Fundación Igualdad Iberoamericana: desmontando el chiringuito político de Macarena Olona
Elviernes 4 de noviembre, Macarena Olona, política ultraderechista y ex candidata por Vox a la Junta de Andalucía, puso fin a semanas de especulaciones y misterios en torno a la naturaleza del proyecto que finalmente lideraría por sí misma: la Fundación Igualdad Iberoamericana.
Para sorpresa de muchos, la política alicantina no confirmó el nacimiento de un nuevo partido político (o de cualquier otra forma de modalidad partidista, como podría haber sido, por ejemplo, una suerte de plataforma popular), tal y como se venía rumoreando en diferentes medios de comunicación y redes sociales desde su abrupta salida de Vox y su progresiva política de enfrentamiento con la cúpula del partido, sino que simplemente presentaría al mundo la Fundación Igualdad Iberoamericana: un nuevo lobby antifeminista del que ostentará la presidencia y dirección.
El anuncio, un poco descafeinado y anticlimático si tomamos en consideración las expectativas alrededor del mismo (en gran medida como consecuencia directa de las acciones de la propia Olona, quien se encargó personalmente de asegurarlo tras semanas y semanas de anuncios a bombo y platillo) no es necesariamente un acontecimiento menor, ya que ella misma ha confirmado que continuará su actividad política, tanto en España como en Latinoamérica, a pesar de cerrar las puertas a presentar en el corto plazo a los procesos electorales: “No voy a concurrir, lo que no quiera decir que no pueda apoyar determinadas candidaturas”, confirmó, en referencia a las próximas elecciones municipales y autonómicas.
La abogada del Estado declaró su intención de regresar heroicamente al Congreso de los Diputados, eso sí, ya no como una simple parlamentaria, sino como principal defensora y promotora de una iniciativa legislativa popular contra la “criminal ideología de género”. Una misión ambiciosa, ya que para ello necesitará recoger un total de 500.000 firmas.
El objetivo que Olona tiene en su mente parece claro: “Convertirse en la voz del pueblo”, humilde expresión que lanzó en la presentación del proyecto, haciendo también pública su intención de recorrer toda España en busca de firmas (eso sí, no de manera personal, sino a través de delegados provinciales que irá seleccionando poco a poco), dejando ideologías políticas a un lado, y sabiendo que a pesar de que los de Abascal le cerraron las puertas, aún cuenta con “muchísimos” apoyos dentro del partido ultraderechista.
En resumen, Macarena Olona se asegura un espacio desde el que poder mantenerse relevante política y mediáticamente y desde el que dar forma a dos cuestiones fundamentales para la pugna política: una red personal de contactos y apoyos; y un discurso propio e identificativo, que girará, en principio, en torno al antifeminismo, los valores cristianos y el nacionalismo, todo aderezado con un intento de retórica populista y supuesta transversalidad.
A lo largo de este artículo nos adentraremos en el interior del proyecto de Olona, analizando sus claves y posibilidades políticas reales: ¿Tiene potencial Olona para convertirse en una Giorgia Meloni ibérica o acabará simplemente olvidada por el peso de su ambición política?
Olona y Vox: Cronología de un divorcio y una guerra política
Como en cualquier ámbito de la vida (más aún en la política), antes de centrarnos en el ahora debemos conocer con certeza el pasado, de dónde venimos, para poder identificar con claridad los momentos, motivos y decisiones que nos han traído hasta el punto actual.
El inicio de la relación de Olona con Vox se remonta al año 2019, momento que la misma Olona recordaba con añoranza: “Conocí a Iván Espinosa de los Monteros y a Santiago Abascal y en 48 horas le dije sí quiero”, relataba en una conferencia de Forum Europe en febrero de este mismo año.
En ese momento, Olona, como abogada del Estado, contaba en su currículum con una serie de victorias jurídicas que debieron gustar mucho a los ojeadores de Vox: logró la absolución de todos los policías acusados de sobrepasar los límites legales permitidos durante sus cargas contra manifestantes en el barrio burgalés de Gamonal; consiguió que se impusiera la primera multa de la historia de España contra un alcalde por no hacer ondear la bandera de España en edificios públicos; e incluso consiguió que cuatro guardias civiles acusados de torturas quedasen exculpados y libres.
El ascenso de la líder ultraderechista dentro del partido fue meteórico, llegando al Congreso de los Diputados tras encabezar la lista del partido por la provincia de Granada, ser nominada por el mismo para presidir la Mesa del Congreso, se convirtió en el activo más fuerte de la formación en el Congreso tras ser designada portavoz parlamentaria, y logró alcanzar enormes cuotas de poder dentro de su estructura interna, actuando como principal asesora jurídica a pesar de no pertenecer al núcleo duro de la formación.
Internamente, según lo publicado por el medio Vozpópuli, Vox se divide en dos grandes facciones desde hace años: primero, una facción de tendencia más neoliberal, conservadora y moderada, liderada principalmente por el matrimonio Iván Espinosa de los Monteros–Rocío Monasterio; y una facción de tendencia más falangista, populista y radical, representados principalmente por Jorge Buxadé y Javier Ortega Smith.
Ambas facciones han mantenido un equilibrio de poder a lo largo de los años, con Santiago Abascal en medio, como moderador y conciliador de ambas tendencias. Olona, apoyada principalmente por Espinosa de los Monteros (quién cumplió el rol de padrino político de la alicantina en la formación), pertenecía a la primera facción, y en su intento de formar parte del núcleo duro del partido, materializado a través del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), principal órgano de poder de la formación (controlado de facto por Buxadé y Ortega Smith), se enfrentó a la facción radical, quiénes acabaron sentenciándola políticamente.
Una fuente interna y bien informada del partido, en declaraciones para el periódico El Confidencial, reforzaba lo anterior: “Cuando Vox llegó al Congreso de los Diputados, quedó claro que Olona era de las figuras intelectualmente más válidas en un partido con más corazón que cabeza y muy masculinizado”, añadiendo que “se convirtió en la más popular al margen de la cúpula, e inevitablemente terminó haciendo sombra a Abascal y a Espinosa de los Monteros”.
El CEN de Vox tenía una estrategia clara con Olona, y en cualquiera de los escenarios sería positivo para sus componentes: nombrarla cabeza de lista para la presidencia de la Junta de Andalucía. Si Olona conseguía buenos resultados pasaría a formar parte del Gobierno andaluz y se alejaría del centro de poder interno de Vox en Madrid; si por el contrario sus resultados eran decepcionantes, quedaría desterrada en Andalucía y su posición de poder dentro y fuera de la formación se vería claramente comprometida.
La situación parecía un escenario de win-win para los planes internos del partido, que además vivía un momento dulce a nivel político, con encuestas que incluso afirmaban su sorpasso tras la crisis interna del PP por la destitución de Pablo Casado, pero todo cambiaría tras la debacle electoral del 19 de junio.
Olona, quién negaba su candidatura a la Junta antes de su oficialización, y quién tras una campaña electoral desastrosa, marcada por sus enfrentamientos internos con el partido y su coordinador de campaña, anunciaba su retirada de la política a causa de “una grave enfermedad”; un mes después se descubrió que “era menos grave de lo previsto”. Había logrado su objetivo: escapar de la tumba política que el partido le había preparado en Andalucía y, a partir de ese momento, comenzó la guerra abierta contra el partido.
Las dudas sobre si Olona seguía formando parte o no de Vox comenzaron a asaltar a su presidente, Santiago Abascal, quién era incapaz de afirmar con rotundidad que la ex portavoz parlamentaria había sido expulsada del partido, aunque dejaba la puerta abierta para su salida. Mientras tanto, Olona continúa con su “gira” personal, ofreciendo conferencias, sufriendo un escrache en la Universidad de Granada, y anunciando en sus redes sociales un día después de las declaraciones del líder de Vox que ella nunca había abandonado el partido, exigiéndole una reunión personal para determinar si continuaban “caminando juntos”.
Tras la reunión mantenida entre ambos políticos, comienza un cruce de indirectas entre miembros del partido (incluyendo al propio Abascal, quién ironizó sobre su rápida recuperación) y Olona, quién acusaba al partido de haber realizado filtraciones a la prensa sobre su persona.
Los cruces de declaraciones fueron en incremento según pasaban las semanas, confirmando Vox, a través de Ortega Smith, que Olona había dejado de formar parte del partido, para que posteriormente la política ultraderechista diera rienda suelta a sus ataques contra Vox, amenazándoles con formar un nuevo proyecto político para competir contra ellos, acusándoles de financiar una campaña de acoso en redes sociales contra su persona y advirtiéndoles de que desvelará informaciones privadas sobre financiación interna del partido que podría incluso llegar a su “ilegalización”.
Así lo dijo, además, en una entrevista que concedió al programa de Ana Rosa Quintana.
Toda esta telenovela política entre la formación de ultraderecha y Olona ha desembocado en el anuncio de su nuevo proyecto político: el lobby antifeminista, Fundación Igualdad Latinoamericana. La pregunta que apremia responder en este momento es evidente: además de Olona, ¿quiénes están detrás de esta nueva institución?
Fundación Igualdad Iberoamericana: quién está detrás del nuevo trampolín político de Olona
Según publicaba Infolibre, una de las principales figuras que dan apoyo al proyecto de Olona es la de Roberto Rollón García. Rollón está vinculado a una sociedad, Urbanizaciones Rhiconsa SA, relacionada con el sector inmobiliario, incluida actualmente en la lista de morosos de Hacienda A fecha de junio de 2022, la deuda contraída con la Agencia Tributaria española ascendía a 1.072.841,36 euros.
En 2019, último año donde se hicieron públicas las cuentas e información sobre la sociedad, Roberto Rollón poseía el 10% de la entidad en forma de acciones. Además, Infolibre localizó un prospecto enviado por el propio Rollón a la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), en el que realizaba una oferta de acciones de una filial del grupo que presidía, RI Group International SA, donde se incluía una breve biografía de su persona:
“Trabajó como Gerente General durante 8 años en la empresa Urbanizaciones Rhiconsa, S.A en Castilla y León y Madrid, España. En el año 2008 funda la empresa R&I Group International SA, y logró aplicar con éxito la filosofía e idea en el sector inmobiliario con la visión de desarrollar miniapartamentos y mini-casas, una nueva filosofía que ha sido exitosa en todo Panamá”
La nueva fundación antifeminista de Olona compartirá sede con la empresa R&I Group, vinculada a Roberto Rollón, ya que tanto su presentación como su dirección fiscal, extraída de un texto difundido por Olona en Twitter, coinciden con la misma dirección: la RI Group Tower de Ciudad de Panamá.
A pesar de que Olona ha manifestado que su relación con Roberto Rollón se canaliza principalmente a través de la religiosidad cristiana compartida, ya que según declaraciones de la propia Olona, Roberto es “hermano mayor de la Semana Santa del Casco Viejo de Panamá”, las dudas en torno a una más que posible relación empresarial resultan evidentes.
Y es que, el amor de Olona y el de su familia por el país centroamericano no parece haber aflorado en los últimos tiempos, ya que es bastante conocido y ha sido ampliamente documentado.
Sin ir más lejos, su padre, Pablo Olona Cabasés, conocido empresario del sector inmobiliario, condenado por insolvencia punible y juzgado por presuntamente haber actuado como testaferro de la familia Pujol, tenía residencia en Panamá. Su padre escapó de la justicia hasta que fue detenido por autoridades andorranas en el año 2016, pasando a prisión para fallecer finalmente este mismo año.
A pesar de que Olona y su entorno cercano han afirmado reiteradamente que las relaciones con su progenitor eran inexistentes, y que incluso había renunciado a la herencia correspondiente por su fallecimiento, la sombra de las conexiones políticas (el propio ex presidente y futuro candidato en 2024 a la presidencia del país, Ricardo Martinel, acudió a su funeral), y empresariales de su padre en el paraíso fiscal centroamericano se ciernen sobre ella.
Desde otros medios también se ha vinculado con el proyecto de Olona a otra figura de oscuro pasado: Mario Conde.
Mario Conde, condenado a 20 años de prisión por el caso Banesto, donde se produjo, con el bajo la presidencia de la entidad bancaria, un fraude contable de unos 3.000 millones de euros, y detenido en 2016 por repatriar desde Suiza dinero proveniente de la entidad, ha intentado en varias ocasiones hacer carrera política, todas sin éxito.
Tras comprar el histórico partido político Centro Democrático y Social (CDS), antigua fuerza política liderada por Adolfo Suárez, encabezó sus listas para las elecciones generales del año 2000. Posteriormente, tras la integración del CDS en el Partido Popular, se presentaría como candidato a las elecciones autonómicas gallegas del año 2012 con un nuevo partido fundado por él mismo, Sociedad Civil y Democracia (SCD), catalogado como ultraconservador y que entró en crisis en 2014 cuando la gran mayoría de afiliados y simpatizantes se pasaron a Vox, disolviéndose ese mismo año. Mario Conde lo había abandonado unos meses antes, en 2013.
Desde que comenzara el divorcio político de Olona con Vox, una de las figuras mediáticas más cercanas a la política ultraderechista ha sido el ex banquero, quien ha acudido, e incluso llegó a presentar personalmente, a varias conferencias en las que Olona participaba como ponente.
A pesar de ello, en principio, Conde se ha desvinculado públicamente del proyecto de Olona, confirmando en las últimas semanas, a través de una entrevista en Salvados, que no tiene intención alguna en regresar a la política activa: “No puedo casi financiar mis propios gastos personales como para tirar mi dinero en un partido que no va a funcionar”, declaró tajantemente. El paso del tiempo y el devenir político acabarán confirmando o desmintiendo dichas declaraciones.
Por otro lado, a lo largo de la presentación de su proyecto, Macarena Olona también confirmó el apoyo de un crisol de nombres, partidos y asociaciones con las que comparte sinergias ideológicas y con las que ha colaborado o colaborará en un futuro. Todas ellas comparten un núcleo común: practican un discurso antifeminista, anti derechos LGTB y ultra conservador, basado en fundamentaciones cristianas y evangélicas.
Así, por ejemplo, uno de los nombres que mencionó fue del de Corina Cano, diputada panameña por el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista, también conocido como Partido Molinera, quién será responsable de la vicepresidencia de la Fundación en el país centroamericano.
La política centroamericana defiende una inseparable visión de la vida política, pública y social basada en los valores cristianos, por lo que defiende la extensión del credo religioso al ámbito de los derechos sociales, oponiéndose al aborto, al cual denomina como “asesinato”, y a las relaciones “no naturales”, defendiendo medidas como la creación de un “registro de no natos”, que solo produciría estigmatización sobre las mujeres que decidan practicar un aborto, y que comprometería su salud mental y personal.
Otros grupos mencionados por Olona fueron los de la Alianza Panameña por la Vida y la Familia y su presidenta, María Olimpia de Obaldía, mentora jurídica de Corina Cano, cuyos dogmas religiosos los han llevado a defender posturas tan radicales como afirmar que menores de edad, víctimas de embarazo forzado por violación, deben tener el niño si así lo desean.
A nivel latinoamericano, Olona ha confirmado mantener relaciones con la Unión Iberoamericana de Parlamentarios Cristianos, quienes unen sinergias a través de las reuniones celebradas en los Congresos Iberoamericanos por la Vida y la Familia.
La anterior organización, la Unión de Parlamentarios Cristianos, no es una institución especialmente relevante a nivel regional, ya que, en su último encuentro, celebrado el 10 de marzo del pasado año, solo consiguió atraer representantes de 9 de los 22 países que conforman la región. Algunos de los asistentes, quienes a través de los fundamentos de su fe cristiana plantean restricciones de los derechos reproductivos de las mujeres o de los derechos sexuales y de identidad de la población, están envueltos en diferentes casos de corrupción.
Algunos de estos nombres son los de José Tomas Zambrano Molina (diputado por Honduras); Lilia Batista (diputada panameña); Fabricio Alvarado (político y pastos de Costa Rica), o Milagros Aguayo (del partido Renovación Popular peruano).
Más nombres de instituciones con los que Olona parece mantener sinergias ideológicas, y que en principio podrían dotarla de asesoramiento, recursos y networking a nivel internacional, son el Christian Center for Public Life, entidad desde la que ofreció una conferencia titulada “Campaña electoral: errores que no deben cometerse”, y la asociación Restore7.
El Christian Center for Public Life es, según la descripción que ellos mismos realizan, una organización cristiana que funciona como “principal Centro de Entrenamiento de Alto Nivel en Washington D.C, para líderes con valores sólidos que participan activamente en la vida pública de Latinoamérica”.
Esta organización es un think tank de carácter evangélico impulsado por Restore7, asociación internacional cuyo objetivo es, según sus propias palabras, “restaurar la verdad acerca de Dios, un Dios bueno y amoroso, en las siete áreas de la cultura más importantes en cada Nación: gobierno, economía, familia, religión, artes y entretenimiento, medios de comunicación y educación”, dedicándose el instituto cristiano exclusivamente al área de gobierno.
Johnny Enlow y su mujer, Elizabeth Enlow, poseen los cargos de presidente y copresidenta de ambas asociaciones, respectivamente, y sus declaraciones públicas parecen más cercanas a teorías ultraderechistas, como las defendidas desde QAnon, que a simples tesis religiosas sobre el buen Gobierno y el credo cristiano.
Sin ir más lejos, el año pasado, el propio Johnny afirmaba que Donald Trump no solo no perdió las elecciones presidenciales de 2020, sino que estaba “reconocido desde el cielo” como el legítimo presidente de los EEUU, así como el primer gobernante del planeta Tierra.
Dichas declaraciones han seguido otras incluso peores, en las que se autoproclamaba como un “verdadero profeta divino”, o en las que afirmaba haber previsto, a través de un tweet eliminado por Trump en 2017 debido a un error gramatical en su redacción, el antídoto para combatir las “torres 5G que fueron realmente diseñadas para funcionar junto a las vacunas (del Covid-19) y esencialmente hackear a los seres humanos”.
Otros potenciales apoyos de Macarena Olona, en cuanto a España, son las formaciones políticas que se han escindido de Vox. Tras haberse reunido con algunas de ellas durante la crisis mantenida con su ex partido, muchos de estos partidos políticos han reclamado a Olona que lidere una candidatura donde se unan estas organizaciones, o bien directamente han pedido que lideren sus partidos.
En este sentido, existen hasta cinco escisiones conocidas de Vox: TúPatria, Valores, Juntos por España, España Suma y Libres. Además de cuestiones ideológicas, estas pequeñas formaciones, que no han terminado de cuajar, tienen en común con Macarena Olona las críticas a Vox por su funcionamiento interno. Además, muchas de ellas han dado publicidad a la Fundación Igualdad Iberoamericana.
El discurso antifeminista de Olona: patria, dios y familia
Giorgia Meloni, líder del partido neofascista Hermanos de Italia, ha sido sin lugar a dudas una de las sensaciones políticas del 2022, y no es para menos, ya que se ha convertido en la primera mujer en alcanzar el cargo de primer ministro en Italia y liderará, junto a Salvini y Berlusconi, el primer Gobierno ultraderechista en el país desde la caída de Benito Mussolini.
Antes de que se alzara con la victoria el pasado 25 de septiembre, Meloni aterrizaría en España, y lo haría de la mano de Macarena Olona, con el objetivo de apoyarla durante la campaña electoral de Andalucía. Su mitin, marcado por una clara dialéctica posfacista y un discurso incendiario, se convirtió rápidamente en viral y se transformó en un espejo donde Olona comenzaría a mirarse.
No por nada, Olona declaraba en un artículo de El Independiente, posterior a la victoria de Meloni, lo siguiente: “Giorgia, eres inspiración”, mientras que, por otro lado, a través de un spot publicitario para su proyecto usaba una frase que entraña innegables similitudes con el discurso pronunciado por Meloni en Andalucía: “Soy libre, soy española, soy madre, soy hija, soy hermana”.
Uno de los lemas de Giorgia Meloni es “Dios, patria y familia”, tres pilares sobre los que gobernar, y tres pilares que vertebran el discurso que Olona propone, y que, a partir de ahora, no vamos a parar de escuchar hasta la saciedad. A su vez, este lema se parece sospechosamente al de las juventudes del Partido Nacional Fascista de Benito Mussolini, una cuestión señalada por sus detractores.
La presentación de la Fundación Igualdad Iberoamericana se materializó a través de un video que pretendía resumir cuál sería el pilar fundamental de la lucha de la nueva organización de Olona: la ideología de género. En el video se narraba la historia de varias familias, representadas por sus miembros varones, que lo habían perdido todo como consecuencia del nuevo feminismo y la mencionada ideología de género.
“Son historias ficticias, pero por desgracia de millones de familias que sufren el calvario de la ideología de género”, y no podía haber estado más acertada en su elaboración, ya que efectivamente no existe una problemática social con respecto a la ideología de género más allá de los planteamientos ideológicos de la ultraderecha y del antifeminismo.
La “ideología de género” es una estrategia discursiva creada por los detractores del feminismo y de los derechos de las mujeres para atacar en conjunto a un movimiento social que nace y opera simple y llanamente para garantizar la igualdad real entre hombres y mujeres en todo el mundo. Además, las personas que defienden su existencia, lo hacen a través del uso de teorías de la conspiración que plantean la existencia de poderes ocultos que velan por la instauración de un “dictadura global” que atenta contra la infancia, las familias y el orden moral en su conjunto. La propia «ideología de género» podría considerarse, en sí misma, una teoría conspirativa.
A través de la oposición frente a la ficticia ideología de género se llegan a tesis anticientíficas y contrarias a la justicia social, tales como la negación de la violencia de género, del machismo o incluso de los derechos de identidad, sexuales y reproductivos de la población.
Así pues, uno de los mantras discursivos de Olona es el siguiente: “El hombre no mata, mata un asesino; el hombre no maltrata, maltrata un maltratador. La violencia no tiene género”, afirmación contraria a la realidad de los datos y los estudios científicos sociales (que confirman la innegable relación entre masculinidad y violencia; en sentido estructural y no personal, constructivo y no biológico), y falaz si tomamos en consideración que tanto Olona como la ultraderecha sí plantean una falsa relación entre cultura/raza con respecto a la violencia.
En su ahínco por atacar al movimiento feminista no duda en posicionarse estratégicamente cerca de posturas transexcluyentes, también denominadas despectivamente como TERFs, acrónimo coloquial que designa a las personas feministas transexcluyentes, buscando lograr el apoyo de sectores femeninos que se oponen a la promulgación de leyes que garanticen los derechos de las personas transexuales o transgénero a través de un discurso considerado discriminatorio y de exclusión que trasciende el mero debate político o social.
Olona es consciente de la brecha existente dentro del mundo feminista, a través de la cual algunas personalidades y referentes pro derechos de las mujeres han comenzado a aproximarse a posturas compartidas con el espacio ultraconservador a causa del devenir del movimiento en los últimos años. Por ese motivo, a lo largo de la presentación del proyecto se declaró como única y verdadera garante de los derechos de las mujeres, oponiéndose tanto a la Ley Integral contra la Violencia de Género como a la denominada Ley Trans (que se encuentra aún en tramitación), afirmando que el feminismo actual se opone a “la naturaleza femenina misma” y fomenta el “borrado de las mujeres”, términos utilizados habitualmente dentro de los sectores transexcluyentes. De hecho, Macarena Olona ha compartido y retuitado contenido de estas campañas en principio impulsadas por sectores feministas.
Las referencias a Dios, a la fe cristiana y a la patria fueron una constante a lo largo de su discurso inaugural, interconectándolas constantemente en una mezcla de nacionalismo religioso que se presenta tanto intolerante como peligroso.
Intolerante porque plantea la imposición de la fe cristiana y de los valores que ella asocia con la misma en la vida política, pública y social de todo un país. Estrategia que, primero, presupone que la religión cristiana es una realidad hermética y homogénea, la cual defiende una serie de valores concretos (hecho que de por sí es falso, porque dentro del cristianismo, como ocurre en cualquier otra ideología o religión, existen cientos de puntos de vista diferentes); y, segundo, porque compromete los fundamentos liberales de la sociedad, pudiendo llegar a limitar o eliminar derechos civiles de sectores de la población como consecuencia de creencias religiosas que deberían siempre quedar circunscritas a la vida privada de los individuos.
Y peligroso por los términos en los que formula el mismo, ya que constantemente utiliza referencias o figuras maniqueístas, donde la pugna política se convierte en una cuestión del “bien contra el mal”, convirtiendo a las personas que no comulguen con sus ideas políticas o su ideología en “enemigos” de una lucha más grande que la vida misma, lo que abre la puerta, según muchas teorías sociológicas, como, por ejemplo, la Teoría de la desconexión moral de Bandura, a legitimar el uso de la violencia.
Lo anterior no queda limitado exclusivamente al plano teórico, ya que, tristemente, hemos podido observar como en los últimos años diferentes sociedades alrededor del mundo han terminado completamente fracturadas socialmente y la violencia ha pasado de ser una excepción altamente repudiada a un arma legítima por enormes sectores; hablamos, por ejemplo, de los casos de EEUU o Brasil, donde se comienzan a normalizar peticiones de golpe de Estado o de uso de las armas contra los rivales políticos.
Fundación Igualdad Iberoamericana: conclusiones
La principal conclusión que de la Fundación Igualdad Iberoamericana es que Macarena Olona no tiene intención alguna de abandonar el mundo de la política en el corto o medio plazo, y que su nuevo proyecto podría tener una intención clara: funcionar como un refugio privilegiado a través del que conseguir financiación, apoyos e impulso para su innegociable salto a la primera línea de la política nacional.
Si bien no parece que este salto vaya a ocurrir rápidamente, los resultados de las próximas elecciones municipales de mayo determinarán sin duda el rumbo más conveniente para la lideresa alicantina: ¿imitar a Meloni conformando un nuevo partido político con el que competir el espacio electoral de Vox o intentar hacerse desde dentro con el control de la formación tras el debilitamiento progresivo de su núcleo duro como consecuencia de los resultados electorales y de su desgaste externo? Solo el tiempo lo dirá.
Articulista. Estudiante de cuarto de Ciencias Políticas y apasionado de la investigación. Experiencia en movimientos estudiantiles y sociales. En mis artículos intento ofrecer un enfoque analítico más orientado a las ideologías y teoría política.