Actualidad

Repudio a las agresiones del Frente Obrero contra una militante de Pan y Rosas y la CRT en la UCM

El pasado jueves un grupo de militantes del Frente Obrero acudió a la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) para arrancar los carteles de las asociaciones estudiantiles. Una militante de Pan y Rosas-Contracorriente y la CRT, estudiante de Sociología, fue agredida mientras intentaba detenerlos poniéndose delante de los carteles. Numerosos estudiantes les plantaron cara y les expulsaron del campus. La agresión fue grabada en un vídeo que se ha viralizado en las redes sociales, logrando un amplio repudio lo que denuncian como «métodos de matones» de esta organización.

«Durante toda la mañana y también la semana pasada, un grupo de unos diez integrantes del Frente Obrero, la mayoría que no eran de la facultad, se dedicaron a arrancar todos y cada uno de los carteles de las asociaciones estudiantiles, borrando los murales del campus y amenazando a estudiantes. Obviamente, eso no lo vamos a permitir y por eso me agredieron físicamente», ha denunciado en un vídeo Natalia Leney, la joven militante de Pan y Rosas y la CRT agredida. La agresión a la joven quedó registrada en un vídeo publicado en la cuenta de Twitter de Contracorriente que también se ha compartido ampliamente en redes sociales.

Tras los hechos, diferentes asociaciones y estudiantes independientes, junto a algunos profesores, acudieron en defensa de la joven agredida y en repudio a los métodos violentos, lo que llevó a que los militantes del Frente Obrero fueran expulsados del campus al grito de «basta de agresiones» y «fuera el Frente Obrero de la universidad». 

El Frente Obrero, exponente del rojipardismo español

Para Lucia Nistal, portavoz de la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT), «no es casualidad que el Frente Obrero se dedique a arrancar nuestros carteles, como el de la charla que realizaremos el próximo 10 de noviembre para debatir sobre ‘Estrategia revolucionaria y perspectiva socialista’. Nosotros defendemos la lucha por el socialismo revolucionario desde abajo, que es opuesta a la monstruosa degeneración burocrática estalinista que reivindica el Frente Obrero».

«El Frente Obrero es una organización furiosamente estalinista, españolista, racista, tránsfoba y antifeminista, que se autodenominan ‘comunistas’, pero actúan sistemáticamente como un grupo de choque contra otras organizaciones obreras, de izquierda y anticapitalistas. Son una organización rojiparda que no tiene nada que ver con la clase trabajadora, una clase que es cada vez más diversa, feminizada y también compuesta por personas migrantes y racializadas», asegura Nistal.

Las agrupaciones Pan y Rosas y Contracorriente, impulsadas por la CRT, tienen una importante presencia en las universidades de Madrid y otras ciudades como Barcelona y Zaragoza. Tras los hechos, han recibido centeneras de muestras de apoyo y en repudio a los permanentes ataques del Frente Obrero a otras organizaciones. 

«No vamos a permitir ni una sola agresión más por parte de estos reaccionarios. Hay que forjar la unidad entre las organizaciones de izquierda del campus, para que, ante cada ataque, respondamos con la autoorganización y el repudio masivo», sostienen en un comunicado. «Frente al progresismo neoliberal, los rojipardos y la extrema derecha, construyamos una izquierda realmente revolucionaria de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud», concluyen.

Las polémicas del Frente Obrero incluyen, además de métodos basados en el ataque y la denuncia sistemática de otras organizaciones y personalidades de izquierda, como el escrache que le hicieron a Pablo Iglesias, entonces vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, en la misma UCM, la adopción del lenguaje empleado por la «derecha alternativa» o alt-right en cuestiones como la LGTBfobia, la xenofobia o el ataque al feminismo.

Esta formación, ligada al Partido Marxista-Leninista de Reconstrucción Comunista (PML-RC), ha ganado notoriedad en los últimos años, especialmente por estos escraches que ha realizado a dirigentes de izquierdas como Iñigo Errejón (Más Madrid), Mónica Oltra (Compromís) o Yolanda Díaz (IU) o Pablo Iglesias. Se presentan como ‘’el único movimiento político que representa a los trabajadores en España’’ y dicen pretender reconstruir el movimiento obrero.

Sin embargo, también manifiestan ‘’querer recuperar la soberanía nacional española’’ y ponen entre sus principales prioridades la resolución de los conflictos migratorios en Canarias y Ceuta y Melilla, liderando manifestaciones ante la embajada de Marruecos y mostrándose en contra de religiones que consideran más agresivas que el cristianismo, como el Islam (Roberto Vaquero, su líder, ha hecho declaraciones en contra de «la islamización de Europa» en El Toro TV, una cadena ultraconservadora). Además, equiparan «todos los nacionalismos», rechazando los movimientos independentistas vascos y catalanes y poniéndolos a la misma altura que el ultranacionalismo de Vox.

Mientras que desde el Frente Obrero critican que la mayoría de movimientos sociales y partidos políticos de izquierdas se centran en luchas que no son revolucionarias y que son fruto de una «posmodernidad» o «izquierda woke» y a su vez consecuencia de las dinámicas individualistas capitalistas, la inmensa mayoría de organizaciones desde la extrema izquierda a la izquierda más moderada considera que el Frente Obrero ha comprado los marcos de debate de la extrema derecha, y que se centra la mayoría del tiempo en defender postulados similares cuando se trata de cuestiones socioculturales.

No son pocas las declaraciones de personalidades del Frente Obrero contra el feminismo (que califican de reaccionario y que no representa a la «mujer obrera»), contra el multiculturalismo (Roberto Vaquero, llegó a decir que un Estado que no controla sus fronteras es un Estado fallido), contra el resto de la izquierda, contra el movimiento LGTB (llegaron a afirmar que la discriminación al colectivo LGTB es simbólica o que en los barrios no hay personas LGTB) y, en definitiva, contra lo que consideran «posmodernismo», que justifican dentro de las clásicas posturas «antirrevisionistas» del comunismo, pero adoptando un calco del discurso y de la agenda cultural de la nueva derecha radical.

Además, en varias ocasiones las campañas del Frente Obrero han sido reapropiadas por la extrema derecha para sus propios fines. Por ejemplo, Vox utilizó una campaña homófoba del Frente Obrero en Valencia para defender sus propias posturas en el parlamento valenciano; más recientemente, la vicepresidenta de Vox Navarra utilizó un vídeo de Roberto Vaquero, líder de la organización, para atacar la inmigración. Esto ha provocado que el propio Frente Obrero haya dedicado recursos en diferenciarse de la ultraderecha patria a través de comunicados, vídeos e imágenes.

¿Qué es el rojipardismo?

Para Steven Forti, autor de Extrema Derecha 2.0, el fenómeno denominado rojipardo, un espacio político resultante de la combinación de ideas izquierdistas y de ultraderecha, tiene un amplio recorrido histórico, por lo que no es una cuestión actual. Los orígenes de este fenómeno se pueden encontrar en el nacionalbolchevismo, comúnmente abreviado nazbol, una corriente nacida en 1919 de los movimientos bolcheviques que mezclaban ideas de extrema izquierda (colectivización de la economía…) con ideas de extrema derecha (ultranacionalismo, tradicionalismo…).

Con el tiempo, estas ideas han ido evolucionando de diferentes formas, pasando por el strasserismo (la llamada «ala izquierdista» del partido nazi liderada por Gregor Strasser) o por Aleksandr Duguin y su Cuarta Teoría Política. Sin embargo, a pesar de que estos movimientos suelen reivindicarse como algo novedoso, o bien desde postulados izquierdistas (clamando ser la «auténtica izquierda» o la «nueva izquierda»), la inmensa mayoría de analistas siguen situándolos en el espacio ultraderechista por entender que no cumplen los rasgos característicos de lo que se entiende en ciencia política por «izquierda».

Hoy en día, estos movimientos constituyen un fenómeno más bien minoritario y rechazado de forma generalizada tanto desde la izquierda como desde la derecha política, pero que han conseguido cierta visibilidad gracias a Internet y las redes sociales, a compartir espacios con altavoces de la extrema derecha y por sus métodos agresivos.

Repudio a las agresiones del Frente Obrero contra una militante de Pan y Rosas y la CRT en la UCM

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *