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Francia disuelve la organización ultracatólica Civitas por discurso de odio

El gobierno francés ha ordenado la disolución de la organización ultracatólica Civitas debido a sus recurrentes discursos contra judíos, musulmanes y personas LGTBI+. La medida ha sido tomada en respuesta a las preocupantes posturas extremistas que ha promovido este grupo.

El Instituto Civitas, cuyo lema es «Por una ciudad Católica» y se autodenomina como «lobby católico integrista», ha defendido posiciones que van desde la ilegalización de la eutanasia y el aborto hasta la oposición a la educación sexual y el matrimonio entre personas del mismo sexo, así como la negación de laicidad del Estado y de las teorías de la evolución. Además, Civitas respaldó al candidato de extrema derecha Eric Zemmour en las elecciones presidenciales pasadas.

Uno de los factores que llevó al gobierno francés a considerar la disolución de Civitas fue la propuesta de Pierre Hillard durante las jornadas de verano universitarias de retirar la nacionalidad francesa a los judíos que viven en el país, una idea que ha generado gran controversia. Hillard argumentó que deberían regresar «a la situación previa a 1789». Además, la organización ha interpelado por una «guerra contra la República» para restablecer la monarquía, incluso recurriendo a la fuerza si fuera necesario.

Pierre Hillard y sus vínculos con teorías de la conspiración

Pierre Hillard, figura central en Civitas, ha estado frecuentemente vinculado a teorías de la conspiración y ha defendido la soberanía nacional en sus discursos. Imparte conferencias, colabora con medios de comunicación y ha escrito varios libros que abordan la decadencia de Europa. Estas posturas han contribuido a la preocupación sobre el grupo y su influencia en la sociedad francesa.

El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, ya planteó la posible legalización del grupo ultra derechista en agosto. La decisión de disolver Civitas se basa en la creencia de que su discurso y actividades no tienen cabida en la sociedad francesa, especialmente debido a actos de homenaje a personalidades colaboracionistas nazis y discursos de carácter antisemita e islamófobo. Oliver Verán, portavoz del Gobierno Francés, denunció que Civitas considera que los Derechos Humanos equivalen a la destrucción de la civilización cristiana, lo que resulta inaceptable.

Según se informa en el diario Público, el discurso de Civitas no se aleja demasiado del de otras organizaciones, como Hazte Oír, que también se opone a una amplia gama de conceptos y derechos. Aunque en Francia y Alemania se persigue activamente este tipo de discurso y actos de enaltecimiento de símbolos nazis, en España la situación es más compleja, ya que no se toman medidas de manera proactiva.

La lucha contra el extremismo ultracatólico en Europa

El caso de Civitas y su disolución en Francia plantea un debate importante sobre la lucha contra el extremismo ultracatólico y de extrema derecha en Europa. Mientras algunos países, como Francia y Alemania toman medidas firmes para combatir este tipo de organizaciones, en otros como España, la situación es más ambigua.

El Ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, ha condenado enérgicamente el discurso antisemita y extremista de Civitas, remitiendo el asunto a la Fiscalía. Además, ha iniciado investigaciones para disolver la organización por completo. Por su parte, Civitas ha emitido un comunicado en el que denuncia el abuso de poder de la ley y anuncia medidas para impugnar la decisión, defendiendo su derecho a la libertad de expresión.

La realidades es que los grupos ultracatólicos a través de lobbies están creciendo en Bruselas, utilizando las conexiones con el Partido Popular Europeo y la ultraderecha, en especial la reunida bajo el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos. Posiblemente el lobby más eficiente es Hazte Oír, quién se ha convertido en una fuerza ultracatólica internacional a través de Citizen Go.

Estas organizaciones ultracatólicas mueven enormes cantidades de dinero desde las élites a toda clase de grupos conservadores para la guerra cultural. Su objetivo no es solamente el conservadurismo clásico, si no el tradicionalismo, intentando devolver al pasado a las naciones europeas y poner en duda los derechos conseguidos. Su agenda es pues colindante con la de la extrema derecha política. De hecho los gobiernos de Hungría y especialmente Polonia, son dos referentes claros de estas imposiciones ultracatólicas que hacen que la vida para muchas personas sea más difícil cuando no imposible. Europa debe enfrentarse con mucho cuidado al peligro del fanatismo religioso que como tantas otras veces, ha estado tras el estallido de conflictos sociales.

Francia disuelve organización ultracatólica Civitas por discurso de odio y antisemita 

JuanCastro

Licenciado en Ciencias Ambientales y Brew Master Assistant, trabajador en hostelería y bastante tiempo precario. Freak hasta la médula, interesado en política, historia, ciencia... Busco en la divulgación y el activismo una manera de aportar a la sociedad.

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