Los mil muertos de Bonaire: desinformadores, bulos y la tragedia que nunca ocurrió
La catástrofe humanitaria relacionada con la DANA de Valencia ha producido una tormenta de desinformación, principalmente llevada a cabo por la ultraderecha. Y es que varias cuentas de la ultraderecha y comunicadores de baja calidad han hecho correr varios rumores sobre los cuerpos sin vida de las personas en el Bonaire y especialmente en su parking. La mayoría de estos han sido desmentidos o tienen pocos visos de credibilidad. Las redes sociales, alertadas de este suceso, se han puesto a combatir esta escalada desinformativa. Pero ¿Qué pasa cuando no se combaten correctamente los bulos? El caso del Bonaire podría haber convertido en un fracaso al combatir el discurso ultra y sus falsedades. Una gran parte de los desmentidos contra la ultraderecha se hicieron partiendo de informaciones inexactas (por incompletas) sobre la ausencia de cadáveres en estas instalaciones que aumentó la percepción de que los medios escondían información. Una narrativa que incluso se ve ahora reflejada en medios de amplio alcance que hablan de «milagros» cuando esa tragedia nunca existió.
Los bulos: tickets fantasma en Bonaire, miles de muertos o 700 cadáveres localizados
Desde que la DANA causó graves inundaciones en Valencia diversos actores de la ultraderecha han difundido afirmaciones alarmistas y sin pruebas sobre el número real de fallecidos. Esta semana ha sido alrededor del Centro Comercial Bonaire. Uno de los casos más notables es el del presentador Íker Jiménez, conocido por sus programas de misterio en la cadena Cuatro, quien comentó que cuando se descubrieran los verdaderos efectos de la inundación en el Bonaire, sería una “tragedia inimaginable”. Sin datos precisos o confirmados, Jiménez insinuó que el desastre en el Bonaire podría tener una escala fuera de lo común, alentando teorías que no estaban sustentadas en evidencia.
A esta narrativa se sumó Rubén Gisbert, colaborador habitual de Jiménez, quien afirmó sin prueba alguna que se habían hallado 700 cadáveres en el parking del centro comercial. Estas declaraciones, carentes de verificación, impulsaron una ola de pánico entre los seguidores de sus programas. En redes sociales, figuras influyentes de la ultraderecha como el tuitero Capitán Bitcoin también aprovecharon la oportunidad para divulgar información falsa. Alegó que un amigo buzo de los GEAS (Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas) le había dicho que el parking de Bonaire era “un cementerio”. Esta declaración provenía, a su vez, de un usuario de TikTok llamado Cannibalmonkey, quien afirmó lo mismo sin tener conexión demostrable con los buzos que, en realidad, no habían realizado inspecciones oficiales en el área hasta ese momento.
La cadena de desinformación continuó con Dsagunt, otro tuitero, quien aseguró que los buzos de la UME (Unidad Militar de Emergencias) habían realizado una inspección y encontrado numerosos cuerpos. Sin embargo, esta inspección por buzos nunca tuvo lugar, y las afirmaciones de Dsagunt carecían de fundamento. Mientras tanto, el youtuber TheGrefg, uno de los creadores de contenido más populares de España, conocido por intentar desahuciar a una anciana, aportó su granito de arena al decir que un amigo le había comentado que en el parking de Bonaire había “niños y adultos muertos con los ojos abiertos en los coches”, estimando la cifra en más de mil. Su amplia audiencia amplificó este bulo, generando una mayor confusión y extendiendo el rumor en redes sociales.
A estas figuras se sumó Bertrand Ndongo, otro influencer de la ultraderecha que publicó un video desde el propio Centro Comercial en el que aseguraba que de acuerdo con el sistema de tickets del centro comercial, todavía quedaban 700 tickets sin salida del parking, lo que él interpreta como evidencia de personas atrapadas. Sin embargo, ignoraba un hecho fundamental: el sistema de acceso de Bonaire no usa tickets, sino que registra las matrículas de los vehículos, lo que desacredita completamente su versión. Por último, David Santos afirmó que ya habían rescatado 86 cadáveres, a pesar de que ni las autoridades ni los servicios de emergencia habían confirmado ningún fallecimiento hasta ese momento. Así, estos personajes contribuyeron a una narrativa falsa que circuló ampliamente en redes y causó pánico entre los ciudadanos.
Como varios usuarios de Internet trabajadores del centro han indicado, estas historias distan también de la realidad de la evacuación del centro. Por ejemplo un trabajador del Bonaire llamado David, que fue de los últimos en evacuar afirma que en ese parking había como mucho cien personas y seguramente la mayoría salieron en el momento de inundarse, además, tal como afirma, muchos pudieron salvarse accediendo a partes del centro comercial que no quedaron bajo el agua.
Tal y como ha confirmado un bombero en las tareas, dentro de los vehículos del parking del Bonaire no se ha encontrado ningún cuerpo, lo que además de una alegría inmensa supone prácticamente un milagro, teniendo en cuenta el poder de arrastre del agua en las infraestructuras de alrededor. Todavía queda por inspeccionar buena parte del centro comercial por lo que no es descartable encontrar víctimas, pero en principio, los indicios apuntan a que el número sería escaso e incluso podría llegar a ser cero.
Las contra informaciones imprecisas: todavía sin muertos, no sin muertos
Mientras algunos intentaban desmentir las afirmaciones de estos influencers y creadores de contenido, se generaron a su vez otras informaciones imprecisas en sentido contrario. Diversas cuentas en redes sociales, o incluso medios de referencia como la cadena SER, buscando contrarrestar la desinformación, aseguraron que en el centro comercial Bonaire no se había encontrado definitivamente ningún fallecido. Sin embargo, esta afirmación era prematura e inexacta, pues la situación en el parking de Bonaire no se había resuelto completamente en ese momento. Cuando se publicó la información, el área seguía anegada y las labores de rescate y drenaje apenas habían comenzado, por lo que no había confirmación oficial ni de la ausencia ni de la existencia de fallecidos. Puesto que además resultaría contraproducente para las tareas y doloroso para las familias informar del hallazgo de cada cuerpo en vivo y en directo como si de una retransmisión deportiva se tratase.
El centro comercial Bonaire es una de las infraestructuras comerciales más grandes de Europa y se encuentra ubicado a las afueras de Valencia, rodeado por una autopista y sin ningún refugio cercano. Debido a su tamaño y a la falta de zonas de resguardo en las cercanías, existía una probabilidad de que, una vez se complete la inspección, se hallase a alguna víctima de las inundaciones.
Esta contra información, en su intento de negar la existencia de fallecidos, pudo caer en el error de ayudar a los propagadores de bulos al cometer algunos errores: ofrecer afirmaciones rotundas sin una base sólida. De este modo, los intentos de refutar la desinformación de la ultraderecha pueden crear más confusión, y reforzar la percepción de que ninguna fuente, ni siquiera las que se oponen al discurso de odio, era realmente fiable en esta situación. En estos aquellos momentos, en Bonaire podrían aparecer 0 muertos o 10, por lo que negarlos en su totalidad puede alimentar a la ultraderecha. Este fallo en el fact-checking refleja la dificultad de combatir la desinformación con datos verificados en tiempo real.
Así, en un contexto en el que la ultraderecha se apoya en la desconfianza hacia los medios y las instituciones, es fundamental que los fact-checkers ofrezcan datos verídicos y actualizados, evitando caer en el sensacionalismo o en desmentidos que, por su falta de rigurosidad, acaban reforzando el mensaje original de los bulos. En este caso, los breves desmentidos cuando aún no se tenían toda la información, han tenido el efecto de legitimar, para ciertos sectores de la población, la idea de que los medios están manipulando la información sobre el desastre en Bonaire. Estos errores erosionan la credibilidad de los verificadores y juegan en favor de la ultraderecha, que acusa continuamente a los medios de ocultar la «verdad» al público.
El fenómeno del Bonaire demuestra que, en tiempos de crisis, la veracidad y la precisión son la mejor herramienta para combatir la desinformación. Solo con una investigación sólida y sin caer en afirmaciones infundadas se puede contrarrestar eficazmente la influencia de bulos tan dañinos. La prudencia en estos casos no es solo una cuestión de responsabilidad profesional, sino una necesidad para no dar alas a quienes buscan distorsionar la realidad en beneficio de sus propias agendas ideológicas.
El peligro del alarmismo: el ‘milagro’ del buen periodismo
Tras revisar el 99% de los vehículos y las instalaciones del parking de Bonaire, se han localizado alrededor de medio centenar de coches. Para que en estos alrededores de cincuenta coches se acumulasen las mil víctimas que comentaba TheGrefg leyendo comentarios en su directo, deberían haber 20 personas por coche. 15 pasajeros por vehículo para cubrir las 700 víctimas estimadas por Íker Jiménez. Por suerte para la sociedad y por desgracia para ellos no se ha hallado ninguna víctima mortal, algo que se acerca bastante al relato tanto del trabajador anteriormente mencionado cómo de los efectivos de bomberos.
Varios medios de comunicación que contribuyeron al alarmismo especulando con la cantidad de víctimas que podrían existir en el centro comercial han titulado “milagro en el Bonaire” para justificar su propio vicio de dejarse llevar por las habladurías del alarmismo. En ningún momento hubieron datos para pensar que hubiese una gran masacre en dicho centro comercial más allá del morbo que quisieron provocar algunos creadores de contenido y habladurías periodísticas sin contrastar. La televisión dedicó horas a un centro comercial que en realidad ni siquiera tenía más de medio centenar de coches atrapados. Sobre estas leyendas populares se han alzado los creadores de bulos, como un bálsamo satisfaciendo los bajos instintos de sus audiencias. Quienes deseaban un hallazgo macabro han sido alimentados por el periodismo mainstream, y ante la “decepción” por no saciar su apetito de bulos se lanzaran a los brazos de cualquier teórico de la conspiración que le ofrezca una explicación alternativa satisfactoria, como la ocultación de dichos cadáveres.
Articulista. Estudiante de Ciencias Políticas. Activista y cofundador en varias organizaciones sociales y sindicales de izquierda valencianista. Primer coordinador de BEA en la UMH y ex-rider sindicado. Analizar al adversario es la única forma de no perder la perspectiva de lo que se hace y es un deber moral cuando de ello dependen las vidas de las personas más vulnerables.