Conoce a los Proud Boys: las milicias neofascistas que apoyan a Trump
Las milicias de corte neofascista y neonazi se han ido multiplicando y creciendo en Estados Unidos durante estos últimos años a medida que el país sucumbía a la polarización política debido en buena medida tanto a las estrategias y discursos de la nueva derecha radical como al contexto social, con sucesos como la crisis sanitaria y el estallido de las protestas del movimiento Black Lives Matters. Estos grupos, mayoritariamente masculinos, violentos, ultranacionalistas, racistas y xenófobos, están perfectamente representados en uno de los grupos que más fama ha cosechado: los Proud Boys.
Según sus creadores, los Proud Boys (Chicos Orgullosos en castellano) no son mas que “una hermandad de hombres que se reúne para tomar cerveza”. En realidad, se trata de una organización supremacista blanca profundamente misógina que aboga por reducir al mínimo el estado, defender el libremercado y luchar contra la llamada “corrección política”. Es decir, mezclan aspectos del discurso de la nueva derecha radical o alt-right con aspectos del anarcocapitalismo, una perversión ideológica que cada vez gana más adeptos entre la gente joven.
Este grupo empezó a conocerse tras las multitudinarias protestas del movimiento Black Lives Matter (BLM), un movimiento antirracista en favor de las personas negras que ha denunciado los abusos policiales y el racismo estructural del país, ejerciendo como contraposición a este.
Así, en línea con este objetivo, los Proud Boys actuaban como “protectores de las ciudades”, marcando como sus enemigos a los antifascistas y los activistas de izquierda, usando la violencia como respuesta para sus enemigos con la excusa de evitar la supuesta violencia de los mismos.
Pero el momento de verdadera fama les vino el martes 29 de septiembre de 2020, en el primer debate presidencial de EEUU. En ese momento, el presentador Chris Wallace acorralaba a Donald Trump sobre su supuesto apoyo a los supremacistas blancos en plena campaña de las elecciones. El entonces presidente intentó evadir la pregunta, pero el veterano presentador no dejó escapar a Trump y le presionó para que condenase a los supremacistas blancos, poniendo de ejemplo a los Proud Boys.
Trump siguió evadiendo al presentador y finalmente dijo refiriéndose a ellos “Retroceded y quedaos a la espera”. Los Proud Boys tomaron las palabras del presidente como un apoyo tácito a sus acciones. Y, de hecho, así fue interpretado por los medios de comunicación, por la oposición política y por el propio grupo neofascista.
La polémica que saltó en los días siguientes tuvo que hacer desdecirse a Donald Trump y condenar a los Proud Boys, si bien de forma un tanto tibia.
Ahora, vuelve a ser noticia por su implicación en incidentes violentos este pasado sábado 14 de noviembre en la «The Million MAGA March”, la manifestación convocada para apoyar al presidente Trump y en contra del supuesto fraude electoral que terminó en duros enfrentamientos entre los Proud Boys y los Antifa, además de con agresiones a periodistas.
Gavin McInnes, el origen de los Proud Boys
El nacimiento de los Proud Boys puede situarse en una figura esencial: el periodista Gavin McInnes.
McInnes nació en Reino Unido en 1970, creciendo en Canadá. Allí fundó junto a otros periodistas la alternativa revista Vice. Esta revista albergaba temas tabús y polémicos desde un punto de vista juvenil, hablando de sexo, drogas o cuestiones de raza y clase.
Alcanzó gran reconocimiento en relativamente poco tiempo y en ciertos sectores juveniles al tiempo que generaba amplia animadversión en la gente más conservadora hasta que finalmente fue adquirida por un millonario canadiense. Para entonces, la revista ya se había trasladado a Nueva York, por lo que McInnes terminó por mudarse a esta ciudad, donde dirigió su sección audiovisual.
McInnes, que había conseguido fama de provocador, empezó a demostrar que tras su fachada de moderno irreverente y humorístico había mucho más que la simple provocación. Durante estos años, el autodenominado “incorrecto” escritor se reveló poco a poco como un radical derechista.
En 2002, en una entrevista con The New York Press, se alegró de que las oficinas de Vice estuvieran en una zona de población blanca y no “de jodidos negros o de puertorriqueños”. En la misma entrevista, de hecho, siguió haciendo comentarios en la misma línea contra las minorías y grupos discriminados. “¿En favor del amor, la diversidad y la tolerancia? Eso es de hippies”, llegó a afirmar.
Posteriormente, en 2003, en otra entrevista con el The New York Times, McInnes dejó entrever claramente su pensamiento. “Me encanta ser blanco y creo que es algo de lo que estar muy orgulloso”. Esta frase se marcaría a fuego en el ideario de los Proud Boys.
Estas constantes salidas de tono le provocaron que la revista Vice tuviera que pedir disculpas en repetidas ocasiones. Gavin solía disculparse con la típica táctica de la extrema derecha de camuflarse tras el humor “políticamente incorrecto”. Pero finalmente se marchó aduciendo diferencias creativas.
Tras su abandono, McInnes profundizó en su radicalización durante los siguientes años, empezando a participar en medios ultraconservadores, como el canadiense Rebel Media, y reforzando su vinculación con los políticos más derechistas y con la amplia red de influencers y comunicadores de la incipiente nueva alt-right, como el youtuber Stefan Molyneux, supremacista blanco y ultranacionalista admirador de Trump y de pseudociencias como el darwinismo social o la eugenesia; Lauren Southern quien, con 680.000 suscriptores, promulga ideas LGTBfóbicas (especialmente tránsfobas), antifeministas y xenófobas; o Davis Aurini.
En sus intervenciones dejaba claro su ideal político, poniendo a la cultura blanca y al hombre blanco en el centro de sus reivindicaciones
“No me da miedo hablar de las atrocidades a las que los blancos y los europeos se enfrentan en este país, y en el resto de occidente. Existe una guerra contra los blancos, europeos y la sociedad occidental y es hora de hablar de ello y de dejar de ser políticamente correctos» – Gavin McInnes., fundador de los Proud Boys
McGives también ha pronunciado multitud de críticas hacia personas racializadas, LGTB, mujeres (en especial feministas) y población judía. Este último punto provocó el rechazo de los conservadores canadienses sobre su persona.
Finalmente, en 2016, el polémico escritor publicó un anunció en la revista supremacista blanca Taki’s Magazine informando de la creación de los Proud Boys. Este grupo se anunciaba como un grupo exclusivamente de hombres que “se niegan a disculparse por crear el mundo moderno” y que “añoran los días en que ‘las chicas eran chicas y los hombres eran hombres’”, en una clara reacción contra el movimiento feminista.
De hecho, este grupo se ha descrito a sí mismo como chovinistas occidentales, es decir, que comparten la creencia de que la cultura de un estado o región es intrínsecamente mejor a otras, despreciando el resto. En su caso, este estado o región es Occidente, es decir, reivindican la cultura occidental de los países alineados con EEUU durante la Guerra Fría.
Este ensalzamiento de la cultura occidental esconde una visión peyorativa y despectiva de todo lo demás, razón por la que se les alinea con el supremacismo blanco, difundido por sectores de la nueva derecha radical afines al pensamiento de Richard B. Spencer, creador del término alt-right y uno de los máximos exponentes de las ideas racistas y xenófobas modernas.
Los Proud Boys han negado esto argumentando que no rechazan a la gente negra y señalando que existe cierta diversidad racial entre sus filas. No obstante, parece cierto que el grupo en sí atrae mayoritariamente a perfiles supremacistas y racistas. De hecho, esto llegó a tal punto que, durante su crecimiento en 2017 y 2018, McInnes se desvinculó del grupo, alegando que él no era un supremacista blanco ni un radical.
Rasgos identificativos de los Proud Boys
Así, se fue forjando una hermandad masculina con fuertes vínculos con el supremacismo blanco y con un ideario cada vez más escorado a la derecha.
En su estética, los Proud Boys son fácilmente identificable por las prendas de sus miembros, consistentes en polos negros con un ribete amarillo de Fred Perry (colores atribuidos al anarcocapitalismo) y gorras rojas con el lema “América Make Great Again”, el mismo lema utilizado por Donald Trump durante la campaña de las elecciones de 2016 y que se ha convertido en su sello de identidad. El rechazo de la marca al uso de estas prendas por parte de este colectivo hizo que dejara de comercializarse en EEUU.
No obstante, además de por su estética y por las formas que emplean habitualmente, la organización neofascista llama la atención por su peculiar estructura interna y por sus rituales de iniciación.
Los Proud Boys se dividen en cuatro niveles diferenciados en los cuales sus miembros van ascendiendo a medida que superan diferentes pruebas. En el primero de ellos se consigue recitando lo siguiente: “Soy un orgulloso chovinista occidental, me niego a disculparme por crear el mundo moderno”.
En el segundo nivel, el iniciado debe aceptar una paliza de sus camaradas mientras recita el nombre de 5 cereales de desayuno. En honor a la verdad, que la violencia de este ritual es menor de lo que pudiera parecer, pareciéndose más a una novatada típica de instituto.
Además, a estos iniciados se les prohíbe masturbarse más de una vez al mes, para así obligarles a relacionarse con mujeres. Tras este peculiar (y erróneo) pensamiento hay toda una ideología detrás muy relacionada con foros masculinos de Internet ligados a la extrema derecha, llamado el movimiento “nofap” (si bien este movimiento en sí no tiene por qué estar necesariamente vinculado al grupo).
Al tercer nivel se accede haciéndose un tatuaje de los Proud Boys, en cualquier de sus distintas variantes.
Finalmente, el cuarto nivel se consigue por “una lucha importante por la causa”. Esto ha sido relacionado generalmente con llamadas a la violencia hasta el punto que los Proud Boys tuvieron que aclarar lo siguiente en 2018 en un comunicado sobre los estatutos: “Cualquier exigencia de que un hermano cometa un acto violento o ilegal como condición para ascender al cuarto nivel queda abolido por este estatuto”.
“En un momento dado, el guía turístico dice: ‘Ya saben, y hay gente que piensa que esto no ocurrió’ (refiriéndose al Holocausto). Y me sentí inclinado a defender a los nazis de súper-derecha, porque estaba harto de tanto lavado de cerebro. Y sentí ganas de decir: ‘Bueno, nunca han dicho que no sucedió. Lo que dicen es que fueron mucho menos de seis millones y que se murieron de hambre, no en las cámaras de gas” – Gavin McInees, en su programa del 8 de marzo de 2017.
En cuanto a los aspectos más ideológicos, aparte del supremacismo blanco implícito ya comentado, hay una retórica fuertemente islamófoba y también antisemita, que se une a las clásicas teorías de la conspiración del neonazismo, como negar el Holocausto judío.
Además, el grupo es ampliamente misógino, recuperando para la mujer el papel tradicional, venerando su función de ama de casa y rechazando con un profundo odio a las feministas. Por lo tanto, el objetivo de cualquier Proud Boys es finalmente sentar la cabeza y establecerse en un “matrimonio tradicional”.
La reivindicación del papel de la libertad desde la óptica derechista es una constante, usándolo como oposición a la corrección política, al estado (abogando por un estado mínimo) y alabando al libremercado y a los empresarios.
Consideran a sus principales enemigos los activistas de izquierda y, en especial a los “Antifa”, declarando su disposición al enfrentamiento físico contra estos. De hecho, uno de los rasgos que ha hecho saltar a la fama a los Proud Boys es su participación en actos violentos contra lo que consideran sus rivales políticos.
Los Proud Boys y la violencia
Los Proud Boys están fuertemente relacionados con la violencia, como así lo demuestra innumerable material gráfico y audiovisual, conociéndose este grupo como un “Club de la lucha de la extrema derecha”. Por esto es normal que los Proud Boys participen en marchas ultraderechistas que, en numerosas ocasiones, acaban en disturbios o agresiones verbales y/o físicas.
Además, dadas las buenas relaciones con importantes miembros del Partido Republicano, en muchos eventos actúan como una fuerza de voluntarios de seguridad, un papel cada vez más asumido por la organización. Bajo este pretexto también patrullaron las calles durante los eventos del BLM.
Los Proud Boys participaron en las tristemente famosas protestas de Charlottesville en 2017, donde manifestantes supremacistas blancos se dieron cita enarbolando banderas de la Confederación, símbolos nazis y del Ku Kux Klan, y acudieron contra manifestantes antirracistas. El evento de una inusitada violencia acabo con 3 muertos y decenas de heridos.
De hecho, un detalle importante es que, Jason Kessler, el principal organizador del mitin Unite the Right que provocó el enfrentamiento, es un orgulloso Proud Boy.
Solo un año más tarde, en octubre de 2018, hubo una pelea fuera del Club Republicano Metropolitano de Manhattan que involucró a este grupo. En el posterior juicio, dos miembros fueron condenados cumpliendo amplias penas y otros siete se declararon culpables.
Gracias a esto, los 211 Bootboys, una pandilla de neonazis ultranacionalistas y violentos, se unieron a los Proud Boys, reforzando sus filas.
“Los mataremos. Eso son los Proud Boys en pocas palabras. Los mataremos” – Gavin McInnes, en el “Show de Gavin McInnes” refiriéndose a los antifa, junio de 2016.
El 15 de agosto de 2020, otro grupo ultraderechista, los Patriot Prayer (Oración Patriota) organizaron otro evento donde acudieron los Proud Boys, el cuál se saldó con enfrentamientos contra antifascistas.
Apenas unos días después, el 22 de agosto, los Proud Boys se enfrentaron a otros contramanifestantes en Portland, saldándose el evento con multitud de heridos.
Durante los distintos eventos ocurridos enlas protestas del BLM, los Proud Boys aparecieron armados con sprays, armas de cuerpo a cuerpo, pistolas de paintball y pistolas reales, participando en múltiples actos de violencia.
Esta violencia ha quedado documentada también a través de las redes sociales y grupos de Telegram, donde los Proud Boys justifican actuar con una violencia brutal y desmedida ante cualquier desaire o provocación.
Antes de un mitin en abril de 2019 en Rhode Island, en una publicación decían: “Si hay algún contacto contigo, eso es un asalto. Si te quitan el sombrero, te rocían con aerosol, escupen, empujan… es asalto. Necesitamos tener a todos nuestros chicos allí antes de tomar represalias. Los policías no nos permitirán pelear mucho tiempo. Debemos infligir tanto daño como podamos en el tiempo que tenemos”. Estos son solo algunos ejemplos.
Fichados por los servicios de seguridad
Pese a los intentos de Proud Boys por asegurar que no son ni violentos ni supremacistas, parece que no han podido engañar a los servicios de inteligencia de su propia nación.
En 2018, el FBI pasó a considerar a los Proud Boys “un colectivo extremista con lazos con el nacionalismo blanco”. Este fue, de hecho, el principal el motivo del abandono de Gavin McInnes de su propio grupo.
En 2019, elCentro de Análisis de Información de Colorado (el departamento de seguridad de Colorado) publicó el libro Extremismo violento en Colorado: una guía de referencia para la aplicación de la ley en el que llamaba a los Proud Boys una “amenaza para Colorado” y los relacionaba con el grupo neonazi de origen australiano Atomwaffen Division.
También el Centro Regional de Inteligencia de Austin (AIRC), en su compilación de Evaluación de Amenazas en Eventos Especiales, marcó a esta organización como peligro para el Desfile del Orgullo de Austin.
Pese a todas estas revelaciones y escándalos, parece que nada ha impedido a los Proud Boys seguir creciendo. Además, la organización ha seguido estrechando lazos con el Partido Republicano de Estados Unidos. Su actual líder, Enrique Tarrio, se postuló como candidato por este partido y varios de sus miembros han sido entrevistados en la conservadora Fox News.
Su participación a favor de Trump, su carácter belicoso, su posición privilegiada como milicias de seguridad y su lucha violenta contra los grupos antifascistas y manifestantes de la izquierda posiblemente les siga brindando la visibilidad que necesitan para seguir creciendo.
Mientras, la situación en Estados Unidos sigue polarizándose con Trump poniendo en duda las elecciones presidenciales y acusando a su rival Joe Biden de habérselas robado mediante bulos y falsedades (cuando su rival ha ganado efectivamente en votos y compromisarios). Y lo peor es que un 70% de los votantes conservadores le creen.
En este contexto, la presencia de un grupo armado, violento y numeroso como los Proud Boys abre la posibilidad de incendiar a los Estados Unidos y provocar un auténtico enfrentamiento civil de tamaño aún desconocido.