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«Calculó mal las consecuencias de darle un pequeño susto a Catalunya»: el Caso Villarejo salpica al CNI y a Ana Rosa Quintana

El excomisario José Manuel Villarejo sigue tirando de la manta y levantando ampollas con sus polémicas declaraciones sobre la corrupción de las instituciones del Estado. Así, el llamado Caso Villarejo ha continuado con comparecencia, dedicada en buena parte en esta décima sesión a la pieza «Pintor» del Caso Tándem, donde se le acusa de buscar información económica y personal de un socio de los hermanos Muñoz Támara, Mateo Martín Navarro, y del abogado de este último, el exjuez Francisco Javier Urquía, para evitar que el antiguo socio se declarara insolvente y recayera sobre ellos el pago de una deuda por un presunto delito fiscal.

«Fue un favor personal que no me pidieron (ellos) sino mi buena amiga Ana Rosa Quintana«, ha dicho Villarejo sobre la conocida presentadora, para explicar que ella estaba «desesperada» por la repercusión pública que pudieran tener los supuestos negocios llevados a cabo por su marido su marido, su cuñado y su suegro, a los que Villarejo se refirió como «blanqueadores habituales» que se dedicarían a confeccionar «facturas falsas».

¿La Casa Real está implicada?

Villarejo ha defendido que en todo momento actuó como mero intermediario en un asunto en el que ha asegurado que estuvo implicado el CNI porque «tiene muchísimo interés en personajes tan mediáticos como Ana Rosa Quintana», «máxime» cuando tenía «excelentes relaciones con el presidente del Gobierno» y «estaba perfectamente enterada de la ‘Operación Gamba’ para atentar contra la imagen de la reina Letizia».

A raíz de sus alusiones a la monarquía, el fiscal anticorrupción Miguel Serrano le ha llamado la atención, pidiendo incluso al tribunal que le exigiera centrarse en sus respuestas a lo preguntado sin aludir a «cuestiones totalmente ajenas como la Casa Real». Villarejo, que ha reconducido su discurso, se ha disculpado alegando que necesitaba «contextualizar» por qué le había pedido ayuda la presentadora. No obstante, Villarejo recibió el «apoyo» de la magistrada que llevaba a cabo el juicio: «Está ejerciendo su defensa», respondió la magistrada Ángela Murillo.

Como parte de ese contexto, Villarejo ha contado que a lo largo de los años Quintana le ha pedido «muchos favores», entre los que ha mencionado el problema en torno al «plagio de su libro». Por eso, ha manifestado, no le dio «mayor trascendencia» a este nuevo asunto. «Se trataba simple y llanamente de salir de una situación complicada que le había surgido como consecuencia de esos tejemanejes» de su marido, ha expuesto.

Así, ha explicado que se limitó a reunirse con los Muñoz Támara para que le expusieran el caso y que llevó a cabo las gestiones para que otras dos personas – varios agentes del CNI supuestamente- hicieran de detectives con el objetivo de obtener la información que buscaban el marido y el cuñado de Ana Rosa.

Además, relató que, en contra de las declaraciones de los Muñoz Támara, fue Juan, no su hermano Fernando, quien pagó en efectivo los 20.000 euros de «gastos» que le pidieron los dos espías. Según Villarejo, acudió a su despacho, los dejó encima de la mesa y, posteriormente, unos agentes, que estaban en un despacho justo al lado, los cogieron y se los llevaron.

Así Villarejo habría sido, al tenor de lo descrito en su defensa, un mero intermediario y víctima de un complot a instancias del estado.

El atentado del 17-A: un «error grave» del CNI

Las declaraciones más polémicas, no obstante, se dieron ayer. En ellas, hizo referencia a los atentados terroristas del 17 de agosto de 2017 llevado a cabo en Barcelona y Cambrils con el atropello masivo de personas en la vía pública con una furgoneta blanca, atentado reivindicado por el DAESH y donde se identificó al imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, como el cabecilla de la célula terrorista responsable del mismo.

Según Villarejo, estos atentados fueron un «error grave de cálculo» por parte de Félix Roldán, exjefe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). que, según su versión, «calculó mal las consecuencias por darle un pequeño susto a Catalunya». «A pesar de estar jubilado yo he seguido trabajando para el CNI hasta el ultimo día, hasta el día de mi detención» en noviembre del 2017, ha asegurado el excomisario, quien nunca ha ocultado su enemistado con Roldán, a quien señala en muchas de sus declaraciones. Ha dicho además que, cuando fue arrestado, precisamente estaba intentando arreglar «el entuerto del famoso atentado del imán de Ripoll».

No es la primera vez que Villarejo apunta al CNI como responsable de los atentados terroristas. El pasado 15 de enero de 2021 declaró que una fuente «muy importante» había alertado a los servicios secretos españoles de un «posible riesgo» de atentado en Catalunya, pero que dicha fuente había sido considerada como poco fiable porque, aunque había trabajado para el CNI, en realidad era un «espía marroquí».

Sin embargo hay una diferencia crucial entre ambas declaraciones: aquella vez aludió a un error de los servicios secretos; esta vez, está dando a entender que se hizo con la intención de que los atentados tuvieran lugar para dar ese «pequeño susto a Catalunya».

Las reacciones no se han hecho esperar y los grupos políticos catalanes han solicitado que se investigue el asunto. Concretamente, Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, ha pedido la comparecencia de Pedro Sánchez, el ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska y del propio Félix Roldán a través de tres peticiones registradas siguiendo el procedimiento habitual. Pere Aragonès, el President de la Generalitat, también ha pedido explicaciones inmediatas para aclarar esta cuestión y a solicitado a los servicios jurídicos de la Generalitat la posibilidad de emprender acciones legales.

Laura Borràs, vicepresidenta del Parlament y líder de Junts per Catalunya, ha solicitado la apertura de una Comisión de Investigación en el Congreso para esclarecer el asunto. Se ha sumado a estas declaraciones la consellera de Justicia, Lourdes Ciuró y otros políticos independentistas catalanes.

Una nueva vuelta de tuerca en el Caso Villarejo

¿Podrían ser ciertas estas afirmaciones? Por un lado, Villarejo podría estar lanzando estas piedras contra el CNI en un intento por salir favorecido del proceso judicial en el que se ve inmerso y en el que constantemente se ubica como la víctima. Por el momento, no ha aportado ninguna prueba sólida que certifique que esto es así, y las investigaciones acerca de los atentados del 17-A son contundentes acerca de cómo sucedieron.

En este sentido, personalidades expertas en terrorismo, en Derecho y en Inteligencia han pedido prudencia al respecto.

Por otro lado, sí ha quedado demostrado que las «cloacas de interior» han tenido un alcance considerable a lo largo de las décadas, con casos como el de los GAL en los años 80 o, más recientemente, con la presunta fabricación de pruebas falsas contra rivales políticos y que sitúa al exministro de Interior Jorge Fernández Díaz como principal responsable.

Además, no sería incompatible que los atentados terroristas hubieran sido provocados por las células terroristas del DAESH y, o bien ignorados por el CNI, o bien haber errado en la gestión de los mismos. Estas acusaciones ya se hicieron en su momento con la banda terrorista ETA.

Sin duda, una delirante vuelta de tuerca más en un caso que no parece tener fin.

Enlaces y fuentes:

– Foto de portada: Comparecencia de Villarejo. Autor: elDiario.es, 11/01/2021. Fuente: elDiario.es (CC BY-NC 4.0)

Moisés Pérez

Graduado en filología hispánica y futuro profesor de secundaria. Apasionado por la política, la sociología y la educación. Convencido de que con la política y la educación se puede cambiar el mundo. Amante del rigor informativo y del análisis de datos para combatir las "fake news"

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