Vox quiere convertir en «Bien de Interés Cultural» los símbolos de la dictadura franquista
Nuevo paso de la extrema derecha para proteger los símbolos de la dictadura franquista convirtiéndolos en «Bien de Interés Cultural».
La formación a través de su vicepresidente primero de Acción Política, Jorge Buxadé, ha asegurado que plantea proponer el «blindaje» de estos elementos contra la nueva Ley de Memoria Democrática, aprobada el 5 de octubre y que entrará en vigor en cuanto se publique en el BOE.
Así Buxadé ha asegurado que su formación presentará en el Congreso y en todos los parlamentos donde Vox tenga representación (Andalucía, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia) propuestas para catalogar como Bien de Interés Cultural distintas edificaciones y objetos de los espacios públicos.
Estos comprenderían los edificios, partes de edificios, construcciones, cruces, placas e insignias “que hacen apología de la Guerra Civil y de la dictadura”.
En palabras del vicepresidente de Vox, la nueva ley pretende “destruir parte de nuestro patrimonio cultural”.
Además ha recalcado sobre esto que “la izquierda ha pretendido reabrir todas las heridas” ya que «nuestros padres, abuelos y bisabuelos estuvieron en uno u otro bando, pero se reconciliaron nada más acabar la Guerra Civil».
Un relato totalmente falso de carácter revisionista que obvia la sangrienta purga y represión que hubo al finalizar la guerra además de la potente lucha de guerrillas antifascistas que hubo hasta los años 50 por parte del Maqui.
Finalmente, el bando golpista se impuso definitivamente al bando de la república gracias al derramamiento de sangre de la guerra y la purga civil.
¿Bien de Interés Cultural? Que dice la nueva ley sobre los símbolos de la dictadura
Jorge Buxadé miente al hablar de la “destrucción de los símbolos” de la dictadura franquista
La nueva ley de Memoria Democrática lo que exige es la retirada de esta simbología impuesta por el bando sublevado.
Así la ley exige retirar los símbolos de exaltación del franquismo como “las edificaciones, construcciones, escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos u objetos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadura, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial».
También obliga a retirar los topónimos y nombres de los callejeros.
Pese a esto, la ley establece excepciones cuando estos objetos «sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas o arquitectónicas protegidas por la ley».
También cuando formen parte del Patrimonio Histórico o el elemento sea una estructura fundamental del inmueble, como en el caso del renombrado Valle de Cuelgamuros, uno de los grandes símbolos de la dictadura franquista.
En estos casos la Ley de Memoria Democrática pide incorporar un cártel explicativo contando la historia del lugar y si tuvo un elemento de represión.
Vox y la defensa del franquismo
Este paso no es nuevo en Vox, si no que forma parte de un modus operandi constante de intentar proteger el pasado franquista de España.
El partido fue el único partido político con representación que intentó evitar la exhumación del dictador Francisco Franco, intentando utilizar todos los mecanismos legales a su alcance.
Primero pidió la suspensión cautelar de la decisión del Consejo de Ministros para la exhumación. Tras la negativa por parte de la JEC y el TS, fue a la vía contenciosa para intentar detenerla, aunque sin éxitos.
Tras esto, el partido convirtió la defensa de la dictadura franquista en uno de sus temas estrellas para las elecciones del 10N.
Una actitud esperable, ya que los lazos entre Vox y la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) son profundos.
La FNFF fue una de las entidades que más se volcó en ayudar Vox al inicio, financiando al partido y generando un escándalo en León ante audios que desvelaban como buscaba dinero y candidatos para Vox.
Estas relaciones llegaban a lo personal, ya que en los mismos audios se desvelaba que Santiago Abascal hablaba diariamente con el presidente de la FNFF.
De hecho, el entonces presidente de la FNFF era Juan Chicharro Ortega, primo del entonces secretario general, Javier Ortega Smith.
Smith ha mostrado ser un fascista convencido, teniendo videos alabando al precursor del fascismo español, José Antonio Primo de Rivera.
Lazos que se extienden a multitud de miembros de Vox como el mismo Jorge Buxadé, quién estuvo en la Falange.
Esta colaboración ha continuado en el tiempo y hace pocos meses, Vox y la FNFF lanzaron un nuevo proyecto junto a la secta el Yunque, el canal de extrema derecha 7NN Tv.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.