El general Vannacci: cómo un bestseller que reivindica odiar ha creado un héroe para la ultraderecha italiana
«Infeliz la tierra que necesita héroes», afirmó Bertolt Brecht. Italia ha anhelado durante décadas a un héroe político al que amar y apoyar casi ciegamente. Silvio Berlusconi, Beppe Grillo (el comediante fundador del Movimiento Cinco Estrellas), Matteo Salvini y Giuseppe Conte son solo ejemplos, personajes aclamados con entusiasmo cuando aparecieron y que fueron llamados imprudentemente salvadores de la patria. Pero la búsqueda del hombre nuevo también involucra a categorías y estratos muy específicos de la población, como el electorado de derecha. Y este último desde agosto tiene un nuevo héroe para glorificar: el general Roberto Vannacci.
Todo comenzó el 10 de ese mes con la autopublicación en Amazon del libro del oficial titulado Il mondo al contrario (El mundo al revés, en castellano), un texto que muchos han calificado como racista, homofóbo y misógino, pero que, sin embargo, ha vendido enormemente, convirtiéndose en un caso excepcional en la industria editorial y en la crónica política.
Pero, ¿quién es Vannacci?
Nacido en La Spezia (Liguria) hace 54 años, el general, desconocido para el público nacional hasta hace unas pocas semanas, tiene un excelente currículum. Comenzó su carrera en el Comando interforze per le operazioni delle forze speciali, participó en operaciones en Irak y Afganistán (donde fue Jefe de Estado Mayor de las fuerzas especiales) y en misiones en el extranjero (Yemen, Somalia, Ruanda, Libia, Balcanes y Costa de Marfil). Fue el comandante (2011-2013) del regimiento paracaidista Col Moschin, de la brigada paracaidista Folgore (2016-2017) y Jefe de Estado Mayor de la división Vittorio Veneto. Luego, se desempeñó como agregado de defensa de la diplomacia italiana en Moscú (2020-2022). A partir de junio pasado, asumió el mando del Istituto Geografico Militare.
En 2019, el oficial saltó a las noticias por presentar una denuncia en la que informaba sobre la exposición de los soldados en Irak al uranio sin las debidas protecciones, aunque tanto el diario marcadamente de izquierda Il Manifesto como la revista semanal l’Espresso minimizaron en gran medida los méritos de Vannacci en el llamado público.
El mundo al revés
La razón por la que el general escribió el libro la explica él mismo dentro de la obra. El oficial sostiene que representa:
«…el estado de ánimo de todos aquellos que perciben en los acontecimientos diarios una tendencia discordante y molesta que difiere ampliamente de lo que percibimos como el sentido común, la lógica y la racionalidad». Vannacci también quiere oponerse al ‘lavado de cerebro de aquellos que querrían favorecer la eliminación de todas las diferencias, incluidas entre grupos étnicos, para no llamarlas razas'».
Es señalable el uso de términos como «raza», una categoría imposible de aplicar al ser humano ya que todos los humanos pertenecen a la misma variabilidad genética: la raza humana. Con esto en mente, se puede imaginar el cientifismo del interior del escrito (una acumulación de clichés, lugares comunes, teorías conspirativas y victimismo) en el cual el general sentencia en contra de una serie de categorías notoriamente execradas por la extrema derecha: los homosexuales, los ecologistas, el mundo feminista (el autor está convencido de que el declive de la natalidad se debe a la emancipación femenina), italianos de origen extranjero, sociedades multiétnicas… pero también hay lugar para la “corrección política” y la (inexistente) dictadura de las minorías. Basta con leer algunos extractos del libro para comprender qué tipo de escrito se trata.
En el libro de Vannacci hay un concepto que parece ser de gran importancia, el de la supuesta normalidad:
«Hay normalidad. Existe. Esto no significa que sea buena o mala, mejor o peor, pero no la se puede negar en nombre de una inclusividad artificial y engañosa (…) Las parejas arcoíris no son normales. La normalidad es la heterosexualidad. Pero si todo os parece normal es culpa de las conspiraciones del lobby gay internacional (…) Queridos homosexuales, no sois normales, ¡acéptenlo!».
No falta la queja sobre que ya no se puede calificar despectivamente a las personas homosexuales (curiosamente el oficial no menciona a la homosexualidad femenina)
«Sin palabras no es posible expresar ideas y no es casualidad que en nuestro rico, antiguo, melódico y hermoso idioma cada término que describe a un hombre homosexual haya sido marginado».
Como no podía ser, el feminismo está en la mira:
«Las modernas hechiceras (así el autor define a las feministas) sostienen que solo el trabajo y el ingreso pueden liberar a las jóvenes del yugo del padre y del esposo que las oprime, condenándolas a una vida doméstica sumisa, anticuada, regresiva y execrable».
Vannacci también dedica numerosos comentarios sobre las personas racializadas:
«Cuando mi familia y yo nos mudamos a París por primera vez comencé a entrar en contacto diario con personas de color. Recuerdo claramente cuánta curiosidad despertaron en mí al punto de que, en el metro, fingía perder el equilibrio para apoyar accidentalmente mi mano encima de la de ellos mientras se aferraban a las barras de agarre de los vagones para entender si su piel al tacto era más dura o rugosa que la nuestra».
Dedica también palabras al extraordinario fenómeno del voleibol femenino italiano Paola Egonu, atleta bisexual de origen nigeriano y, lamentablemente, víctima de ataques racistas asiduamente: Sus «rasgos somáticos no representan la italianidad que se puede ver en todos los frescos, pinturas y estatuas que han llegado hasta nuestros días desde los etruscos».
Pero quizás una de las frases del libro que mejor resume el significado o las intenciones de Vannacci es la siguiente:
«Reivindico en voz alta el derecho a odiar y despreciar y a poder expresarlos libremente en los tonos y maneras apropiados».
Por último, pero no menos importante, no faltan elogios para el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump y el presidente del gobierno ruso Vladimir Putin. El general sostiene que su escrito debe ser leído en su totalidad para ser comprendido, pero lo suyo es una verdadera falacia: en primer lugar porque no refuta las críticas, luego porque las frases antes mencionadas por sí solas son suficientes para ser debatidas y cuestionadas.
La forma, se sabe, es sustancia y en un artículo aparecido en el Corriere della sera el profesor de lingüística italiana Massimo Arcangeli analizó el italiano escrito de Vannacci. El resultado es desolador: la prosa del oficial es atrofiada y torpe, llena de errores tipográficos y de adjetivos redundantes; no se respeta la ortografía, la puntuación, la consecutio temporum e incluso el significado de las palabras; además, nunca se citan las fuentes, ni siquiera en el caso de sentencias largas. Un auténtico plagio que parece ser común en los autores ultraderechistas.
Il mondo al contrario es una concentración del conservadurismo retrogrado que tanto parece gustar a una parte importante de la población italiana. No es casualidad que las ventas hayan recompensado enormemente a Vannacci, que ya el 1 de septiembre había vendido más de 90.000 copias, si bien un buen porcentaje de las ventas fue fomentado por el siempre activo mundo italiano pro-Putin que evidentemente se identifica con las tesis del general, una cifra impresionante, sobre todo si se tiene en cuenta que las estadísticas desde hace muchos años demuestran que la mayoría de los italianos ni siquiera lee un libro al año.
Causó sensación el hecho de que la librería Ubik de Treviso (Veneto) se negara a vender el escrito de Vannacci: en los días siguientes la dueña de la tienda recibió insultos y amenazas por esta elección. La noticia de la publicación de un libro tan racista escrito por un general en servicio ha dado la vuelta al mundo, y de hecho se pronunciaron sobre ello el Times, el Telegraph, Le Monde y El País.
Las reacciones políticas en Italia al libro de Vannacci
Desde que el oficial apareció en la vida publica los principales periódicos de la derecha nacional como son Il Giornale, La Verità y Libero, que recuerdan al medio Breitbart News, del que fue director Steve Bannon, no han hecho más que elogiarlo, retratándolo como un orgulloso representante de la mayoría en batalla contra lo que desde el espacio de extrema derecha se tilda de «pensamiento único» y luchando en su defensa, insinuando el riesgo conspiracionista de que Vannacci pueda sufrir cualquier tipo de censura (instigando a los admiradores del oficial y así exasperando el debate público) a pesar de que incluso la televisión y la radio públicas nacionales han dedicado espacio en múltiples ocasiones. Ya en el primer episodio del programa de radio Giù la maschera, conducido por Marcello Foa, el ex presidente de Rai, que en el pasado se destacó por difundir teorías conspirativas, tuvo muchos panegíricos para el general.
Los pronunciamientos llegaron a instancias mayores. El 17 de agosto el ejército emitió un comunicado en el que se distanciaba de Vannacci, especificando que el libro no había sido autorizado. El mismo día, el Ministro de Defensa Guido Crosetto, uno de los fundadores del partido neofascista italiano Hermanos de Italia, actualmente en el gobierno, tuiteó: «No utilicen los desvaríos personales de un General en servicio para polemizar con la Defensa y las Fuerzas Armadas El general Vannacci ha expresado opiniones que desacreditan al Ejército, la Defensa y la Constitución. Por este motivo la Defensa iniciará el proceso disciplinario previsto».
Al día siguiente, el Estado Mayor del Ejército destituyó al oficial de su cargo como comandante del Istituto Geografico Militare.
También se pronunciaron las diferentes formaciones de la extrema derecha. Y es que los primeros días después de la publicación de Il mondo al contrario, Fuerza Nueva (FN, movimiento político extraparlamentario de ultraderecha fundado en 1997 por Roberto Fiore y Massimo Morsello, ambos condenados en 1985 por asociación subversiva y banda armada, pero en ese momento fugitivos en Inglaterra) propuso presentar al general como candidato al Senado en las elecciones de Monza (Lombardia), aunque este último rechazó la oferta.
Entre los primeros en apoyar a Vannacci estuvo Gianni Alemanno, que en una entrevista defendió al oficial y atacó al ministro Crosetto. Alemmanno es el líder del Forum dell’Indipendenza Italiana, ex diputado en cinco legislaturas (1994-08), ministro de Agricultura (2001-06), alcalde de Roma (2008-13) y también exponente de la ala rautiana (corriente de Pino Rauti, representante inflexible de la extrema derecha italiana) del Movimiento Social Italiano (MSI), heredero del Partido Fascista y “padre” de Alianza Nacional (AN), la que a su vez es madre de Hermanos de Italia (FdI). No es casualidad que todos estos partidos tengan la llama tricolor en su símbolo.
En los días siguientes Alemanno lanzó una petición para pedir al Presidente de la República Mattarella que retirara la medida disciplinaria contra el general, que posteriormente ignoró el líder político: «No conozco a Alemanno personalmente. Pero si es político, no lo veré».
El vicesecretario de la Liga (L), Andrea Crippa, hizo saber de inmediato que su partido estaría dispuesto a presentar como candidato al oficial. Crippa es recordado por algunos en Italia por las llamadas falsas organizadas junto con el también miembro de la Liga (L) Kevin Masocco para desacreditar a Christian Greco, director del Museo egipcio de Turín. Masocco también es una persona con “antecedentes” políticos: tuvo que dejar el partido después de que se hiciera público un audio privado en el que instaba a sus amigos a alcanzarlo en una discoteca porque “hay una DJ para violar”.
Por su parte el líder del Carroccio (apodo histórico de la Liga), Matteo Salvini, actual Ministro de Infraestructuras y Transportes, en una de sus innumerables transmisiones en directo a través de las redes afirmó al respecto que «el general Vannacci ha sido señalado como un peligro. Pero yo compraré este libro, porque antes de comentar y juzgar es justo conocer y entender».
Para luego desviarse, como su costumbre, mencionando sin sentido a George Orwell: «Me niego a creer que en Italia exista un Gran Hermano que te dice: esto puedes leerlo y esto no puedes leerlo». Y al filósofo Giordano Bruno: «La condena a la hoguera a la manera de Giordano Bruno en la Italia moderna y solidaria de 2023 no me parece del todo razonable».
La reacción previsible de la oposición no se hizo esperar. Pier Luigi Bersani, destacado exponente del Partito Democratico (PD), comentó:
«Cuando leo esas cosas pienso: “Bueno, entonces, disolvamos el ejército, disolvamos las instituciones y hagamos un gran bar, el Bar Italia […] donde se puede insultar a un homosexual llamándolo ‘invertido’, donde se puede llamar ‘hechicera’ a una feminista […]”. Me queda una pregunta, una pregunta sincera que me gustaría hacer. Si en ese bar es posible llamar a un homosexual ‘anormal’, ¿es posible también llamar ‘gilipollas’ a un general?»
Las reacciones de Hermanos de Italia
En un primer momento el principal partido de la coalición gobernante en Italia parecía unido en la condena del escrito del oficial. Y es que desde que Hermanos de Italia está al mando ha intentado de limpiar su imagen para ser aceptado en política internacional. Sin embargo, posteriormente se produjeron aperturas en defensa del general que no fueron precisamente tímidas.
Primero, Galeazzo Bignami, actual viceministro de Infraestructuras y Transportes, conocido por la mayoría debido a un incidente en 2016 cuando apareció una foto suya, tomada años antes, con un uniforme nazi; y luego Giovanni Donzelli, coordinador del partido, tomaron la defensa de Vannacci. Donzelli dijo que «en un mundo libre se escribe lo que se piensa (…) No quisiera llegar al punto de que sólo se escriben ideas que gustan al Partido Democrático».
Por fin el oficial fue invitado a la conferencia Libertà al contrario. Perché difendere la libertà di parola contro ogni censura organizada por el think tank conservador Nazione Futura, fundado por el editor Francesco Giubilei, presidente de la Fondazione Tatarella (cercana a Hermanos de Italia) y ex asesor del ministro de Cultura del actual gobierno.
Vittorio Sgarbi, del partido Fuerza Italia (FI), crítico de arte y subsecretario del Ministerio de Cultura, además de una infinidad de títulos más, incluida una personalidad televisiva sui generis (ofensas, insultos, discusiones y también peleas), fue invitado por Tiziana Panella al programa Tagadà (La7) donde afirmó:
«Si la Lega lo presenta como candidato dará un golpe importante porque llenará una parte del electorado que se ha dirigido hacia Hermanos de Italia».
Y luego el subsecretario, incansable defensor del general, agregó: «El 95% de Hermanos de Italia piensa como Vannacci».
La defensa del oficial por parte de destacados miembros de Hermanos de Italia no sorprende, después de todo la primavera pasada Francesco Lollobrigida, cuñado de Giorgia Meloni y Ministro de Agricultura, recicló el peligro de la sustitución étnica, una teoría conspirativa muy querida por la extrema derecha mundial en forma de El Gran Reemplazo o la más antigua, el Plan Kalergi, y también insinuada por el propio Vannacci.
No es casualidad que la propia Meloni no haya hablado sobre el general, dejando la palabra al confiable Donzelli.
El libro (casi olvidado) de Giorgia Meloni
Poco después de la publicación de Il mondo al contrario, el periodista italiano Lorenzo D’Agostino volvió a poner en la atención pública un libro casi desconocido del año 2019 escrito por la misma Meloni junto con Valentina Mercurio y Alessandro Meluzzi, un psiquiatra, criminólogo, personaje televisivo, fundador del Partido Anti-islamización (PAI), antivacunas, ex primado de la autocéfala Iglesia ortodoxa italiana (cismática y no reconocida), quién en el pasado fue comunista y gradualmente se movió hacia la derecha.
El libro se titula Mafia nigeriana, origini, rituali e crimini y los autores lo habían escrito en medio de la ola emocional tras el asesinato en enero 2018 de la joven Pamela Mastropietro, que fue asesinada y descuartizada por varios hombres nigerianos en Macerata (Marche). Este evento desató la furia criminal de Luca Traini (anteriormente un candidato local de la Liga) que cinco días después, a bordo de su automóvil, comenzó a disparar a personas negras que encontraba en Macerata, causando seis heridos.
Mafia nigeriana es un panfleto que contiene varias frases fuertemente impregnadas de racismo y teorías conspirativas: «Ciertamente el riesgo de sustitución étnica […] no puede dejar de hacernos reflexionar sobre el futuro de nuestra nación, de nuestra identidad y de nuestro mundo de vida», «La brujería representa hoy la mayor amenaza para la vida de los africanos», «En algunas zonas de Nigeria […] todavía se practica el canibalismo, estrechamente vinculado al comercio de carne humana» o «La inmigración es financiada hoy por alguien que quiere cambiar la etnicidad europea para crear una Eurafrica o una Eurasia» son algunos ejemplos.
En resumen: el transfondo ideológico de Vannacci no es muy diferente de la de Meloni, pero esta última no podría presidir foros internacionales y reunirse con lo más granado de la política global. Pero Salvini, más inescrupuloso, descocado, cínico y sobre todo en constante y continuo declive de votantes parece estar dispuesto.
Hace ya un año la Liga estaba en clara crisis incluso en sus bastiones (Lombardia, Veneto y Friuli) mientras que la primavera pasada el partido registró un descenso en todas las capitales regionales donde se habían celebrado elecciones municipales. Buscando alguien que pueda dar un nuevo impulso a su partido, no es casualidad que hayan hecho un guiño a Vannacci.
Fabrizio Cicchitto, informado y experimentado político (su carrera parlamentaria comenzó en 1976 y terminó en 2018), sobre la posible entrada en la política del general se expresó así en una entrevista con la Repubblica:
«Es necesario recordar el contexto pasado. Rusia estaba muy bien situada en Italia: Putin tenía relaciones personales y comerciales con Silvio Berlusconi, una colaboración de su partido con la Lega, luego estaba el Movimento 5 Stelle que tenía cierta afinidad tanto con Rusia como con China, y finalmente Giorgia Meloni que era pro-putinista. Este esquema explotó con Mario Draghi… y no creo que no haya habido influencia en la caída de Draghi deseada por el Movimento 5 Stelle, la Lega y Forza Italia, fuerzas que, por cierto, no lo han apoyado para la presidencia de la República. Vannacci estuvo involucrado en operaciones especiales, no es ingenuo. Por eso digo que veo una mano, un plan. El objetivo es colocar elementos contrarios a la ortodoxia atlántica en el próximo Parlamento Europeo».
En Italia la farsa siempre está a la vuelta de la esquina. A principios de octubre, el Semanario Chi (una publicación de prensa rosa y chismes) puso a Vannacci junto con su esposa, la rumana Camelia Mihailescu, en la portada. Dentro de la revista hay una entrevista en la que el general afirma: «Si mi hija me confesara que es gay o fluida, la apoyaría, pero intentaría encaminarla hacia la heterosexualidad», comentario que complementa su libro. Mientras tanto, el presentador de televisión y humorista Maurizio Crozza ha empezado a proponer a su público la imitación de Vannacci, things are getting ridiculous.
Sea como fuere, la aparición de una figura como Vanacci es un reflejo del estado del panorama político y social de Italia, y de cómo la extrema derecha tiene por delante visos de anclarse profundamente en la sociedad italiana, junto a sus valores, ideas y discursos.
Autor: Pierangelo Rubin