Vox en caída libre: descenso en todos los sondeos de intención de voto mientras Olona deja la política
El típico descanso del panorama político del mes de agosto comienza con noticias muy negativas para Vox. Y es que, a medida que diferentes sondeos de intención de voto coinciden en un desplome brutal para la formación liderada por Santiago Abascal, Macarena Olona anunció hace pocos días que abandona el partido y la política alegando «razones médicas», marchándose uno de los pesos pesados apenas un mes de finalizadas las elecciones andaluzas. Hechos sobre los cuales no se ha pronunciado ni Abascal ni ninguna otra cabeza visible del partido de extrema derecha.
La primera de las encuestas en publicar datos de intención de voto tras los malos resultados de Vox en las elecciones andaluzas fue el CIS, en el cual Vox habría pasado de una intención de voto del 16,5% según los anteriores sondeos del centro de estudios hasta el 12%, dejándose nada más y nada menos que cuatro puntos y medio en el transcurso de un mes, y tres menos que en las elecciones de 2019.
Sin embargo, un único sondeo no suele ser suficiente, y más tratándose del CIS, que no goza de muy buena prensa en ciertos sectores políticos (a pesar de que suele augurar buenos resultados para la extrema derecha). Pero una segunda encuesta, la de Simple Lógica para elDiario.es, reveló que la caída era incluso mayor: cinco puntos y medio, pasando del 19,6% en junio hasta el 14% aproximadamente. Un descenso que se vería reflejado en la fidelidad, dejando de ser los votantes de Vox los menos fieles al voto.
Otro sondeo, esta vez de NC Reports para el periódico La Razón, confirma el cambio de tendencia en Vox, que se dejaría entre 7 y 9 escaños, descendiendo hasta el 14,4% de los votos, dejándose casi un punto con respecto a las elecciones de 2019. Aunque es la encuesta que más favorece al partido de extrema derecha, confirman la caída de la formación con respecto a sus expectativas anteriores y la pérdida de fidelidad de sus votantes.
El desastre de Macarena Olona
Sin lugar a dudas, el punto de inflexión de esta debacle, amén de una conjunción de varias polémicas, crisis internas y malas decisiones, se encuentra la desacertada campaña de las elecciones andaluzas del pasado 29 de junio. Y es que, hasta ese momento, las encuestas daban a Vox una tendencia ligeramente alcista.
Las encuestas externas e internas eran muy generosas para Vox en estas elecciones autonómica: les ofrecían un suelo de 20 escaños, pudiendo llegar hasta los 25. Esto haría que fueran imprescindibles en la construcción del próximo gobierno andaluz, momento en el que repetirían, presumiblemente, la misma estrategia que en Castilla y León: exigir un papel protagonista a cambio del apoyo al Partido Popular (PP). De hecho, tan seguros estaban de su éxito que anunciaron que no darían sus votos gratis al PP aunque obtuviera más votos que el resto de la izquierda.
Desde luego, no contaron con la desastrosa campaña que protagonizaría Olona estas elecciones, capaz de darle la vuelta a las encuestas de la peor manera.
Este mal rumbo de la campaña de Vox fue comentado por distintos analistas durante el transcurso de la primera semana. Desde la organización ultraderechista, despreciaron estos análisis, si bien internamente empezaban a tener las mismas dudas tras la primera semana de campaña.
Los resultados confirmaron los peores temores: 14 escaños, dos más que en 2019. Esta ganancia de casi 100.000 votos puede no parecer un mal resultado, pero es que en 2019, con un candidato desconocido y en sus primera elecciones en la autonomía, lograron 12 escaños, siendo determinantes para el bipartito conformado por PP y Ciudadanos. De hecho, en las elecciones generales del 10N en 2019, obtendrían 869.909 votos lo que implicaría una pérdida de casi 400.000 votos en comparación.
Por todo esto, conseguir solo 2 escaños más en un momento de auge, quemando a unos de sus pesos pesados y convirtiéndose en irrelevantes ante la mayoría absoluta del PP ha sido un auténtico varapalo para la formación. Uno del que culpan en buena manera a Olona, tal y como desvela El Español, cuando el pasado martes la dirección de Vox se reunió para valorar las elecciones.
Una campaña con polémicas como el hecho de que Macarena Olona ni siquiera fuera andaluza y tuviera que empadronarse de forma presuntamente irregular en el municipio de Salobreña, una campaña con pocas propuestas y demasiado radical incluso para tratarse de Vox… y otras malas decisiones que incluso desde el espacio de la ultraderecha fueron criticadas.
Crisis internas en Vox
Aunque por alguna razón no salga en los grandes medios, la vida interna de Vox es un auténtico desastre, con multitud de dimisiones, guerras internas, marchas de afiliados y destituciones. Se estima que casi el 50% de los concejales que Vox ganó en 2019 ya no pertenecen a la formación. Algo inaudito y que posiblemente abriría portadas en los grandes medios de producirse en otras formaciones.
Y es que los procesos irregulares, dedazos, secretismo, pugnas por el poder y abandonos de afiliados han copado el panorama de la formación. Sin ir más lejos en este caos organizativo destaca Vox Granada.
Su primer líder fue Ignacio Nogueras, presidente de Vox a mediados de 2015 al que se le abrió un expediente disciplinario. Fue sustituido por Julio Vao, quién fue apartado al conocerse que participó en un delito de estafa. Le sucedió Ignacio Ocaña, diputado andaluz, que fue sustituido por Manuel Martín, quien a su vez ha sido sustituido por Ángel Luis Onoratto. 5 presidentes en 7 años.
Estas pugnas por el liderazgo y movimientos irregulares se repiten en toda España enfureciendo a la militancia. En León hubo un proceso salpicado de múltiples irregularidades con la imposición de candidatos de la Fundación Francisco Franco que provocó una revuelta interna. Algo similar pasó en Melilla, donde el dedazo de un candidato externo provocó la ira de 300 militantes.
En Barcelona, Vox tuvo una gran crisis con múltiples candidaturas, expulsiones y militantes quejándose del comportamiento antidemocrático de la formación.
Estos hechos también afectan a los concejales y cargos internos. Así en Toledo un alto cargo intentó quedarse con dinero de los militantes, desembocando en la dimisión de 8 concejales por la protección que el partido dio a este alto cargo.
Los casos siguen hasta ahora ya que hace solo unas semanas la concejala de Vox Águilas, Nuria Almagro, dimitía de su puesto denunciando que Vox sembraba el odio.
Muchas de esta dimisiones han provocado ya escisiones, como es el caso de TúPatria o Valores. Un auténtico desastre interno que empieza a hacer mella en la formación.
La sopresiva marcha de Olona, que ha trasladado su intención de reincorporarse en cuanto pueda a su antigua labor como abogada del Estado, ha causado una enorme sorpresa e impresión entre sus compañeros de partido, que en su gran mayoría se han enterado de la noticia al leer el comunicado que ella misma subía a las redes. “Conseguí concluir la pasada campaña electoral andaluza, y quiero agradecer el esfuerzo de todo el partido para hacerlo posible, adaptándose a mis necesidades, protegiendo mi intimidad. Creía que bastaría con mi sola voluntad, pero la salud no entiende de compromisos, y ahora debo afrontar un importante reto personal, por prescripción médica, incompatible con la exposición mediática y la entrega que Andalucía merece y exigiría, en mi nueva responsabilidad”, desvela en su despedida.
Poco después de conocerse la noticia, Santiago Abascal le dedicaba unas cariñosas palabras desde su perfil de Twitter. “Solo puedo tener palabras de gratitud para Macarena Olona. Estoy seguro de que el gran servicio que ha prestado a Vox y a España no es nada al lado del que prestará en el futuro. En esta casa, que es la suya, siempre tendrá las puertas abiertas. Hasta siempre”. También otros dirigentes, no solo de Vox sino de varios partidos rivales -entre ellos, el propio Moreno Bonilla- le fueron lanzando mensajes para despedirla y desearle suerte.
Lo cierto es que pocos conocen cuáles son esas “razones de salud” que le obligan a retirarse. Los únicos comentarios que han realizado algunas de las personas de su partido con las que esta redacción ha podido hablar es que últimamente la veían “muy delgada”. Pero no era ningún secreto que sus relaciones con algunos dirigentes de la cúpula del partido no eran buenas. En la campaña andaluza demostró que prefería ir por libre.
La reacción de Vox
Ante los problemas que atraviesa la formación, por el momento solo se conoce un cambio resaltable: Santiago Abascal anunció en Es la Mañana de Federico, en la cadena EsRadio, que la formación anunciará a sus candidatos locales y autonómicos meses antes con la intención de «darse a conocer y hacer campaña».
La otra reacción de Vox ha sido, precisamente, la de no reaccionar. Abascal ha cerrado este ciclo político con un vídeo en tono triunfal donde analizaba todo lo acontecido hasta el momento con una trabajada puesta en escena y con un discurso ya típico de Vox, tocando temas como seguridad, inmigración, crisis y con varias críticas al Gobierno de España, pero ni una sola mención a la partida de Olona o a las encuestas.
Sin duda, una mala situación que obligará a la extrema derecha a replantear su estrategia para una poderosa cita electoral que espera al país el próximo año 2023.
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.