Tommy Robinson y Europe Invasion: las fuerzas ocultas sionistas tras la violencia racista en Reino Unido
Desde el 29 de julio, en Reino Unido, concretamente en Inglaterra y en Irlanda del Norte, se ha visto sumida en una espiral de violencia. Durante más de una semana, se dieron protestas y disturbios con una motivación xenófoba y racista que se tradujo en la quema de edificios que albergaban solicitantes de asilo, la destrucción de una biblioteca, comercios, lugares de culto islámicos y mobiliario urbano o ataques a personas negras y musulmanas, entre otros hechos. Después de una respuesta contundente por parte de las autoridades policiales y judiciales y de los vecinos, se analiza quién estuvo detrás de esta violencia: Tommy Robinson y Europe Invasion.
Mientras el primer ministro laborista Keir Starmer, que inicia el gobierno con una contundente crisis, ha prometido contundencia legal, promesa que ya se ha traducido en más de 1.000 arrestos y casi 600 acusados, analistas, periodistas y políticos se apresuran a intentar explicar por qué sucedido esto, un debate que ha traspasado las fronteras.
Reino Unido, un caldo de cultivo
Es innegable que la situación económica en Reino Unido no destaca precisamente por marchar como debería. A las consecuencias económicas del Brexit, que ha afectado indudablemente al comercio, a las inversiones y al empleo, se suman los problemas de inflación que han azotado a Europa a consecuencia, primero de la pandemia, más tarde de la invasión de Rusia a Ucrania, debido a que este conflicto armado ha provocado el aumento del precio de la energía.
Problemas que los 14 años de gobiernos conservadores que se han sucedido tras la crisis económica y financiera de 2008 han intentado solucionar a base de recortes presupuestarios y de servicios públicos que se han traducido en una atención más que deficiente en el sistema sanitario y en la educación, incapacidad de acceder a una vivienda… y es que los tories, como se denomina coloquialmente al Partido Conservador, ha tratado de continuar aplicando la receta neoliberal que ya demostró ser un auténtico fracaso en otros países europeos.
Estas cuestiones, sumadas a otros escándalos y malas gestiones, provocaron una derrota histórica de los tories y el regreso laborista. Pero, como guinda, este nuevo gobierno de centro izquierda no parece que vaya a revertir esta situación. De hecho, ha continuado con las mal llamadas políticas de austeridad, como el recorte de los pagos de combustible en invierno en un país caracterizado por un clima más bien frío y húmedo.
Así, se parte de un contexto social, político y económico tenso, caldo de cultivo para que el discurso de la ultraderecha cuele. No en vano, Nigel Farage y su partido político Reformar Reino Unido (Reform UK) pasó de un 2% de los votos en las elecciones generales de 2019 ha obtener un 14,3% y más de 4 millones de votos, siendo la tercera fuerza más votada, adelantando al tradicional Partido Liberal Demócrata. Reino Unido también tiene un largo historial con la extrema derecha más violenta, siendo uno de los focos del desarrollo del movimiento skinhead y con líderes como Nick Griffin del Frente Nacional (NF) o el Partido Nacional Británico (BNP), así como la violencia ultra del fútbol.
Sin alternativa clara a las políticas neoliberales, un discurso que ofrece soluciones sencillas, cargadas de prejuicios y de conspiraciones, cala con más facilidad. Y su remedio, como siempre, es culpar a los migrantes, refugiados y otros de todos los males de la sociedad y de su propia privación personal en lugar de a las élites económicas o al sistema productivo. No en vano, la xenofobia fue clave para la victoria del referéndum del Brexit en 2016, una victoria cargada de campañas de desinformación, bulos y fake news.
Europe Invasion: el primer detonante
Con todo esto, ha habido también detonantes clave que han precipitado esta oleada de violencia que, casualmente, ha estado también al servicio de los intereses ideológicos, políticos y militares del sionismo, enzarzado en el genocidio de Israel en Palestina.
No obstante, el principal detonante estuvo relacionado después de que una persona entrara con cuchillo en un taller de yoga y danza infantil el pasado 29 de julio asesinando a tres niñas murieron e hiriendo a otros ocho. Dos adultos presentes también resultaron gravemente heridos. Lógicamente, el suceso corrió como la pólvora, desatando todo tipo de conjeturas y conclusiones cuando las autoridades policiales todavía no se habían pronunciado al respecto.
Pronto se difundió el bulo de que el atacante se llamaba Ali al Shakati y que se trataba de un solicitante de asilo que llegó a Reino Unido en 2023 y que permanecía bajo la vigilancia de los servicios secretos.
Si bien esta información falsa fue borrada rápidamente, múltiples influencers de extrema derecha lo replicaron, añadiendo detalles sin fundamento y sin pruebas y tratando de agitar el ambiente. En pocas horas, según el análisis efectuado por el especialista Marc Owen Jones, esta mentira alcanzó los 27 millones de visionados aun después de que las autoridades policiales confirmaran la identidad real del presunto agresor: un chico llamado Axel Rudakubana, de 17 años, nacido en Cardiff (Gales) y residente cerca de Southport. Nada que ver con la información vertida.
Diferentes analistas, entre ellos Julián Macías Tovar, de Pandemia Digital, coinciden en señalar que el primer perfil en lanzar el bulo fue la cuenta de X (antes Twitter) denominada Europe Invasion, una cuenta de casi 500.000 seguidores de corte neonazi y racista cuyo modus operandi recuerda a otro tipo de cuentas que se limitan a colocar un titular y una fotografía sin fuentes ni datos y a difundirlos como si fueran reales, como la cuenta española El Puntual 24H.
Se trata de una cuenta suspendida por contravenir las normas de la red social pero que fue recuperada cuando Elon Musk se hizo con el control de la misma y, de vez en cuando, la potencia, comparte e interactúa con sus publicaciones. Curiosamente, la cuenta se dedicaba antaño principalmente a difundir contenido sobre criptomonedas bajo el nombre de @makcanekripto, pero desde que fue restaurada, su contenido se dedica principalmente a atacar a inmigrantes y a lanzar fake news sobre el tema.
Otra de las primeras cuentas de X en difundir el bulo fue End Wokeness, que más tarde borró el tuit, pero siguió desinformando sobre la cuestión. Esta cuenta también es conocida por ser aupada y potenciada por Elon Musk, que numerosas interacciones. De manera casi simultánea, otras cuentas criticadas por la difusión de bulos de carácter racista y xenófobo como Channel3Now difundieron la falsa identidad del agresor, si bien no tardaron en borrar dicha información. Le siguieron también cuentas españolas, como Alerta Mundial o la asociación Herqles, cercana a Vox y que participó en las protestas de Ferraz contra la ley de amnistía.
En la primera fase de la difusión del bulo, las cuentas en redes sociales y los sitios afines viralizan el bulo, que es compartido por bots y cuentas falsas, lo que no fue diferente en este caso. Tras esto, diferentes influencers hicieron contenido para conseguir que la mentira alcanzara el siguiente nivel, empujada por sus comunidades virtuales.
Este fue el caso de Andrew Tate, quien ya ha protagonizado diversas polémicas, como cuando fue detenido en 2022 por los presuntos delitos de trata de personas y de agresión sexual. En un vídeo que superó en poco tiempo las 15 millones de visualizaciones, culpaba a «inmigrantes ilegales» del suceso. Durante los días siguientes, continuó publicando mentiras, incluyendo una fotografía falsa del supuesto agresor y llamando a la gente a protestar haciendo uso de su particular tono y apelando a teorías de la conspiración. Destacar que la cuenta de X de Andrew Tate fue otra de las rescatadas tras la compra de Elon Musk de la red social.
Todo lo anterior sucedió en apenas un lapso de dos o tres días e incluyó también las declaraciones, comparticiones y opiniones de otros muchos perfiles y creadores de contenido del espacio de la ultraderecha, de forma casi coordinada. No pudo faltar declaraciones de políticos, como Nigel Farage, líder del partido político Reform UK y que fue fundador del ya extinto Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) y considerado de ultraderecha. Farage fue uno de los principales impulsores de la campaña del Brexit, apostando por la salida del Reino Unido de la Unión Europea en 2016, en parte apoyando amplias campañas de desinformación.
En un vídeo, Nigel Farage daba a entender que el nuevo gobierno estaba ocultando información sobre el agresor de forma deliberada y dejó caer que podría ser responsable por no establecer las medidas de seguridad pertinentes. Tuvo más de 6 millones y medio de reproducciones y varios analistas consideran que fue también uno de los principales instigadores de las revueltas, hasta el punto que en redes sociales se han referido a los disturbios como «Farage Riots» (disturbios Farage).
Tommy Robinson: el segundo paso
Sin embargo, una pieza clave de todo esto se encuentra en la figura de Tommy Robinson, alias de Stephen Yaxley-Lennon (quien cambió su apellido para ocultar su origen irlandés), un conocido activista neofascista vinculado a la Liga de Defensa Inglesa (EDL), una de las organizaciones de extrema derecha relacionada con grupos hooligans de fútbol que ha participado en la violencia de los disturbios que, en teoría, llevaba ya años disuelta y cuyo principal discurso era en contra del islam.
Robinson declaró que el atacante de Southport era un musulmán agregando, «Siempre se dirigen a las mujeres» y señalando al primer ministro. Al día siguiente, una multitud agresiva se reunió afuera de la mezquita de Southport, coreando el nombre de Robinson junto con el eslogan islamófobo ofensivo, «Quién diablos es Alá», lema común en las manifestaciones de extrema derecha. Las autoridades policiales fueron atacadas, se lanzaron objetos contra la mezquita y se incendiaron varios vehículos policiales. A partir de aquí, las protestas se tornaron violentas en el resto del país, como una chispa que se tradujo en auténticos pogromos y disturbios violentos contra la población migrante, especialmente musulmana.
En casi todos los casos, la policía dedujo que los principales responsables de la violencia eran, precisamente, del EDL.
Robinson, que fue su líder, dijo que él hacía más de una década que ya no era miembro de este grupo.
Sin embargo, a través de publicaciones y vídeos, incluso mientras la violencia estaba sucediendo, continuó animando e instigando a las mismas.
Mientras tanto, Tommy Robinson ni siquiera se encontraba en Reino Unido, sino en un resort en Chipre. Se reveló, además, que huyó a España, concretamente a Marbella, allá por 2020, en un intento de huir de los delitos y juicios que le perseguían.
La Liga de Defensa Inglesa, que comenzó a visibilizarse alrededor de 2009, se describe a sí misma como una organización de derechos humanos. Con el eslogan «Not racist, not violent, just no longer silent« (no racista, no violento, pero ya no silencioso», Robinson y su grupo afirmaban sistemáticamente estar defendiendo a los ciudadanos blancos de la clase trabajadora y suscitando preocupaciones legítimas sobre el fundamentalismo islámico y el yihadismo. Sin embargo, el comportamiento y los cánticos de sus miembros en sus protestas por las ciudades británicas dejaron patente sus ideales extremistas y su radicalismo político.
Aún así, la EDL siempre intentó disimular su evidente racismo. Por ejemplo, había dedicado divisiones para sus partidarios de otros países e identidades, incluyendo subgrupos griegos, judíos, LGTB y otras minorías étnicas. Un aspecto de la Liga de Defensa Inglesa fue su apoyo el sionismo israelí, de hecho, las banderas del Estado de Israel se han podido ver en varias marchas del grupo, lo que ha sido visto como una forma de distanciarse de los grupos nacionalsocialistas y de su inherente antisemitismo. En realidad, había mucho más detrás.
Pero este lavado de cara no tenía demasiado sentido, principalmente por las ideas que defendían sus integrantes. Por ejemplo, uno de los pilares centrales del EDL era la defensa de la teoría de la conspiración de «El Gran Reemplazo». Se trata de la creencia de que la población blanca y nativa europea está siendo sustituida progresivamente por población africana y de Oriente Medio con la permisividad o la connivencia de los gobiernos, manejados por una suerte de «poder oculto» en las sombras que tiene como objetivo destruir la civilización occidental. Una conspiración sin fundamento que, aunque ahora es conocida, se movía en entornos neonazis.
Casualmente, en las protestas violentas que se vieron en las calles de Reino Unido y también desde el propio Robinson no han podido faltar la defensa de esta y otras conspiraciones, lo que sin duda facilita la deshumanización y el ataque a las personas racializadas.
En general, racismo, xenofobia, ultranacionalismo, homofobia, machismo y violencia fueron las señas de identidad de este grupo que, aunque supuestamente disuelto, ha tenido un protagonismo más que extenso en las agresiones que se vieron en las calles de Reino Unido.
Tommy Robinson, el EDL y su relación con el sionismo
Los indicios de que las actividades de EDL sirvieron a otros intereses no pasaron desapercibidos. El grupo nunca operó como una organización benéfica o partido político en Reino Unido, pero dos empresas fueron registradas bajo su nombre. En junio de 2011, lanzaron una empresa, la Liga de Defensa Inglesa. Un mes después, esto se renombró como a la Liga de Defensa Inglesa y Judía. Mientras tanto, una firma conocida como EDL English Defence League LTD fue registrada en diciembre de 2010.
Dos años más tarde, el nombre de la compañía se convirtió en la Liga de Defensa Judía y Roberta Moore, una de sus directoras conocidas por su defensa del sionismo, estableció vínculos con la Jewish Task Force, una organización estadounidense de extrema derecha pro israelí. Fundada por Victor Vancier, defiende el llamado sionismo revisionista, la versión más radical del mismo.
A través de esta organización, recaudó dinero para asentamientos ilegales en Cisjordania, aunque esto no evitó que se le prohibiera la entrada a Tel Aviv por su participación en atentados en Nueva York y Washington, protestando por el trato soviético a los judíos durante la década de 1980.
Esta relación con el sionismo, cuando se hizo tan evidente, resultó era demasiado para los principales líderes de la EDL, que posteriormente se distanciaron de Moore y la sección judía. Sin embargo, esto es difícil de racionalizar con las propias opiniones de Robinson. En febrero de 2019, un video filtrado mostraba al ex jefe de la Liga declarando su amor por Israel y declarando con orgullo: «¿Palestina? Que le jodan a Palestina. ¿Por qué apoyarías a Palestina? Si hubiera una guerra mañana, que probablemente habría, estaría allí en la línea del frente luchando por Israel»
Cinco meses después, Robinson fue encarcelado durante 13 meses por desacato a la corte de justicia después de que expusiera las identidades protegidas de los acosadores sexuales acusados mientras estaban siendo juzgados en mayo del año anterior. Una vez encarcelado, el famoso grupo de estudios del lobby sionista Middle East Forum anunció que no sólo había ayudado a financiar sus gastos legales sino que había financiado y organizado protestas de solidaridad de 25.000 personas en su honor.
Como nota de curiosidad, la cuenta de X de Robinson fue reinstaurada en la red social poco después del ataque de Hamás al Estado de Israel el pasado 7 de octubre de 2023.
En la EDL, Robinson y Moore no eran los únicos en tener lazos profundos y coherentes con Israel y una pronunciada afinidad por el sionismo. Uno de los fundadores clave del grupo, Paul Ray, conocido principalmente porque su sitio web de contenido racista fue citado en el manifiesto de Anders Breivik tras su atentado, se sabe que se infiltraba en los movimientos de solidaridad de Palestina en Gran Bretaña, tal y como reveló el periodista de investigación Asa Winstanley, un veterano activista de solidaridad de Palestina.
En este sentido, septiembre de 2006, el sitio web islamófobo de los Estados Unidos Front Page Mag publicó una entrada explicando cómo uno de sus voluntarios británicos se había infiltrado en el Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM) en Londres, una organización pro palestina fundada en 2001 que organiza diferentes campañas de solidaridad y de protesta en Gaza o en los territorios ocupados de Cisjordania. Esta organización es conocida porque en 2003, dos de sus activistas fueron asesinados por el ejército israelí. Forma parte de la coalición Free Gaza Movement.
Winstanley reveló que la inteligencia británica ha estado infiltrándose en esta organización, revelando que entre la lista de espías estaba Paul Ray, quien además ya tenía experiencia previa trabajando para la policía. Así, se demuestra una connivencia entre la extrema derecha y los servicios de inteligencia para favorecer a Israel.
Una operación que salió bien: el espionaje de este y otros espías británicos sirvió para que el Estado de Israel obtuviera mucha información sobre los voluntarios del ISM y poder deportarlos o impedir su entrada al país, lo que supuso que, a partir de 2008, su actividad mermara considerablemente.
Existe, además, un punto de unión entre la teoría de «El Gran Reemplazo» y sus orígenes y el sionismo. Giséle Littman, nacida como Giselle Orebi, que operaba bajo el alias de Bat Ye’or (hija del Nilo), fue una agente del Mossad, los servicios secretos del Estado de Israel, que nació en Egipto en 1933. De origen judío, se trasladó a Reino Unido, donde adquirió la nacionalidad inglesa, y finalmente se retiró a Suiza, en los años 60.
Es conocida por, entre otras cuestiones, escribir Islam and Dhimmitude: Where Civilizations Collide, desarrollando el concepto de dhimmi, si bien ella atribuía este concepto a Bashir Gemayel, líder entonces del partido Falange Libanesa. Este concepto, que tiene raíces históricas en la conquista de países musulmanes de tierras con otras creencias religiosas, es descrito por Littman como la búsqueda del dominio islámico sobre el resto y la sumisión de sus poblaciones.
Siguiendo esta línea, Littman acuñó el concepto de Eurabia, esto es, la idea de que occidente se estaba islamizando progresivamente desde la crisis del petróleo de los años 70 a través del aumento exponencial de la inmigración y que provocó un cambio en la política exterior europea (especialmente de la mano de Francia) que trató de ser más conciliadora que los países de mayoría musulmana para contrarrestar el poder de Estados Unidos. Para Littman, la consecuencia es obvia: más allá de la destrucción de la civilización occidental, argumenta que las crecientes posturas críticas de los países occidentales hacia Israel tienen que ver con esta islamización.
Littman formó parte de diferentes organizaciones sionistas, además formar parte de Contrayihad, un movimiento islamófobo de corte ultraderechista y radical que aumentó su popularidad tras los atentados del 11-S.
También dirigió junto a su marido David Littman la llamada Operation Mural, llevada a cabo desde el Mossad, que buscaba secuestrar menores de etnia judía de Marruecos para que se convirtieran en ciudadanos israelíes. La Israel Intelligence and Commemoration Center (MLM) condecoró a Littman en 2009 por los servicios prestados en dicha operación.
Si bien la teoría de «El Gran Reemplazo», al igual que el «Plan Kalergi», se han inspirado en varios escritos, discursos e ideólogos, casualmente tanto Robinson como el EDL citaban directamente las ideas de Littman, como el concepto de Eurabia.
La «derecha alternativa» o alt-right estadounidense, que ha relanzado estos conceptos, han redefinido el espacio de la ultraderecha, ahora profundamente sionista y pro Israel. No en vano, los principales enlaces entre Vox y Donald Trump vinieron de la mano de Rafael Bardají, ex asesor del ex presidente José María Aznar, principalmente a través de la red de contactos desarrollada con su fundación Friends of Israel.
Así, parece claro que detrás del auge del discurso de la nueva derecha radical hay intereses sionistas, que en cada país ha cobrado una forma distinta y que, a la postre, se está traduciendo en un aumento considerable del racismo y la xenofobia, así como de los delitos de odio.
Lo sucedido en Reino Unido es un ejemplo claro de cómo funciona la extrema derecha, primero a través de bulos, luego a través de acciones coordinadas de viralización, fomentadas por algoritmos, tras años de crear un caldo de cultivo con personalidades, discursos y organizaciones clave. Todo ello con la connivencia de medios de comunicación y de partidos políticos que no hacen frente como deberían a la ola reaccionaria que amenaza los derechos humanos en Europa.
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.