La extrema derecha convoca protestas en Ferraz que acaban en vandalismo y enfrentamientos con la policía
Desde el fin de semana y a lo largo de estos días, diferentes organizaciones de extrema derecha han convocado protestas en la sede del PSOE en la conocida calle Ferraz de Madrid en las que se ha podido ver elementos violentos, simbología franquista y cánticos de carácter fascista, además de enfrentamientos con la policía. Convocatorias que se han extendido también a otras ciudades, también frente a locales del PSOE.
La primera manifestación tuvo lugar el viernes 3 de noviembre y se trató de una convocatoria realizada principalmente por diferentes perfiles afines a la extrema derecha en redes sociales, como Orgullo Nacional, Fuerza España o Milicia Patriota, y mensajes virales a través del servicio de mensajería de WhatsApp. La convocatoria fue compartida principalmente en Twitter, pero también a través de canales de Telegram, con diferentes estructuras pero con la misma idea: protestar contra la amnistía a los presos catalanes relacionados con el procés catalán pactada entre el PSOE y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para llegar a un pacto de investidura, siguiendo la estela de la pasada protesta del 9 de octubre convocada por el PP en Barcelona y que ya tuvo un resultado agridulce.
Posteriormente, fue secundada a través de redes sociales por organizaciones de extrema derecha (o directamente neofascistas) como Democracia Nacional, Falange Española o Hazte Oír y apoyada por personalidades como Vito Quiles, creador de contenido asociado al medio Estado de Alarma TV (EDATV) de Javier Negre, señalado por su sensacionalismo y por la difusión de fake news.
Aparentemente, se sumaron también simpatizantes de HerQles, organización cultural asociada a Vox, y de Revuelta, un colectivo juvenil vinculado a Vox fundado el pasado 28 de septiembre. Revuelta forma parte de la red de Plataforma 711, otra asociación ultraderechista que llamaba a la “Reconquista de España” y que tuvo un papel importante en el desarrollo de Viva 22, el festival lúdico que Vox celebró en 2022 y que tuvo su primera edición en 2021.
Esta primera concentración, que reunió a unos pocos cientos de personas, no logró alcanzar la sede del PSOE en Ferraz debido a que la Policía Nacional cercó la calle con vallas y mantuvo un despliegue de las Unidades de Intervención Policial (UIP), más conocida como policía antidisturbios. A la concentración acudió Pablo Lucini, de la delegación de Madrid de Democracia Nacional. Se escucharon cánticos de «¡Viva Franco!» y, más tarde, se difundió el bulo de que estos gritos de apología a la dictadura se habían realizado por un miembro del PSOE infiltrado. Más allá de estas cuestiones, la concentración no tuvo mayor repercusión.
La segunda convocatoria en Ferraz: entra Esperanza Aguirre
El fracaso de esta primera convocatoria, más o menos espontánea, animó a otros perfiles a sumarse a la idea de que había que volver a Ferraz al día siguiente y empezar a protestar de manera constante contra el ejecutivo. Acudieron Esperanza Aguirre, la que fuera ex presidenta de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular (PP), y cubrieron la manifestación EDATV (con la presencia de Javier Negre), OkDiario y Telemadrid. Se estima que acudieron alrededor de 250 personas, según Delegación de Gobierno, si bien el número podría ser mayor.
Esperanza Aguirre, que pidió en declaraciones a los medios que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España en funciones, debía convocar un referéndum sobre su propuesta de amnistía, también protagonizó un momento que se viralizó en redes sociales cuando animó a cortar el tráfico, imágenes grabadas precisamente por los medios antes citados. No obstante, no se registró ningún incidente.
Además, también hubo concentraciones en otras ciudades españolas, como en Cartagena, que transcurrieron de forma pacífica. El sábado 5 de noviembre, hubo convocatorias en Burgos y en València. En el caso de Burgos, fue convocada la Asociación Sociedad Civil Burgalesa, cuyo nombre recuerda a Sociedad Civil Catalana, la principal organización catalana que busca confrontar a los movimientos soberanistas y que su fundación estuvo participada por la extrema derecha. Fue secundada tanto por el PP como por Vox. En el caso de València, fue convocada por el PP.
La tercera convocatoria: entra Vox
Al contrario de lo que pudiera parecer, Vox entra oficialmente en escena a partir de la convocatoria del 6 de noviembre, esta sí, convocada por Revuelta en todas las sedes provinciales del PSOE. Se confirmaron al menos doce convocatorias en ciudades como Madrid, Barcelona, Badajoz, Sevilla, Valencia, Oviedo, Salamanca, Tarragonza, Valladolid o Murcia, entre otras.
En cada ciudad se sumaron colectivos afines a la ultraderecha, como Cataluña Suma, S’ha acabat, Reconquista España, HerQles, el movimiento universitario Libertad Sin Ira, España 2000… además de todas las organizaciones anteriores, incluyendo Falange Española, Democracia Nacional y personalidades como, Miguel Frontera, que se hizo conocido por acosar durante meses a la familia de Pablo Iglesias Irene Montero a las puertas de su casa en Galapagar.
Es en estas concentraciones, las del pasado lunes, donde entraron en escena Santiago Abascal, líder de Vox; Juan García-Gallardo Frings, vicepresidente de Castilla y León por Vox; o Jorge Buxadé, eurodiputado del partido, que estuvieron, al menos durante un rato, en primera línea de la concentración. Tampoco faltaron influencers como Vito Quiles o Isaac Parejo (InfoVlogger), entre otros.
Las concentraciones que acogieron cánticos como «¿En el 11M qué pasó?» en referencia a los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 y que parte de la derecha política señaló falsamente en su momento como terrorismo de la banda arbetzale ETA, «Felipe, masón, defiende tu nación» o «Pedro Sánchez a prisión», entre otros, se tradujeron en vandalismo y confrontaciones con las unidades antidisturbios.
Por un lado, en diferentes sedes del PSOE se registraron ataques, como el caso de locales ubicados en Canarias, Ruzafa (València), la Línea de la Concepción (Cádiz) o Lucena (Córdoba), entre muchas otras, donde hicieron pintadas en las fachadas, sin lamentar otro tipo de incidentes; por otro lado, si bien la concentración en Ferraz transcurrió también sin problemas en un principio, estando congregadas 3.800 personas según la Delegación de Gobierno, a partir de las 20:30 horas los elementos más radicales de la misma empezaron a mover las vallas, saltarse el cordón policial, romper las bridas que las aseguraban y lanzar objetos a las autoridades.
En consecuencia, las UIP emplearon botes de humo en un inicio y advirtieron que se iba a proceder al desalojo de la concentración, lanzando salvas con las escopetas de goma sin munición a modo de aviso. Ante la falta de respuesta de la gente, finalmente se lanzaron contra la misma con el objetivo de disolverla, acciones que han sido consideradas desproporcionadas por los manifestantes y convocantes. Para entonces, los líderes de Vox ya se habían marchado. Estos datos han sido confirmados por las propias autoridades y por algunas de las grabaciones que se han difundido por redes sociales.
La propia policía ha declarado a diferentes medios de comunicación que no se cargó con violencia y que se esperó a que la conducta de los manifestantes fuera agresiva, siguiendo las órdenes de Delegación de Gobierno. Otros agentes discrepan y piensan que la actuación se debería de haber realizado de otra forma, ya fuera por exceso o por defecto.
Fuentes policiales detallan también a medios como Europa Press que, entre las personas detenidas, se encuentran dos por agredir a agentes y otra por desobediencia. Además, justifican estas actuaciones, así como el empleo de botes de humo y gas lacrimógeno (usado hacia el final) no solo en respuesta a las conductas violentas, sino también por detectar a 200 infiltrados de «estética ultra» entre manifestantes pacíficos. Además, la Policía incautó tres palos de madera, una barra de hierro, tres barras extensibles y una pala.
Una parte importante de perfiles que apoyaron la convocatoria criticaron las actuaciones policiales y argumentaron que las conductas inapropiadas que tuvieron lugar por parte de la concentración se debieron a la presencia de infiltrados. También se desprendieron críticas a Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior en funciones, al que se le responsabilizó por dichas actuaciones. Incluso se llegó a señalar a la policía como «sicarios» o «la policía de Marlaska» de forma despectiva; o también frases racistas como «con los moros no tenéis cojones».
Javier Negre fue una de estas personas, que en redes sociales declaró que «no se puede reprimir así a los españoles de bien que ejercen un derecho democrático». Al mismo tiempo, personalidades como Isaac Parejo justificaron el vandalismo sufrido por las sedes del PSOE. Además, Santiago Abascal pidió a las autoridades policiales que «no siguieran las órdenes ilegales de Marlaska», al mismo tiempo que el PP se desmarcaba finalmente de estas convocatorias, mientras que el PSOE condenaba los altercados de los manifestantes y señalaba el hecho de que el PP no condenara la violencia de estos.
Las reacciones de los manifestantes siendo detenidos y perseguidos por las autoridades policiales se hicieron virales a través de redes sociales, tanto por simpatizantes, quienes criticaban la actuación policial y animaban a las personas presentes con frases como «España está despertando», como por detractores, que señalaron la incongruencia que supone que personas que se alegraron de abusos policiales cometidos contra personas que acudieron a manifestaciones con reivindicaciones o acciones contrarias, como las del referéndum del 1 de octubre de 2017, ahora critiquen y carguen contra la policía.
Parte de perfiles de izquierda, además, ridiculizaron las concentraciones con el hashtag #CayeBorroka, en referencia al hecho de que estaban sembradas de personas ultraconservadoras y de origen pudiente que nunca habían salido a la calle a protestar por la progresiva erosión de servicios públicos como sanidad o educación o por desahucios, pero sí salían por «la unidad de España», además de la incongruencia de criticar ahora a las unidades antidisturbios y no haberlo hecho en el pasado.
De hecho, muy buena parte de los convocantes jalearon a la policía durante comportamientos similares ante manifestaciones cuyas reivindicaciones no compartían, algo que usuarios a través de Twitter han recordado a Vito Quiles o Javier Negre.
Otros usuarios han señalado que parte de los manifestantes fueron violentos con la policía y que incluso se saltaron el cordón policial y que se daba un agravio comparativo con respecto a muchas concentraciones y manifestaciones de corte izquierdista, donde se sucedieron cargas policiales sin ningún atisbo de provocación.
Además, con respecto a la versión policial que justificó su actuación por la presencia de «infiltrados», se ha criticado que la concentración tuvo en sí misma carácter ultraderechista, a pesar de que la mayoría actuara de forma pacífica. Es decir, que esos «infiltrados» formaban precisamente parte de los convocantes.
Finalmente, la manifestación fue disuelta, pero se convocó otra al día siguiente en señal de protesta por las actuaciones policiales y motivados por la creciente capacidad de convocatoria.
La cuarta convocatoria en Ferraz: aparece Isabel Peralta
La indignación recorrió las redes sociales de la extrema derecha. Con el PP completamente desmarcado de las protestas, éstas quedan en manos de los reductos más reaccionarios junto a Vox y sus asociaciones satélite, a las que se suma también el sindicato Solidaridad.
Además de las organizaciones de extrema derecha anteriores, se suman los restos de la organización neofascista Bastión Frontal, las juventudes de España 2000, Hacer Nación, sectores carlistas, el think tank Pie en Pared, el grupo Ultra Sur, Suburbios, el sindicato policial Jupol y personalidades como el agitador Alvise Pérez, el líder de Desokupa Daniel Esteve o Isabel Medina Peralta, figura falangista asociada a Bastión Frontal que alcanzó cierta fama por protagonizar un discurso antisemita en favor de la División Azul en el cementerio de la Almudena en febrero de 2021. Esta convocatoria se lanzó con el hashtag #EspañaAcabaDeDespertar, que se convertiría a partir de entonces en uno de los lemas de la causa.
Esta vez, la concentración tomó dos rumbos diferentes. Por un lado, un grupo numeroso estuvo concentrado en Ferraz desde antes de las 20:00 hasta las 22:00 horas, cuando las UIP finalmente actuaron para disolverla tras nuevos altercados violentos; por otro lado, una columna cortó la Gran Vía de Madrid, donde estaban presentes Alvise Pérez y Dani Esteve, que habían tratado de hacer una convocatoria previa a las 19:00 horas en el Parque del Oeste, y marcharon por Alcalá y después por Prado con el objetivo de rodear el Congreso de los Diputados. No obstante, la policía nacional les cortó el paso y, tras una sentada en Neptuno, tuvieron que retroceder de nuevo hasta Ferraz.
A pesar de que la gran mayoría de la concentración fue pacífica, diferentes elementos radicales cobraron especial protagonismo a pesar de las protestas y la confrontación de parte de los presentes y de constituir una minoría. Isabel Medina se subió a un quiosco en la cabecera de la concentración y agitó una bandera con el águila de San Juan, asociada al franquismo, y otra con la Cruz de Borgoña, asociada al carlismo, mientras hacía de forma clara y visible el saludo fascista, ante el abucheo de varios grupos.
En la parte frontal de la concentración, decenas de militantes alrededor de las pancartas y banderas de España 2000, Ultra Sur, Suburbios y Hacer Nación, encendieron bengalas, hicieron el saludo fascista y entonaron cánticos como el «Cara al Sol», himno de Falange Española asociado también al régimen franquista, o el himno de La Legión, entre otros.
Allí, una señora, aparentemente afín a Vox, intentó confrontarles y oponerse a ellos, señalándoselos a la policía con frases como «aquí están los nazis» o «no queremos nazis en nuestras filas» e incluso llegó a haber confrontación física. Por su parte, se escucharon gritos como «¡yo soy nazi!» o «¡Sieg heil!», el saludo del partido nazi de Adolf Hitler.
Otro conflicto tuvo lugar con Chema de la Cierva, el fotógrafo y creador de contenido que contribuyó a viralizar la frase «¡Que te vote, Txapote!» tras aparecer en un directo de RTVE insultando y amenazando, y quien también tuvo una confrontación en redes sociales con varios influencers de extrema derecha afines a Vox (entre ellos Isaac Parejo) por defender que las personas LGTBI no tenían lugar en el espacio de la derecha política. Así lo denunció el propio Chema de la Cierva en un vídeo subido a su cuenta en Twitter donde afirma que le «echan de la manifestación por defender la bandera del águila de San Juan».
A lo largo de la manifestación, no obstante, se detectó múltiple simbología de extrema derecha. Desde elementos asociados al nacionalcatolicismo franquista (banderas con el águila de San Juan, la Cruz de Borgoña, el Sagrado Corazón de Jesús o una cruz católica) hasta consignas anticonstitucionales, como un cartel donde se leía «La Constitución destruye la nación» o incluso una bandera rojigualda con el escudo recortado, todo ello acompañado de gritos agresivos contra Pedro Sánchez y peticiones de golpes de Estado. También se gritó contra la Corona y el rey Felipe VI, como viene siendo habitual en los sectores de derecha radical en los últimos meses.
A pesar de abucheos y señalamientos de los manifestantes, los elementos más radicales tomaron protagonismo. En primer lugar, personas pertenecientes a determinados grupos (probablemente Ultra Sur y que habían estado expresando consignas ultraderechistas) encendieron bengalas y, poco después, comenzaron a lanzar petardos a las unidades antidisturbios mientras zarandeaban y movían las vallas. Ya desde las 21:15 horas, se registraron actos agresivos contra periodistas y contra furgones policiales, como el lanzamiento de una botella. La situación se fue tensando progresivamente hasta que, pasadas las 22:00 horas (momento en el que finalizan legalmente los permisos de reunión y concentración en virtud de la convivencia), actuaron para disolver la concentración.
Si bien la mayoría de manifestantes optó por dispersarse, la violencia se acrecentó. Un número importante de manifestantes confrontó a la policía, lanzando todo tipo de objetos, incluyendo contenedores de basura y mesas de la terraza de algún bar. Un pequeño grupo de antidisturbios se quedó aislado y fue rodeado por decenas de personas que les arrojaron múltiples objetos mientras se retiraban, hasta que finalmente consiguieron quedarse a salvo y reorganizarse.
El fuerte dispositivo policial desplegado y su intervención se saldó con seis detenidos por desórdenes públicos, dejando además una cifra de 39 personas heridas, de las cuales 29 son policías, lo que refleja la magnitud de la violencia empleada por los manifestantes. Finalmente, la situación comenzó a controlarse a partir de las 23:30 horas, con los últimos reductos retirándose, no sin antes prenderle fuego a algún que otro contenedor. Según Delegación de Gobierno, se congregaron alrededor de 7.000 personas, 15.000 según los convocantes.
Las protestas fueron retransmitidas por numerosos medios de comunicación e influencers en busca de una exclusiva. Además de los medios tradicionales, acudieron también el ultraliberal Rubén Gisbert y el presentador de televisión Íker Jiménez, quien además entrevistó a la señora que se había enfrentado a los grupos neonazis. Otros streamers y creadores de contenido la siguieron y comentaron desde casa, como David Santos o Anujbost.
Como tal, también dio lugar a la viralización de incontables vídeos y momentos. Uno de ellos fue cuando, alrededor de las 21:00 horas, después de estar poco más de una hora en la manifestación, Alvise Pérez y Daniel Esteve declaraban retirarse a cenar, siendo ellos dos de los perfiles que llevan tiempo animando e incitando a sus seguidores a tomar las calles, incluyendo el uso de un cartel con la frase «golpe de Estado» a través de su canal de Telegram.
Unas protestas que, sin lugar a dudas, estuvieron copadas por la extrema derecha y trufadas de elementos violentos de carácter neonazi y neofascista que terminaron tomando el control de los acontecimientos. Las faltas de respeto, las consignas golpistas y agresivas, las actitudes y conductas violentas… fueron adquiriendo un protagonismo ante la crítica constante de muy buena parte de los presentes y la indiferencia sustancial de otra.
En este sentido, ha habido discrepancias entre quienes han aplaudido este cariz más radical de las protestas y entre quienes señalan a estos sectores como interesados, radicales o incluso de infiltrados, como es el caso de Isaac Parejo o Sergio Candanedo (Un Tío Blanco Hetero).
Otros incidieron en que este tipo de incidentes violentos se debían a infiltrados del PP, del PSOE o incluso de militantes de izquierda. Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Comunidad de Madrid, dijo a los medios de comunicación que intentaron tomar el protagonismo «una minoría de violentos que condenamos y que además sospechamos que son de las cloacas del Estado». Eduardo Inda, director de OkDiario, tildó estos actos de «producciones Moncloa». Sin embargo, todas las pruebas indican que, efectivamente, quienes provocaron estos altercados eran una parte de los propios convocantes y sus seguidores. No hay evidencia alguna de que se trata de militantes del PSOE o de otros partidos.
Otros sectores, directamente, aplaudían la confrontación contra la policía, si bien fueron claramente minoritarios, como es el caso de Alberto «Pugilato», músico de rock declarado nacionalsocialista al que Fiscalía le pidió en 2022 cuatro años de prisión por presunto delito de odio. A través de redes, tanto Pugilato como otros perfiles radicales aprobaron las conductas violentas hacia las UIP, trasladando estas discrepancias a Twitter.
Sea como fuere, por segunda noche consecutiva, la extrema derecha vuelve a protagonizar las portadas de los medios por su discurso y sus formas radicales. Y es posible que no sea la última, ya que hay convocadas diferentes manifestaciones a lo largo de las siguientes semanas contra el PSOE y la amnistía en diferentes ciudades españolas hasta el 25 de noviembre. Como añadido, desde muchos perfiles ya se habla de «movilización permanente», como el del locutor de EsRadio Luis del Pino, animando a la gente a salir a la calle a seguir protestando de forma indefinida.
Diferentes asociaciones policiales, como Jupol y la Unión Federal de Policía, han pedido la dimisión del Delegado de Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín, por la gestión de la situación, una petición secundada por Vox. Algunos de los motivos es la acusación al PSOE de usar la policía «de manera partidista».
Por su parte, Pedro Sánchez ha reiterado su condena a quienes «atacan los valores constitucionales y la democracia que dicen defender y que no dejan de violentar», añadiendo «unos con sus actos. Otros, con su silencio cómplice» en referencia al silencio del PP a la hora de condenar los actos violentos que se han visto en las manifestaciones de la extrema derecha. Una condena a la que sí se ha sumado Ione Belarra, secretaria general de Podemos, así como Yolanda Díaz, vicepresidenta en funciones y líder de Sumar, quien ha exigido a Alberto Núñez Feijóo que se pronuncie al respecto. Finalmente, el PP ha terminado condenando la violencia, si bien trasladando parte de la responsabilidad a Pedro Sánchez.
Por el momento, Pedro Sánchez tiene hasta el 27 de noviembre para sacar adelante la investidura y volver a gobernar una legislatura más. De no conseguirlo, habrá automáticamente repetición electoral. Y por el momento parece que la extrema derecha no tiene intención de darle cuartel.
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.