Sergio Massa gana las elecciones en Argentina e irá con el ultraderechista Javier Milei a la segunda vuelta
En las elecciones presidenciales de Argentina, el ministro de Economía, Sergio Massa, logró una sorprendente victoria en la primera vuelta, a pesar de la grave crisis económica que enfrenta el país y contra el pronóstico de los sondeos de intención de voto. La coalición gobernante Unión por la Patria (UP) se aseguró el 36,68% de los votos, mientras que el candidato ultraderechista de la coalición La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, obtuvo el 29,98% con el 98,54% del voto escrutado. La victoria del candidato peronista fue notable, especialmente considerando la inflación de tres dígitos que ha afectado a Argentina, llevándola a su nivel más alto desde 1991, y al descontento social y desafección política de la sociedad argentina, cuya participación se redujo en un 3,6% con respecto a las anteriores elecciones. A pesar de las dificultades económicas, Massa logró capturar la atención y el apoyo de una parte significativa de la población.
Las encuestas previas a las elecciones daban como ganador a Milei, quien además había quedado primero en las PASO, las elecciones primarias abiertas simultáneas obligatorias celebradas el pasado 13 de agosto. Sin embargo, Massa logró superar las expectativas y se aseguró pasar a la segunda vuelta, que se celebrará el próximo 19 de noviembre. Para ganar en la primera vuelta, un candidato necesitaba obtener al menos el 45% de los votos o más del 40% con una ventaja de más de 10 puntos sobre el candidato en segundo lugar, un escenario que no era previsible en ningún caso.
En tercer lugar quedó Patricia Bullrich, de la alianza conservadora Juntos por el Cambio, quien obtuvo el 23,84% de los votos. La heredera del expresidente Mauricio Macri aceptó los resultados de los comicios y enfatizó la necesidad de que Argentina «debe abandonar el populismo si quiere crecer y terminar con la pobreza», en lo que se puede interpretar como una referencia a los candidatos que quedaron en primer lugar.
En cuarto lugar quedó Juan Schiaretti del Partido Judicialista (PJ) y la coalición Hacemos por Nuestro País, con un 6,79% de los votos y dejando al peronismo no kirchnerista (también denominado «tercera vía») muy lejos de la presidencia. Myriam Bregman de Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad quedó en quinto lugar con el 2,70% de los votos, un resultado positivo para la extrema izquierda en comparación a otros comicios pero con una clara imposibilidad de tener opciones de gobierno.
Se presentaron otras candidaturas, como Principios y Valores (una escisión del Partido Judicialista), el Movimiento Libres del Sur, el Nuevo Movimiento al Socialismo o el Frente Patriota Federal, pero no superaron ni el 1%.
El reto de Sergio Massa en la segunda vuelta
La provincia de Buenos Aires, un bastión político importante en Argentina al representar a unas 16 millones de personas, mostró una clara preferencia por Axel Kicillof, quien obtuvo el 44,8% de los votos. Esta victoria en la provincia más grande del país es significativa y podría tener un impacto importante en el resultado final de las elecciones. El apoyo del izquierdista a la candidatura de Massa ha sido crucial para obtener la ventaja y superar al candidato ultraderechista.
Massa se ha comprometido a formar un «gobierno de unidad» si gana la segunda vuelta, apelando así a los sectores más desafectos del peronismo. Su enfoque es convocar a los mejores, independientemente de su afiliación política, en un esfuerzo por unir al país y abordar los desafíos económicos y sociales que enfrenta.
Por otro lado, Javier Milei, el candidato ultraconservador, ha destacado el hecho de que su partido haya llegado a la segunda vuelta y haya logrado competir de manera tan significativa con el kirchnerismo. Ha llamado a todos los argentinos que buscan un cambio a unirse y trabajar juntos para evitar que el oficialismo continúe afectando negativamente la vida del país.
La jornada electoral transcurrió en gran medida con normalidad, a pesar de algunos incidentes menores, como una amenaza de bomba en la Casa Rosada que resultó ser una falsa alarma. A pesar de estos contratiempos, las elecciones se llevaron a cabo de manera pacífica y se registró una participación del 77,67%, un 3,6% menos que en los anteriores comicios.
Sergio Massa, quien representa el continuismo de la corriente peronista, llamada así por su principal ideólogo y fundador, Juan Domingo Perón, que mezcla elementos progresistas, nacionalistas y conservadores, tiene ahora un importante reto por delante, ya que si quiere ganar en la segunda vuelta, tendrá que ganarse al votante de candidaturas que se oponen a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina entre 2007 y 2015 y exponente del denominado kirchnerismo, corriente peronista partidaria de las políticas de su marido, Néstor Kirchner, asociado más a ideas izquierdistas.
Por lo tanto, tendrá que conseguir votos entre quienes apoyaron a Patricia Bullrich, cuyo lema de campaña fue precisamente poner fin al kirchnerismo continuista que representa Massa. En sus declaraciones, el candidato oficialista apeló especialmente a Bregman y Schiaretti para poder hacer frente a Javier Milei y lo que representa, así como a la Unión Cívica Radical, uno de los principales partidos que integran la alianza de Bullrich.
Javier Milei, por su parte, también lo tendrá difícil, especialmente por los exabruptos que ha dedicado a lo largo de la campaña a sus rivales, habitual en su polémico estilo de oratoria. Por ejemplo, llegó a llamar a Bullrich «terrorista montonera tirabombas». De hecho, en su intervención tras la primera vuelta electoral, el candidato paleolibertario dicho «dar por terminado ese proceso de agresiones y ataques» en su objetivo para «terminar con el kirchnerismo». Una apelación directa el electorado de Juntos por el Cambio, que sin duda será determinante, que obtuvo 6,2 millones de votos.
Aunque la coincidencia ideológica entre Milei y Bullrich es mayor, además de los improperios y descalificaciones vertidas por el primero, hay que tener en cuenta que el principal caladero de votos de éste ha sido la gente más joven y humilde, mientras que el voto de la candidata conservadora es más tradicional y pudiente, gente para la cual las formas y discurso de Milei pueden sonar demasiado extremistas e inapropiados. Pese a todo, el solapamiento ha sido claro en algunas provincias, con lo cual no está todo perdido para el candidato paleolibertario.
Patricia Bullrich, por su lado, no ha sido nada clara sobre qué candidato prefiere, aumentando la incertidumbre para ambos.
Quién es Javier Milei, el polémico candidato presidencial
Javier Milei se ha convertido en un auténtico fenómeno político en la política argentina. Se trata de un economista argentino, autor de varios libros, que alcanzó amplia notoriedad en Argentina por su participación en tertulias y debates políticos, donde ha destacado por sus descalificaciones (llegando al insulto) a sus rivales políticos, sus polémicas declaraciones y, como no, sus ideas. Y es que Milei se declara abiertamente a favor de la Escuela de Austria y se define como «libertario» y anarcocapitalista.
También ha destacado por polémicas con respecto a su vida privada, como el hecho de ponerle a sus perros nombres de economistas liberales. A su vez, se ha visto salpicado por algunas cuestiones legales. Por ejemplo, fue denunciado por violencia tras su agresión verbal a una periodista, acusado de plagio o denuncias por encubrimiento y asociación ilícita a raíz de presuntas irregularidades en la financiación de la campaña de 2019.
Otra polémica sonada fue cuando la entonces presidenta del grupo Generación Libertaria, agrupación juvenil del Partido Libertario al que pertenece Milei, hizo públicas unas denuncias en las que relataba que encontró irregularidades, desde elecciones a dedo de cargos importantes, una falta de orden y seriedad enorme que la han hecho apartarse de Javier Milei y su plataforma política, Libertad Avanza. Entre estas irregularidades, estaba la de haber presuntamente ofrecido «sexo y dinero» a cambio de cargos políticos.
A pesar de definirse como «libertario», Milei ha sido definido por analistas y expertos como de ultraderecha y ultraconservador. Es cercano y y apoya al ex mandatario brasileño Jair Bolsonaro, al líder ultraderechista chileno José Antonio Kast, al ex presidente de EEUU Donald Trump y al partido español de extrema derecha Vox, quien ha felicitado a Milei por su victoria en las primarias. Prueba de esto es que, a pesar de incluso haberse declarado a favor de la compraventa de órganos bajo el paradigma de decidir sobre el propio cuerpo, Javier Milei se opone radicalmente al aborto, incluso en caso de violación, lo cual va en contra de sus ideales libertarios.
Es abiertamente negacionista de la violencia de género y del cambio climático, diciendo que son inventos del «marxismo cultural», un concepto relacionado con una teoría de la conspiración bajo la cual la los valores progresistas estarían siendo promovidos abiertamente por los poderes fácticos a nivel global. En este sentido, dijo querer cerrar el Ministerio de la Mujer de Argentina. También ha cargado contra los derechos LGTB y se ha mostrado a favor de la venta de armas, la legalización de las drogas y de la prostitución.
De hecho, dentro de La Libertad Avanza, hay partidos políticos abiertamente ultraconservadores, como es el caso del histórico partido provincial Fuerza Republicana (FREP) o el Partido por el Trabajo, la República, la Industria y el Agro (Ahora Patria). Además, a pesar de que Milei agita constantemente un discurso antipolítico y antiestablishment característico del populismo ultraderechista, su coalición integra a uno de los partidos políticos de derecha conservadora más antiguos de Argentina, el Partido Demócrata, que hasta 2019 había apoyado a Mauricio Macri, de JxC.
Milei fue nombrado diputado en las elecciones legislativas de 2021 por la coalición La Libertad Avanza, donde sacó 2 diputados y el 13,90% de los sufragios. En abril de este mismo año, anunció que presentaría su precandidatura a la presidencia de Argentina para el año 2023, lo que finalmente hizo el día 22 de dicho mes. Para mediados de 2022, los sondeos de intención de voto ya apuntaban a que quedaría en segunda posición.
Y es que, a pesar de denominarse «libertario» o «liberal», como sucede con el llamado movimiento «libertariano» (libertarian, en inglés) se trata en realidad de paleolibertarismo, esto es, una corriente que mezcla ideas ultraliberales en el plano económico y ultraconservadoras en lo sociocultural. Una corriente que se adscribe a la nueva ola de la «derecha alternativa» o alt-right estadounidense y de las redes de la extrema derecha moderna y, como tal, supone un peligro para los derechos humanos y las libertades básicas, como se desprende de sus propuestas y de sus declaraciones.
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.