderecha como desde sectores transexcluyentes, se ha azuzado el medio acerca de supuestas deportistas trans que tienen, supuestamente, más ventajas en sus competiciones, ignorando muchos argumentos y datos en contra.

Sin embargo, más allá de ese debate sobre la división de sexos en el deporte y sobre las consideraciones hacia las personas transgénero, desde estos sectores se ha señalado a mujeres deportistas como transgénero cuando, realmente, no lo eran, simplemente por su aspecto tenían rasgos atribuibles a un hombre o, mejor dicho, no encajaban en el estereotipo de lo que debe ser una mujer, más concretamente, mujer occidental.

Algunos de estos ejemplos son Dutee Chand, Caster Semenya o Annet Negesa. En el caso de la atleta hindú Dutee Chand, que debe tomar medicamentos para bajar sus niveles de testosterona y que reconoció públicamente su homosexualidad, fue señalada falsamente como mujer trans. A la atleta sudafricana Caster Semenya se puso también en duda su sexo hasta el punto de querer hacerle un examen médico y comprobar que tenía vagina de nacimiento, hasta que finalmente se confirmó que era una mujer intersexual. Muy similar al caso de Annet Negesa, atleta de Uganda que ni puede regresar a su país.

Estas polémicas unidas a la campaña de desinformación se utilizan como ariete por parte de la extrema derecha como una punta de lanza contra el colectivo LGTBI y las políticas de igualdad, ignorando por el camino los derechos fundamentales de estas personas y si ponen en riesgo o no sus vidas.

La ultraderecha occidental pone en peligro la vida de la boxeadora argelina Imane Khalif

Denis Allso

Articulista. Estudiante de Ciencias Políticas. Activista y cofundador en varias organizaciones sociales y sindicales de izquierda valencianista. Primer coordinador de BEA en la UMH y ex-rider sindicado. Analizar al adversario es la única forma de no perder la perspectiva de lo que se hace y es un deber moral cuando de ello dependen las vidas de las personas más vulnerables.

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