Donald Trump abucheado en un mitin tras anunciar que se había puesto la tercera dosis de refuerzo de la vacuna
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, no cesa en su actividad política. El pasado domingo apareció en el «History Tour» de Bill O’Reilly, expresentador de la cadena conservadora Fox News, donde se mostró a favor de la vacuna y anunció que se había puesto la tercera dosis, la de refuerzo. Trump incluso dijo que la vacuna contra el COVID19 se desarrolló bajo su gobierno como parte de la Operación Warp Speed.
«Mire, hicimos algo que fue histórico, salvamos decenas de millones de vidas en todo el mundo cuando, juntos, todos, nos pusimos una vacuna», dijo Trump en el programa. «Esto iba a devastar el país mucho más allá de lo que es ahora. Tómese el mérito», añadió. «Es genial. Lo que hemos hecho es histórico. No permita que se lo lleven».
Tal y como ha informado el medio Newsweek, en un primer momento, Trump aseguró que la vacuna no debía ser obligatoria. «Si no quiere tomarla, no debería verse obligado a hacerlo. No hay mandatos», aseguró, tras lo cual recibió el aplauso de la audiencia. No obstante, acto seguido, tanto el presentador O’Reilly como Trump revelaron que habían sido vacunados y que ambos se habían puesto la tercera dosis.
Trump y los mensajes contradictorios sobre la vacunación
El citado medio informó de que esto provocó el abucheo general del público, provocando incluso la reacción de Trump, que trató de hacerles callar. Y es que, meses atrás, Trump aseguró a periodistas del conocido periódico The Wall Street Journal que no se pondría la vacuna de refuerzo.
«Siento que estoy en buena forma desde ese punto de vista; probablemente no me la pondré», respondió en una entrevista en septiembre. Más tarde, añadió: «No estoy en contra, pero probablemente no es para mí».
Tampoco es la primera vez que Trump es abucheado: el pasado mes de agosto, durante un mitin en Alabama, recomendó la vacunación ante una legión de sus seguidores, lo que le valió también una respuesta negativa muy generalizada. » Creo totalmente en tus libertades, lo creo, tienes que hacer lo que tienes que hacer, pero te recomiendo que te pongas las vacunas. Lo hice. Es bueno», dijo en aquel momento. «Está bien, está bien», continuó Trump, ignorando la desaprobación. «Pero resulta que me pongo la vacuna. Si no funciona, serás el primero en saberlo. Pero está funcionando. Tienes tus libertades, tienes que mantenerlas», continuó, lo que no mejoró la reacción de sus seguidores.
Y es que varios medios han señalado constantemente la contradicción en los mensajes del expresidente en lo que se refiere a las vacunas. Si bien la administración de Joe Biden ha presionado a los estadounidenses para que obtengan una de las tres vacunas COVID-19 disponibles, que han demostrado ser efectivas para reducir significativamente la probabilidad de hospitalización y muerte por la enfermedad, Trump ha dicho que si bien las inyecciones son seguras, los estadounidenses no deberían hacerlo.
Más tarde, no obstante, cambió este discurso: el ex presidente alentó a los estadounidenses a vacunarse por primera vez en marzo de 2021, meses después de que se desarrolló la vacuna y después de que dejó el cargo. The New York Times informó que tanto Trump como la entonces primera dama Melania Trump recibieron sus vacunas en privado en enero, antes de que él dejara el cargo.
Antivacunas, negacionistas y teóricos de la conspiración: la epidemia de Estados Unidos
El enfoque de Trump para vacunarse contrasta fuertemente con el de otros funcionarios públicos, incluidos el exvicepresidente Mike Pence, el presidente Joe Biden, la vicepresidenta Kamala Harris y los ex presidentes Barack Obama, Bill Clinton y George W. Bush, todos los cuales recibieron sus vacunas en cámara para generar confianza pública.
Los expresidentes también lanzaron una campaña publicitaria en marzo instando a los estadounidenses a vacunarse. Trump fue el único que no participó en el video.
Sin embargo, a lo largo de 2021, poco a poco ha ido cambiando esta postura, probablemente debido al gran estancamiento que ha sufrido el avance de la vacunación en el país, que en agosto apenas sobrepasaba el 50% y que actualmente se encuentra en el 60,9%, y a que el voto al Partido Republicano coincide precisamente con las cifras de menos vacunación del país.
Estas cifras van más allá: la tasa de mortalidad por coronavirus de Estados Unidos también coincide con el voto a Trump en las pasadas elecciones.
El motivo es que, a nivel global, la extrema derecha se ha apropiado del discurso antivacunas y del escepticismo hacia las cifras oficiales de la pandemia, lo que ha llevado a las organizaciones políticas más conservadoras a menospreciar la gravedad y el alcance del virus, sosteniendo en ocasiones verdaderas teorías de la conspiración.
Este estancamiento en la campaña de vacunación, aseguran expertos, se debe de hecho al amplio escepticismo contra las vacunas. A esto se le añade que, Donald Trump, se apoyó en un discurso que negaba la gravedad de la pandemia y que atribuía el coronavirus a un arma biológica china, entre otras afirmaciones, como que se podía curar bebiendo lejía.
Pero Trump no es el único. La cuenta de Twitter de la representante Marjorie Taylor Greene de Georgia fue suspendida nuevamente a principios de agosto por difundir información errónea sobre la vacuna. El representante Barry Moore de Alabama afirmó falsamente que la vacuna «no había sido probada» el sábado, después de dar positivo por COVID19 un día antes.
Una de las teorías más seguidas es la denominada «Plandemia», que sostiene que el coronavirus no existe y es todo un invento de las élites políticas y las farmacéuticas para, con la excusa de detener los contagios, imponer una suerte de dictadura que restrinja las libertades básicas. Y, por supuesto, la vacuna sería, o bien una mentira para ganar dinero, o bien una inyección de algún tipo de sustancia que favorezca el control mental. Se ha llegado a decir que Bill Gates y George Soros están detrás de esta conspiración para, junto a la implantación de la tecnología 5G, colocar chips subcutáneos que faciliten dicho control.
Así, los datos indican que, antes de la proliferación de la variante Delta, el escepticismo republicano de las vacunas contra la COVID19 creció tanto que algunas encuestas encontraron que era poco probable que casi el 50% de los votantes republicanos se vacunaran.
En 2021, sin embargo, se encontraron con la cruda realidad: si Europa y otros países consiguen estabilizar la pandemia, la economía de Estados Unidos podría verse muy perjudicada. Es por eso que los principales líderes republicanos, incluyendo Trump, se han unido para apoyar la campaña de vacunación. No obstante, otros miembros del Partido Republicano continúan ignorando o difundiendo información errónea sobre su seguridad y eficacia.
A todo esto se le suma ahora la aparición de la variante ómicron, que pone en jaque la inmunidad otorgada por las vacunas y podría implicar un retroceso en cuanto a la lucha contra la pandemia. El hecho de que expertos aseguren que una tercera dosis podría ayudar a mejorar la barrera inmune contra esta nueva variante podría haber empujado a Trump a cambiar de idea, una vez más.
Personalidades conservadoras, incluidos los presentadores de Fox News, han ampliado la brecha entre demócratas y republicanos en las tasas de vacunación al extender información sobre una plataforma antivacunas y al criticar los mandatos de vacunación ordenados por las empresas como una violación de las libertades individuales.
Enlaces y fuentes:
– Foto de portada: Donald Trump. Autor: Gage Skidmore, 19/10/2018. Fuente: Flickr (CC BY-SA 4.0)
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.