Actualidad

Vox pierde un tercio de sus escaños y no suma con el PP para gobernar

Las elecciones generales del pasado 23 de julio, convocadas de forma anticipada por el ejecutivo de Pedro Sánchez, han arrojado un resultado un tanto diferente al que vaticinaban muchas encuestas. Uno de los principales partidos políticos derrotados ha sido Vox, que ha pasado de 52 a 33 escaños con el 12,39% de los sufragios en contraste con el 19,08% que obtuvo en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2019 y dejándose más de medio millón de votos por el camino. Con este descalabro, no hay forma de que pueda llegar a entrar en el gobierno de la mano del Partido Popular (PP), la única posibilidad que tenía de tocar poder.

La incógnita alrededor de los comicios que se celebraban el domingo se despejó por fin tras unos resultados que no todo el mundo esperaba. Las elecciones generales las ganó el PP, principal partido de derecha conservadora en España, obteniendo 136 escaños y el 33,04% de los votos, siendo el claro ganador de la jornada, ya que aumentó en 47 escaños, alejándose de los malos resultados de Pablo Casado y reforzando a Alberto Núñez Feijóo en su nuevo liderazgo.

Sin embargo, en segundo lugar quedó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que pasó de 120 a 122 escaños cuando varias encuestas auguraban un descalabro mayor. Por su lado, la plataforma Sumar, liderada por Yolanda Díaz, se mantuvo en 31 escaños y a tan solo un puñado de votos de Vox. Aunque Sumar y sus diferentes coaliciones han perdido 7 escaños en conjunto, el aguante de las principales fuerzas progresistas aleja decididamente al PP de su posibilidad de gobierno.

Además, al tener menos de 50 escaños, Vox no podrá recurrir leyes al Tribunal Constitucional ni presentar mociones de censura. De hecho, desde que obtuvo 52 escaños en 2019, la formación ultraderechista recurrió unas 40 normas legales y presentó dos mociones de censura, acciones que no podrá volver a realizar hasta los siguientes comicios.

Vox, un partido hundido en una profunda crisis

Las aspiraciones de poder reeditar a nivel estatal los acuerdos de gobierno que PP y Vox han firmado en autonomías como Extremadura, Castilla y León o País Valencià, se han visto frustradas ante unos resultados donde las fuerzas de la izquierda y moderadas en su conjunto han conseguido movilizar a buena parte de su electorado.

Sin embargo, el partido liderado por Santiago Abascal lleva más de un año dando muestras de su declive. La primera derrota la tuvieron en las elecciones andaluzas, celebradas en junio de 2022. La formación de extrema derecha, con Macarena Olona a la cabeza, aspirada a pasar de 12 escaños a, al menos, más de 20, pero apenas obtuvo 14, quedándose sin posibilidades de formar gobierno.

A pesar de los intentos de celebración, hasta en sus propias filas se hizo patente la crítica por una campaña electoral esperpéntica, donde se señaló el hecho de que Macarena Olona ni siquiera era andaluza, y que acabó con el abandono de la formación para crear un proyecto político propio entre reproches, conflictos públicos e incluso amenazas.

Desde ese momento hasta las elecciones autonómicas y locales del 28 de mayo, Vox continuó viviendo momentos de crisis internas. De hecho, desde las elecciones municipales de 2019, casi la mitad de sus concejales habían abandonado sus cargos y/o el partido en medio de profundas críticas al partido por su autoritarismo, por dudas acerca de su financiación, presiones internas o por sus ideas extremistas, entre otras cuestiones. Crisis que también explican otras tantas crisis internas en provincias como Badajoz o Canarias.

Uno de esos momentos se vivió en noviembre de 2022, cuando se anunció la dimisión del coordinador de Vox de la Vega Baja, anunciando la dimisión de, al menos, 50 cargos. En un audio filtrado, el ya ex coordinador criticaba que la formación se dirigía de forma autoritaria, poco transparente y dudosa.

A pesar de haber apartado a Javier Ortega Smith de su cargo en el partido como método para relajar las tensiones internas, pues muchos cargos y ex cargos de Vox le señalaban a él como fuente de muy buena parte de los problemas en el seno de la organización, a medida que se aproximaban las elecciones del 28M, dichos problemas se acentuaron.

Por ejemplo, en Vox València estallaron nuevas polémicas, como cuando Francisco Javier Gimeno, ex vicecoordinador local de Vox en el municipio valenciano de Tavernes de la Valldigna, denunció que había recibido amenazas y coacciones de la dirección del partido en la provincia tras señalar la presunta corrupción del mismo en la comunidad autónoma. Poco después, dos ediles del municipio de Orihuela abandonaron el partido acusándolo de «chiringuito».

Las elecciones del 28M: antecedentes de una desgracia

Mientras estas crisis se sucedían, diferentes polémicas fueron salpicando a Vox. Una de ellas ha sido la gestión de Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta de Castilla y León, donde el partido de extrema derecha gobierna junto con el PP. Además de caer en diversas contradicciones, por ejemplo, aumentando el gasto político o subiendo el gasto de la televisión autonómica cuando habían prometido lo contrario, la pésima gestión de la crisis sanitaria por la tuberculosis bovina que desencadenó en el asalto de ganaderos a la Delegación de Gobierno puso de relieve la incapaz de Vox para gobernar.

Otras cuestiones que han podido pasar factura a Vox ha sido su relación con elementos extremistas, una cuestión ya señalada por ex cargos del partido como Macarena Olona, que aseguró que había «nazis en Vox» o que EspañaBola, una cuenta de Telegram de contenido fascista y nazi, estaba a sueldo del partido.

Así, noticias como el fichaje de Carlos Cortizo, quién fue cabeza de lista en Vox por el Prat de Llobregat, que tiene fotografías haciendo el saludo fascista con una bandera franquista; que el diputado de Vox en el Parlamente de Catalunya, Alberto Tarradas, meta frases fascistas en sus discursos; o que en Castellar del Vallés, la cabeza de lista fuera Jennifer González Leyva, una militante neonazi que fue denunciada por delitos de amenaza y lesiones en un establecimiento regentado por migrantes; o que algunos militantes neonazis detenidos presuntamente por intentar realizar atentados tuvieran relación con Vox en algún momento, como en el caso de la Operacion Ario, son algunos ejemplos.

Incluso el periodista Federico Jiménez Losantos, conocido por sus ideas conservadoras, señaló a Vox por estar influenciado por Hazte Oír, asociación ultracatólica considerada una pantalla de la secta El Yunque, provocando un conflicto que se alargó durante un tiempo.

Finalmente, las elecciones locales y autonómicas arrojaron un resultado agridulce para Vox. A pesar de que mejoró su representación parlamentaria y se convirtió en la llave de varios gobiernos regionales y municipales, perdió más de la mitad de su apoyo popular, pasando del 19,08% de los sufragios (aproximadamente 3.600.000 votos) obtenido en las elecciones generales de 2019, al 7,18% (unos 1.600.000 votos).

Aunque en líneas generales la mayoría de analistas coincidía en que esto afianzaba a Vox como una opción política más y desde el propio partido lo vendieron como una gran victoria, había que tener en cuenta que las últimas elecciones regionales se sucedieron antes de que Vox alcanzara su punto álgido, cuando las encuestas incluso vaticinaban un posible sorpasso al PP ante la crisis de liderazgo de Pablo Casado.

Es decir, la representación autonómica y local antes del 28M no reflejaba la realidad, con Ciudadanos todavía con un buen número de escaños y gobernando conjuntamente con PP en varias instituciones cuando las encuestas auguraban su desaparición.

Si bien es cierto que las elecciones autonómicas y locales no se pueden comparar con unas elecciones generales y que la principal fuerza de Vox reside en el voto en clave estatal, los sondeos pronto empezaron a augurar este descalabro: en la mayoría de encuestas, le otorgaban entre el 10 y el 13% de la intención de voto, más que en el 28M pero mucho menos que en 2019.

Y es que la renovación del liderazgo de Casado con Feijóo al frente con su retórica del «voto útil» mientras Vox seguía salpicado por polémicas, ha terminado perjudicando seriamente al partido de extrema derecha, dejándose nada más y nada menos que 19 escaños y quedándose a unos 10.000 votos de perder la tercera posición en favor de Sumar.

El futuro de Vox: repetición de elecciones u oposición

Así, mientras los resultados electorales alejan definitivamente a la extrema derecha de tener opciones de gobierno, Pedro Sánchez debe mirar de nuevo a Sumar y al resto de fuerzas políticas soberanistas que, aunque pertenezcan a diferentes lados del espectro ideológico, no pueden entenderse en modo alguno con Vox, un partido que ha amenazado en diferentes ocasiones con ilegalizarlas.

El PSOE tiene una oportunidad de reeditar el pacto de coalición sumando hasta 180 escaños siempre que consiga convencer a Junts per Catalunya, el partido liderado por Carles Puigdemont. Y es que, mientras que el resto de partidos soberanistas decidió apoyarle tras las elecciones generales de 2019, no sucedió así con Junts, que optó por no hacerlo.

Consciente de la situación, Junts ha empezado ya a hablar públicamente de que su apoyo vendrá con condiciones ya que, de no llegar a un acuerdo, habrá una nueva cita electoral en septiembre. Sin embargo, estas elecciones generales se han traducido en un refuerzo del bipartidismo en el cual los partidos políticos regionales en conjunto han perdido fuerza con respecto al resto de candidaturas. Por lo tanto, es de esperar que unas nuevas elecciones penalice a los partidos minoritarios, como también sucedió el 20 de noviembre de 2019.

Se configure o no un nuevo pacto, una de las conclusiones que se pueden obtener de estas elecciones es que la sociedad española le está dando la espalda a Vox, un partido político que lleva años inmerso en crisis internas, que asienta su discurso en un negacionismo hacia problemas muy importantes como el cambio climático o la violencia machista y cuya acción política no ha sabido responder a los intereses de la mayoría.

Javier Toquero, teniente de alcalde de Vox Guadalajara “enchufa” como asesor a su hermano en el Ayuntamiento 

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *