Trump vuelve: los demócratas pierden 14,5 millones de votos y Harris enmudece
En una victoria que pocos predijeron con tal contundencia, Donald Trump vuelve ganar unas elecciones en Estados Unidos, superando a la candidata demócrata Kamala Harris no solo en el Colegio Electoral sino también en el voto popular. Con este triunfo, Trump se convierte en el primer republicano en dos décadas en ganar ambos tipos de voto, un logro que señala un profundo cambio en el escenario político estadounidense. A pesar de las expectativas de un recuento lento y reñido en los estados bisagra, la mayoría de estos territorios se inclinó a favor de Trump con suficiente claridad como para evitar el temido conflicto postelectoral.
A lo largo de la campaña, la retirada del presidente Joe Biden y el atentado fallido contra Trump fueron algunos de los eventos que marcaron una contienda llena de tensiones. Sin embargo, la jornada electoral transcurrió con relativa calma. Los resultados definitivos confirmaron la victoria republicana en estados clave como Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia y Wisconsin, asegurando a Trump más de los 270 votos electorales necesarios para regresar a la Casa Blanca. En un contexto de alta inflación y un descontento generalizado con la situación económica, Trump consiguió recuperar la confianza de una parte significativa de la población, particularmente en estados donde la economía ha sido el principal tema de preocupación. La combinación de factores económicos, además de la percepción de estabilidad bajo su mandato anterior, ha sido determinante en su victoria, un giro en el que el Partido Demócrata perdió fuerza y no supo presentar una propuesta suficientemente convincente.
Lo llamativo de este gran resultado para la extrema derecha no es que los votos de Trump hayan aumentado, es el Partido Demócrata el que los ha perdido. Trump ha obtenido 71.627.212 millones de votos en 2024. En 2020 el magnate obtuvo 74.223.251, lo que se traduce en una pérdida de 3 millones de votos. Por su parte, el Partido Demócrata con Joe Biden obtuvo 81.281.888. Kamala ha obtenido 66.799.023. Una pérdida de casi 14 millones y medio de votos. Una catástrofe sin paliativos para los demócratas, quienes pierden la cámara y el senado.
Trump vuelve: swing states y economía
Trump vuelve a la Casa Blanca gracias a su arrasador desempeño en los estados bisagra, incluyendo no solo victorias en territorios tradicionalmente republicanos, sino en regiones que habían respaldado a Biden en 2020. Con esta ventaja en el Colegio Electoral, Trump superó a Harris con un margen suficiente que hace improbable cualquier cambio sustancial en los resultados con el conteo final. Carolina del Norte, Georgia, Ohio, y Wisconsin se sumaron al bloque de estados en los que el magnate logró imponerse de forma clara, sellando su camino de regreso a la presidencia.
A pesar de los esfuerzos demócratas para movilizar a votantes en áreas urbanas y diversificar su apoyo, los números no fueron suficientes para revertir la tendencia que, durante los últimos meses, había favorecido a Trump. Entre las razones de este éxito se encuentra su enfoque directo hacia cuestiones económicas y el incremento del costo de vida, temas prioritarios para muchos estadounidenses. Harris, por su parte, enfocó su campaña en una defensa de los derechos civiles y la estabilidad institucional, pero en un contexto de inflación y temores sobre el futuro económico, estos mensajes no lograron captar la atención de un electorado más preocupado por los temas económicos inmediatos. Esta aparente desconexión del Partido Demócrata con las prioridades de votantes en los estados bisagra fue un elemento decisivo, y Trump lo aprovechó al enfocarse en propuestas de corte económico que apelaban a la nostalgia de sus políticas anteriores. La recuperación de bastiones republicanos y el avance en zonas antes demócratas evidencian un cambio en las bases del Partido Republicano.
La catástrofe azul: el Partido Demócrata pierde 14,5 millones de votos
Por primera vez en casi dos décadas, un candidato republicano ha logrado ganar tanto el Colegio Electoral como el voto popular, una derrota que coloca al Partido Demócrata en una posición crítica. El Partido Demócrata ha perdido 14,5 millones de votos en comparación a 2020. Este voto no se ha traducido en un aumento de Trump, al contrario, el magnate ha perdido 3 millones de votos, lo que señala una profunda desafección de sus bases y la elección de una mala candidata. Y es que, para Kamala Harris, perder el voto popular significa más que un simple revés; es un síntoma de un problema estructural en el partido. En un momento en que las encuestas iniciales y los expertos daban ventaja a Harris en esta métrica, la caída en el apoyo popular indica que el mensaje demócrata no conectó con sectores que, tradicionalmente, han sido sus bases. Harris, la primera mujer de color en alcanzar la vicepresidencia, no logró movilizar a un número suficiente de votantes afroamericanos, latinos y jóvenes, sectores en los que Trump consiguió una mejor aceptación de lo esperado, especialmente en temas económicos y migratorios. De hecho, su candidatura tuvo un peor desempeño en hombres negros y hombres latinos que la de Joe Biden. Además, tampoco consiguió el apoyo mayoritario de las mujeres blancas, que apoyaron ligeramente más a Donald Trump.
La actitud de su administración con el genocidio de Gaza ha castigado. Un fuerte apoyo económico a Israel teñido de intentos de que Netanyahu tuviese mesura. Esta ambigüedad no ha gustado ni a propios ni a extraños y podría explicar en parte donde se han ido los 14,5 millones de votos demócratas.
El golpe electoral deja al Partido Demócrata en una posición difícil, no solo por la pérdida de la presidencia sino también por su incapacidad para consolidar una base estable en un país cada vez más polarizado. Los analistas atribuyen esta derrota no solo al mensaje de Harris, sino también al contexto: una inflación persistente, problemas de seguridad en las ciudades, la situación en Gaza y una percepción de débil respuesta ante problemas migratorios y económicos. A nivel de liderazgo, Harris nunca logró el mismo nivel de apoyo que su predecesor, Joe Biden, y en un partido donde la base está fragmentada entre progresistas y moderados, esto terminó debilitando su posición. Un fracaso demócrata mayor que el de Hillary Clinton, con una candidata con un perfil muy parecido. Y esta vez Trump vuelve a la Casa Blanca con la intención de quedarse, quizás para mucho tiempo.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.