Cancelada la marcha del Orgullo LGTB en Georgia tras los brutales ataques homófobos de turbas violentas
Ayer lunes 5 de julio estaba convocada, como en otros países estos últimos días, una Marcha de la Dignidad en defensa de los derechos de las personas LGTB en Tiflis, la capital de Georgia. Sin embargo, al mismo tiempo, fueron convocadas varias contramanifestaciones desde grupos de extrema derecha donde acudieron centenares de personas para impedir la marcha, protagonizando brutales ataques.
Los ataques no solo han afectado a los manifestantes, sino también a los periodistas que acudieron a la céntrica avenida Rustaveli para cubrir el evento. Al menos cinco periodistas tuvieron que ser llevados al hospital por la gravedad de las heridas y otros 20 han resultado heridos, según News On, una cadena de Georgia.
También fueron atacadas varias tiendas de la oposición ubicadas frente a la sede del Parlamento, el Movimiento Nacional Unido (MNU), en un momento en el que las tensiones entre este partido y Sueño Georgiano, la formación gobernante, se encuentran en su máxima expresión.
Durante el ataque, una turba asaltó la sede de Orgullo Tbilisi, organizadores del evento, provocando numerosos heridos, incluyendo a un turista polaco.
Finalmente, desde Orgullo Tiblisi decidieron suspender la marcha. «La marcha ha sido cancelada por motivos de seguridad», se afirma en un comunicado público, que acusaron a los grupos de extrema derecha de «declarar la guerra a la sociedad civil, a los valores democráticos y a la política prooccidental de Georgia».
No obstante, ha acusado a las autoridades de no hacer nada para proteger el derecho de reunión a través del comunicado en el que han anunciado la cancelación del evento. «Esta gran ola de odio de la que somos testigos en estos momentos está inspirada y apoyada por el Gobierno y la Policía», han denunciado, según recoge Bloomberg.
Violencia alentada por la Iglesia Ortodoxa
La Iglesia Ortodoxa de Georgia ha sido una de las principales organizaciones en llamar a la violencia contra la Marcha de la Dignidad. Públicamente, llamó a una contramarcha denunciando que “un estilo de vida pervertido genera tensiones en la sociedad”, el Patriarca pidió una “protesta pacífica” y pidió a sus partidarios “que no sigan las provocaciones”.
No obstante, un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa se dirigió así a los manifestantes: “Están obligados a usar la violencia por el bien de la patria, el país, lo sagrado”. Aunque el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa dijo que se distancia de las declaraciones que piden violencia, lo cierto es que se vio entre las turbas violentas a varias personas religiosas.
Estos hechos recuerdan tristemente a 2013, cuando decenas de activistas por los derechos de la comunidad LGTB fueron golpeados en las calles de Tiflis por sacerdotes y hombres de extrema derecha, algunos con porras y otras armas
Falta de apoyo del Primer ministro de Georgia
Una de las cuestiones resaltadas por los organizadores ha sido la indiferencia del gobierno, que no ha hecho nada por evitar lo sucedido. El primer ministro georgiano, Irakli Garibashvili, en una reunión del Gabinete de Ministros, propuso celebrar la marcha «en otro lugar debido al peligro de una confrontación civil».
Además, dijo que la Marcha de la Dignidad es “inapropiada y no debería celebrarse” porque “entraña peligro de conflicto civil”. También acusó a la marcha de “revanchista” y “radical”, acusando al ex-presidente Mijail Saakashvili de estar detrás.
Mijail Saakashvili se encuentra actualmente exiliado en Ucrania acusado por la Justicia de Georgia de crímenes contra la humanidad por el empleo sistemático de torturas y otras vejaciones a presos, amén de su implicación en una decena de delitos.
Los organizadores criticaron con dureza las palabras del Primer ministro que, no obstante, tras las acciones violentas, fueron corregidas por la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, quien recalcó que las personas LGTB tienen los mismos derechos constitucionales que todos los ciudadanos, algo que «es muy importante para el país y para su unidad».
Los actos han merecido la reprobación de la Unión Europea, quien ha solicitado que se proteja los derechos de los manifestantes. Veinte misiones diplomáticas de la Unión Europea, Estados Unidos, Israel y Reino Unido han condenado la violencia y pedido al gobierno que proteja la libertad de expresión y proteja a los periodistas.
El mes de la homofobia
Los ataques se producen en un país donde existe todavía un fuerte conservadurismo en cuanto a los derechos de las personas LGTB. Según la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), Georgia ocupa el puesto 32 de 49 de entre los países europeos en cuanto a la discriminación y consecución de los derechos LGTB.
No obstante, este brutal ataque se suma a otros tantos padecidos por personas LGTB en este último mes. España ayer vivió una jornada de protesta debido al asesinato de Samuel, un joven de A Coruña presuntamente asesinado de una paliza por su orientación sexual, según atestiguan testigos de su entorno. Hoy mismo, dos jóvenes de Valencia denunciaron también una agresión homófoba y un mural en favor de los derechos LGTB fue vandalizado.
También fue una noticia sobrecogedora el asesinato de Lindolfo Kosmaski, activista LGTB de Brasil, que fue asesinado a tiros y quemado, o el caso de Normunds Kinzulis, también activista asesinado y quemado en Letonia.
Y es que, desde que el acceso de la extrema derecha a las instituciones se multiplicara en los últimos años, los delitos de odio han aumentado, incluyendo los referidos a la población LGTB. La normalización del discurso homófobo de partidos políticos como Vox (España), Ley y Justicia (Polonia) o Fidesz (Hungría) ha puesto en peligro los derechos de unas personas que deberían estar completamente integrados en la sociedad.
Enlaces y fuentes:
– Foto de portada: Protesta de activistas LGTB en Georgia. Autor: Andrew Roth, 17/06/2019. Fuente: elDiario.es (CC BY-SA 4.0)
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.